Evripidis and His Tragedies y Algora

 

El pasado jueves 11 de abril Evripidis and His Tragedies y Víctor Algora teñían la asociación Freedonia del Raval de destellos electro & technopop

 

Fue una noche en la que celebraron su amistad originada hace más de 19 años en forma de Pimpinela cósmico. En este tiempo han desarrollado sus carreras musicales contribuyendo a la construcción de nuestro imaginario queer y convirtiéndose en referentes para las nuevas generaciones.

A pesar de la diferencia de estilos musicales, ambos comparten el desarrollo de carreras independientes, sin un gran apoyo discográfico detrás, así como la lucha contra viento y marea, guiados por su marcada vocación artística. Se definen como artistas underground y LGTBIQ+, a los que la perseverancia no les ha permitido arrojar nunca la toalla. En palabras de Algora «Puede que haya algo político en nuestra resistencia y la manera en la que hacemos música, a pesar de que las cosas no vayan a nuestro favor».

Si bien habían colaborado previamente en singles como ‘Algo para mi’, de 2023 o ‘San José de Cupertino’, del disco ‘Galimatias’, de Algora, en 2010, apenas habían actuado juntos hasta el momento. Este concierto, enmarcado dentro del ciclo Uñas y dientes, constituyó un auténtico privilegio para presenciar la unión de dos consagrados artistas referentes de la comunidad LGTBIQ+ que, desde hace casi dos décadas, han utilizado su música como forma de reivindicación.

Pasaban las 21.00h de la noche. Las luces rojas arrancaban los brillos metalizados de las flecos que decoraban la pared de la sala barcelonesa, simulando la escena de una fiesta vintage. Evripidis emergía del público para iniciar el doble bolo, bastándose solo para dirigir la actuación, e interpretando su primer tema íntegramente al teclado.

Durante casi 1 hora, el músico se desenvolvió solo en el escenario, demostrando su enorme talento musical. El polifacético artista se las ingenió para tocar el teclado, mezclando bases y sintetizadores, al tiempo que cantaba sus canciones en inglés, griego y castellano.

Desde el primer momento, sus ritmos y sonidos nos transportaron a los años 80, como una máquina del tiempo musical que lo envolvía todo, mientras se deslizaba por el escenario con sus característicos pasos de baile. El público también lo acompañaba, moviéndose en las primeras filas desenfrenadamente.

Evripidis navegó por su dilatada carrera musical, interpretando canciones como ‘Girlfriend’, ‘Melancolía’ , ‘Your dreams’ o ‘Alegre persona triste’, entre otras. Entre canción y canción, reflexionó sobre aspectos como la amistad, el paso del tiempo y los proyectos vitales, así como la música como forma de sanación y autoayuda. También aprovecho para recordar su Grecia natal y el bar Cantina, testigo de tantas noches en su vida.

Evripidis and His Tragedies en sala Freedonia

Antes de terminar su actuación, Algora apareció en escena. Juntos compartieron su historia de amistad, iniciada hace casi dos décadas. No tienen claro si comenzó en Valencia o a la salida del club Ochoymedio en Madrid; lo que sí que pusieron de manifiesto fue el cariño y la admiración que se tienen. Fue entonces cuando interpretaron ‘Algo para mi’, cautivando al público con su química en el escenario.

Llegaba a continuación el turno de Algora. A pesar de que el plan inicial fuese un espectáculo en acústico, comenzó su número con una advertencia: «No es el mejor día de mi vida, voy a hacer lo que me salga del coño». ¡Y qué acierto en hacerlo, Víctor!

Arrancó con ‘Disco mágico’, en la que el público se entregó a las bases electropop, obedeciendo a la letra de la canción «Ven a bailar disco mágico, vamos a bailar disco cósmico». A continuación, cogió la guitarra para interpretar varias canciones en acústico, entre las que sonó ‘Septiembre’, dedicada a una persona del público. Destacó la melodiosa voz de Víctor, muy fiel a la versión de estudio, incluso mientras bailaba.

Esta dinámica se repitió durante toda su actuación; navegamos entre temas marcados por los sintetizadores, que agitaban la sala como ‘Don Diego’, ‘Chicos transparentes’ o ‘Drogas nuevas’; y otros interpretados con la guitarra acústica, en la que Víctor conectaba con el público a un nivel más emocional. Hay algo en las canciones de Algora que nos lleva a un estado de nostalgia y melancolía: y que visibiliza y nos hace recapacitar sobre temas muy presentes en nuestro colectivo: la homofobia, el rechazo, la superficialidad, la soledad y el culto al cuerpo.

Algora

Algora en sala Freedonia

Para sorpresa del público, apareció un tercer artista invitado: Centauros, escondido tras unas gafas de sol negras, subió al escenario para interpretar su canción conjunta con Algora ‘Sauna Inferno’. Comenzaron a cantar a dos voces, mientras Evripidis los acompañaba al piano, en una versión acústica que nunca antes habíamos escuchado. Finalmente los sintetizadores y bases irrumpieron de nuevo, volviendo a la versión original y levantando a todos los asistentes.

Para cerrar la noche, Evripidis y Algora interpretaron con el piano su propia versión de ‘Baloncesto’ (original de La Prohibida). Fue un momento mágico en el que el público  al completo coreó la canción junto a ellos y quedará marcado en la memoria de todos los allí presentes.

Podremos verlos juntos de nuevo el próximo 8 de junio en los vermuts de Heliogabal, presentando la reedición del primer disco de Algora, ‘Planes de verano’, en vinilo. Además de este concierto, Algora lo interpretará íntegramente en conciertos especiales. En paralelo, se centrará en conseguir financiación para la producción de su nuevo disco, ya compuesto, que grabará con Guille Mostaza.

Evripidis tampoco se quedará de brazos cruzados. Podremos disfrutar de su música el 29 de julio en un concierto previo a la proyección de la película ‘Te estoy amando locamente’ en la sala Montjuic; así como descubrir su faceta de dj en 2 fechas: 20 de abril en el Mula Bar de Sants y el 9 de mayo en La Manchester del barrio Gótico.

Iñigo López de Ilárraza

Iñigo López de Ilárraza

Redacción