Mallo - El Diluvio

El Diluvio (2024)

  • Mallo
  • ⭐️ 9/10
  • Autoeditado

Un Viaje psicodélico para superar la ansiedad y depresión

El pasado 5 de abril se publicó ‘El Diluvio’, segundo álbum de la banda toledana Mallo. A través de sus redes sociales, nos han ido contando curiosidades acerca de él y de los adelantos que lanzaron. Es así como podemos saber, antes de proceder a su escucha, que es un disco muy personal; que sigue el hilo de convivir con el trastorno ansioso-depresivo a ritmo tanto pop como de rock psicodélico.

Tras un largo proceso de grabación y producción realizado íntegramente en casa -salvo en el caso de las baterías, grabadas en el estudio de Josu Erviti-, finalizaron con el master del  disco, realizado por Rafa Pachón. Así, pudieron sacarlo a la luz después de dos años de mucho esfuerzo.

‘El Diluvio’ es un viaje por todo lo que conlleva el trastorno antes mencionado. Comienza con ‘Alhaja‘ que fue el primer adelanto que nos mostraron, donde, al son de un ritmo muy rockero en el que destacan especialmente las guitarras en la introducción, nos hablan de lo importante que son las redes de amigos y amigas que están ahí para salvarte, a la vez que critican la gentrificación que sufren muchos lugares.

Pasamos a la canción que da nombre al disco: ‘El Diluvio’. Aquí podemos encontrar un inicio protagonizado por el rock psicodélico, que hace destacar a la banda, y que nos conduce a través de las dudas que le surgen a uno mismo acerca de cómo se siente. Su letra nos lleva a comprender ese sentimiento de intentar seguir adelante para llegar a ver algo de luz.

El segundo single que pudimos disfrutar antes del lanzamiento fue ‘Mamá, estoy bien’, una canción profundamente dolorosa para muchas personas, pues trata temas como el suicidio y la soledad. Es la historia de una persona «muerta por dentro» que va acompañada de sus demonios, tal y como nos muestran en el videoclip. En esta canción, Javi, el vocalista, nos sorprende con un impresionante final a ritmo de su armónica que da un toque mucho más especial al tema.

‘La herida’ y ‘Luna en Sagitario’ siguen la misma línea de alguien inundado de tristeza que sueña con superar todo a la vez que finge estar bien. Nos lo dejan muy claro en la primera de ellas con la frase: «No te imaginas lo fácil que es fingir la risa». Ésta comienza con una brutal explosión de la batería tras una línea de punteo de guitarra. Debido a esto, si no nos paramos a analizar la letra, nos podría parecer una canción muy animada que sigue la línea que Mallo busca transmitirnos: «llorar en la pista de baile».

Tras pasar el ecuador del álbum escuchamos ‘Le déluge’; casi 3 minutos instrumentales que sirven como respiro para poder asentar todo lo que te han removido por dentro las canciones y, a la vez, poder prepararte para los últimos cuatro temas.

‘El horizonte’ nos recibe con los brazos abiertos y un sonido bastante más enérgico. En él encontramos sinceridad y «rabia generacional», tal y como Mallo nos indican en la letra. Sin duda, con esta canción y tras el descanso anteriormente tomado, podemos explotar a bailar expresando ese sentimiento que buscan transmitirnos. El final nos habla de esperanza: «Hay caminos en el horizonte, sólo hay que seguir andando para ver qué esconden»; versos que también están presentes en ‘La herida’.

La recta final comienza con ‘Vida en Venus’; una canción que se queja de la presión que sienten muchas personas por distintos motivos y que, con un ritmo pop que predomina más al final del disco, nos hace replantearnos si hay esperanza para una persona ansiosa-depresiva… o no. Leer el título de la canción de forma interrogativa o exclamativa determina cómo interpretamos ese sentimiento.

Finalizamos con ‘Declaración de intenciones’ y ‘Lo he quemado todo’, dos canciones en las que podemos apreciar esa pequeña motivación de resistencia que tienen las personas que, aunque estén pasando por un mal momento, quieren seguir adelante a pesar de todo. Frases como «Ya no le temo a mi memoria»; del primer tema mencionado, y «Otra vez un año menos, ya no soy tan joven, pero al menos no estoy muerto»; del segundo, nos transmiten ese ánimo que toda persona necesita en algún momento de su vida. Estas dos canciones tienen un ritmo que nos impulsa a gritar a pleno pulmón sus letras, buscando esa liberación y, efectivamente, resistencia que nos transmite la música y nos hace tener ese apoyo a las personas que la amamos.

Sin duda, Mallo ha logrado hacer un disco que suena plenamente a ellos; fácilmente reconocible y, lo más importante, han conseguido poner letra a muchos sentimientos que personas con este desorden no son capaces. Gracias a esto, además de un excelente álbum que todo el mundo debe escuchar, muchas personas podrán usarlo como apoyo para seguir adelante  pues, como ellos mismo dicen, «todo lo que quede después, lo inundará el diluvio».

 

Lucía Poveda

Lucía Poveda

Redacción