La banda estrenaba nueva formación en la Sala Siroco arrasando en una noche única en la que logró el sold out
El pasado jueves 21 de marzo, la banda madrileña hacía vibrar al público al ritmo de sonidos post punk y dream pop en la abarrotada sala Siroco, en la que lograron hacer sold out en los días previos al concierto. Enmarcado dentro del festival BEE WEEK, La Milagrosa compartió cartel con bandas como Camellos , Depresión Sonora, o _juno (puedes leer las crónicas de estos dos últimos en nuestra web). La excusa, presentarnos su EP publicado en 2023 ‘Con otra cabeza’, así como varios de los temas lanzados desde sus comienzos en 2021.
Pasaban las 21.30 horas de la noche. Los rayos blancos de los focos caían sobre el escenario, iluminando las letras de la Milagrosa en pantalla como si fuese un fenómeno celestial, en consonancia con el nombre del grupo. Germán GES, Jesus Martínez, Gon Sancho y Marina Moon, irrumpían en el escenario, acompañados por los silbidos y vítores del público que esperaba impaciente su aparición.
Los 4 integrantes tomaron posición para abrir el concierto con una intro instrumental en la que las guitarras y batería llenaron el espacio de la mítica sala madrileña, enlazando a continuación con ‘Cervezas, colillas, rayadas, pesadillas’ y ‘Cierra la puerta’, en la que la voz grave de Germán arrancó los primeros aplausos del público.
El cantante principal del grupo dio las buenas noches, agradeciendo el sold out conseguido y manifestando una firme declaración de intenciones para aquella noche «Que os lo paséis de puta madre, como siempre». Bajaron revoluciones con la cadencia más lenta de ‘Renacimiento psicodélico’, para adentrarse después en la incertidumbre del futuro, el paso del tiempo y la ansiedad con ‘Ácido hialurónico’.
Durante la actuación Germán se llevaba las manos a la cabeza, dando paso al público en algunos momentos para que alzase su voz y corease la letra. Siguieron con ‘3200’ y ‘Vete por donde has venido’ para a continuación reflexionar sobre los cambios y las decisiones que tomamos en la vida. Rememoraron los inicios del grupo y los diversos cambios en su formación.
Recalcaron la dificultad para conciliar el trabajo de la banda con una «vida personal funcional» y dieron las gracias a Nat Carril, anterior batería del grupo, que por primera vez no les acompañaba desde el escenario, pero que sí les brindaba su calor desde la pista. En su lugar, dieron la bienvenida a Marina Moon como nueva integrante, que se estrenaba aquella noche al mando de los platillos, obteniendo una nota sobresaliente.
El público acompaña a Germán desde los primeros acordes de ‘Día de mierda’, replicando la ya mítica frase «No es lunes pero como si lo fuera, hoy es un día de mierda». Los asistentes empatizan con las letras de la banda, que hablan sobre la vida misma, las oportunidades y las cagadas: el inconformismo y los problemas que todos experimentamos en nuestro día a día. «Lástima que sea un día tan cojonudo» apostilla el cantante al finalizar el tan sonado tema. La sala flota con las guitarras dreamy de ‘Con otra cabeza’, formándose un improvisado pogo en las primeras filas, como pronostica la propia canción.
Marta Adúriz, manager de la banda, les ayuda a recuperar el aliento repostando a base de cerveza, momento en el que el público comienza a corear el nombre de Gonzalo, que despierta pasiones en la sala. Incluso hay quien le pide un hijo suyo. ‘Luna plena’ y ‘Qué maravilla’ son los siguientes temas a interpretar, siendo al final de este último cuando el cantante rompe su voz.
Pero la noche aún depara varias sorpresas: Eric Nublado sube al escenario encarnando la primera de ellas. Durante la canción de ‘Calima’, Eric rebosa energía, retorciéndose sobre él mismo, saltando, haciendo volar su melena por el aire, para acabar fundiéndose en un abrazo con Germán.
Como era de esperar, las gomas de pelo vuelan al escenario durante lo que parece ser la última canción, ‘Coletero’. El cantante aprovecha para recoger los obsequios del suelo y colocarlos en su antebrazo, exhibiéndolo ante la sala.
La banda deja los instrumentos y desaparece del escenario en fila india mientras el público suplica al unísono otra canción más. Apenas se hacen de rogar unos minutos, volviendo a sus posiciones iniciales y desvelando la siguiente sorpresa: Rosalía emerge en el escenario, pero no como artista invitada, sino en forma de versión post punk, con un marcado sonido del platillo de la canción ‘Candy’. El concierto llega a su fin con el cierre de la esperada canción ‘Cansado’, donde se genera otro pogo; esta vez por toda la sala.
A pesar de ser una banda emergente, La Milagrosa derrochó talento y magnetismo en una noche llena de momentos inolvidables. Esperamos verlos muy pronto de nuevo estrenando nuevos temas y como dijeron ellos, llenando salas aún más grandes.
Iñigo López de Ilárraza
Redacción