Varonas

Foto: Rodrigo Cuevas durante su actuación. / Patry Martín

Eclecticismo musical por bandera para un festival sostenible, diferente y amigable

En un año en el que más que nunca están en entredicho los festivales que surgen como clones unos de otros (ni un pueblo sin su festival, como dicen por ahí) o aplastan por sus dimensiones cualquier atisbo de escapar de su vorágine recaudatoria y relegan a quienes lo padecen al lado de casa a una especie de ciudadanía de segunda, no está mal recordar que hay paraísos naturales y musicales donde la palabra festival no se desvirtúa. Festival de fiesta, sí, porque la música es celebración donde quiera que vaya, pero también de la otra acepción académica: «conjunto de representaciones dedicadas a un artista o a un arte». Porque cuidar a los artistas y cuidar al público son síntomas de salud y el Prestoso es ejemplo de ello.

Había curiosidad entre los «repetidores» de saber si la nueva localización (anteriormente en el pueblo de Xedré, a media hora de sinuosa carretera hasta Cangas del Narcea, en el suroeste de Asturias) en el campo de Las Barzaniel.las (que no diga Rodrigo Cuevas que no respetamos los microtopónimos) satisfacía las necesidades para dar un festival de la belleza de su predecesor. Y desde luego el entorno sigue siendo un privilegio pero mucho más cercano al centro urbano (solo 2.5 km de distancia, con posibilidad de ir caminando), lo cual facilitó la movilidad de todos los asistentes. Dormir al lado de los característicos viñedos en altura de las laderas de los montes de Cangas y junto al río es una experiencia que muchos no olvidarán.

Pero más allá de la logística, si hay algo que resultaba atractivo desde el principio era el cartel, con el eclecticismo por bandera que es ya una de las señas de identidad más singulares del Prestoso y que, junto el respeto a la zona, es uno de los puntales a agradecer.

Comenzó el festival el jueves 3 de agosto con propuesta local a cargo de Viuda y tomaron el relevo Aiko el Grupo, Autoescuela (otro orgullo local también a cargo de Humo Internacional) y Llevólu’l Sumiciu, la sorpresa de la noche en una de esas propuestas musicales y visuales que tanto nos gustan de fusión para crear algo nuevo, en este caso, de música tradicional asturiana con electrónica,  reggaeton o funk a través del buen hacer de los hermanos Pablo y David Alonso.

Tras el día de iniciación, llegó el que sería el plato fuerte del festival de este año y perdonen el resto de grupos pero fue un local quien puso patas arriba todas nuestras previsiones. Rodrigo Cuevas, el antaño «agitador folclórico», luego «supremacista asturiano» (polémica incluida por su actuación en el pabellón de España de la Expo de Dubai) y ahora el rey del la romería indie y lo que se tercie.

Con un nuevo trabajo que verá a la luz en pocos meses, el asturiano universal, abanico en mano, cautivó a todos arrancando su actuación desde el propio prado, entre los asistentes. Estuvo rodeado de un equipo de lujo: Mapi Quintana a la voz, contrabajo y vocoder; Rubén Bada a la guitarra eléctrica, guitarra clásica y voz; Juanjo Díaz con las percusiones y Tino Cuesta a los teclados y coros, cuya bocina para «dar el tono» fue una de las numerosas notas de humor de su espectáculo. Cuevas desplegó todo su buen hacer con una escenografía sobria pero muy efectista. Defendió el espacio de la romería como el sitio de venir a disfrutar sin complejos y en total libertad y reclamó sin pelos en la lengua eso que tanto nos ha costado conseguir: los derechos sociales. Uno de los momentos más emotivos fue su homenaje a Rambal, asesinado en Gijón en 1976. Un concierto redondo a cargo de un artista que defiende el folclore y defiende la vida y nos hizo salir henchidos.

Hubiera sido difícil mantener el tipo con otras propuestas posteriores pero el toque inglés aportado por Coach Party permitió una transición sin lesiones con un sonido sin fisuras (algo siempre a envidiar en los grupos internacionales) a través de temas tan cautivadores como su más reciente ‘All I Wanna Do Is Hate’ perteneciente a su reciente EP ‘Parasite’ u otros temas anteriores como  ‘FLAG (Feel Like A Girl)’.

Esto permitió que recuperáramos el cuerpo a tiempo para el otro gran triunfador de la noche y para ello solo hizo falta irse a Leganés y buscar a Parquesvr, a quienes ya tuvimos oportunidad de ver en Oviedo y que nos hicieron corear sus ya imprescindibles ‘Pero’, ‘Almodóvor Amenábor’ o ‘Lance Armstrong’. Si anda algún despistado por ahí, recomendamos que abran oídos sin prejuicios y vayan a verlos porque el directo de Parquesvr es un chute de energía donde hay discurso y hay guasa conducida por Javi Ferrara, que no se perdió un solo concierto del festival, todo hay que decirlo.

Para quienes sobrevivieron a la verbena nocturna con Margarita Quebrada habría que hacer un pequeño esfuerzo, levantar las pestañas y acudir a la sesión vermú del sábado pero merecía la pena. Impedimentos técnicos nos dejaron sin disfrutar de Los Manises (que luego serían confirmados para la edición del año que viene) pero no sin bailar: Maribel & Sebastian DJ’s se encargaron de ello y dejaron el corazón contento antes de un merecido descanso para arrancar la última jornada festivalera con una de las bandas icónicas que explica la media de edad del festival (cero prejuicios, las canas nos sientan bien): La Costa Brava, que nos sedujo por múltiples motivos. Primero, por quiénes son y porque su repertorio está lleno de clásicos indie; y segundo, porque sabiendo que esta gira es un reencuentro excepcional, quién sabe si habrá más oportunidades de escuchar sus canciones en vivo interpretadas por la banda. Pero daba la impresión de ser más una banda de amigos con poco ensayo y mucha labia. Que también tiene su encanto.

Todo lo contrario a lo que vino a continuación cumpliendo el tópico de los internacionales: los canadienses Kiwi Jr. fueron los artífices de un muy buen concierto en el que fue su primer bolo en España (¡tremendo honor!) derritiéndonos el corazón con temas como ‘Night vision’ o ‘Cooler returns’ con esa capacidad magnética de unos pocos grupos de convencernos de que sus canciones suenan a clásicos aun cuando tienen apenas uno dos años de vida. Magia pura.

A estas horas muchos ansiábamos ver la propuesta introspectiva de Zahara y Martí Perarnau llamada _juno y se vio entre el público algunos despistados que seguramente esperarían la rave de ‘REPUTA’, pero esto fue otra cosa. Si bien es cierto que la electrónica fue el hilo conductor, este segundo álbum del conjunto es más intimista y personal si cabe, dando rienda suelta a todo aquello que tendría menos cabida en sus proyectos individuales. No es un disco comercial ni pretende serlo, pero darle una oportunidad supone abrirse a un mundo paralelo donde el viaje como concepto desde e título del disco (‘_BCN747’) hasta las pequeñas disertaciones en forma de canciones, instantáneas de momentos proyectados desde una habitación de hotel en Tokio, Londres o Los Ángeles abierta para que entremos sin llamar.

Para no perder la buena forma, nuevo giro a cargo en este caso de Mujeres. ¿Demasiada tranquilidad? Ahora toca pogo bajo el ‘orbayu’ donde participó hasta Pol, bajista de la banda, mientras en la pantalla se podía leer «Los Manises Prestoso 2024 Escenario principal’ que también salieron a celebrarlo sobre las tablas quitándose el sabor amargo de su frustrada actuación. Por su parte, el trío barcelonés hizo de la fiesta su bandera y es que no necesita ni de artificios ni de cambios de estilo: ellos suenan a Mujeres y punto. Desde el más reciente ‘No puedo más’ a ‘Tú y yo’ median tres años que nos bastan para quererlos como si hubieran estado ahí toda la vida. Playback Maracas fueron los maestros de ceremonia para culminar una gran noche.

Parecerá una tontería pero el mimo por el detalle se lleva a la devolución íntegra de las pulseras cashless (cero gastos de gestión, aprendan ustedes), una fuente de agua de acceso libre y hasta las maneras relajadas del control de entrada y salida. Por supuesto, las actividades paralelas como las visitas a bodegas o un paseo por el bosque de Muniellos son otros de los alicientes que actúan de elemento diferenciador. No sabemos cómo será el siguiente Prestoso, pero sí sabemos que cualquiera de nosotros suspira por volver a respirar, bailar y empaparse de él.

Y si te entra la nostalgia, siempre puedes recurrir a una socorrida playlist para rememorar los mejores momentos:

Rocío García

Rocío García

Redacción