
El pasado viernes la banda catalana conquistó el escenario del emblemático espacio de las artes de Barcelona en un concierto de memorable dentro del Suite Music Festival
Equipados con una orquesta de ensueño al completo, la actuación empezó con las notas estremecedoras de un trío de cuerda y un macro xilófono, dirigido por el virtuoso músico Marc Clos, todo como antesala de lo que íbamos a vivir.
Con un Liceu completamente a oscuras, apareció un haz de luz que iluminaba una banda vestida de gala para la ocasión mientras cantaban ‘Estudios de Mercado’ para romper el hielo, antes de que Marc confesara que pocas veces le había hecho tanta ilusión decir “Bona nit Barcelona”.
El cantante quiso dibujar una elipse invisible entre la actualidad y los Dorian que empezaron tocando en garitos como la sala Sidecar, a pocos metros del Liceu. También reivindicó con la humildad y cercanía que les caracteriza, que son una banda de música independiente que siempre han hecho las canciones que han querido, sin verse sometidos a presiones o tendencias de la industria.
Para ‘Verte Amanecer’ contaron con la colaboración especial de un pequeño gran artista que guarda cierto parecido razonable con el polivalente Lisandro, responsable de teclados y guitarras de la banda.
En ‘El Temblor’ contaron además con Antonio de Arde Bogotá y Sergio Acosta del grupo mejicano Zoé, que estuvo presente prácticamente durante toda la velada. La cantante Suu tampoco se perdió el evento y entonó ‘Universal’, el tema en catalán de su último álbum Ritual, del que también sonó ‘Libre’, que no tienen mucha oportunidad de tocar, ‘No dejes que pase el tiempo’ o el tema ‘Dos vidas’, con su pequeño homenaje a Gabriel García Márquez, porque un solo día sin ti, son 100 años de soledad.
Fue una noche muy especial, en la que tocaron por primera vez una nueva versión muy melódica de ‘Paraísos Artificiales’, Marc recitó ‘Arrecife’ antes de empezar a ponerle hilo musical, revisamos las más de 200 canciones de ‘La Isla’, todas las palabras que se lleva el viento de ‘Tristeza’, paseamos por todas las calles que llevan tu nombre de ‘Hasta que caiga el sol’ y dijimos que el mundo no estaba hecho para ti con ‘La mañana herida’, canción del disco La ciudad subterránea, que hace poco editaron en vinilo.
Tampoco faltó ‘Los amigos que perdí’, la historia de un hombre gris que lo dejó todo atrás, incluso a sus amigos, o ‘Solar’, el primer single de la banda y que hacía mucho que no sacaban a pasear, pero que hizo cantar a pleno pulmón hasta a niños que seguramente no habían nacido cuando salió la canción en su momento.
El foco se centró en Belly que se puso a los mandos de los teclados y, poseída por el espíritu de la electrónica que recorre por sus venas, dio vida a ‘Duele’. Por su parte, Lisandro se apoderó del micro, después de pasar por infinidad de instrumentos, para generar un dúo con Marc en ‘Dual’ y demostrar que es músico multidisciplinar de los pies a la cabeza. El Liceu entero se levantó de sus asientos para ir a las primeras filas para bailotear el temazo. Con el subidón, un espontáneo le cedió a Marc su chaqueta de lentejuelas mientras reivindicaba con su música, algo que hay que recordar en un momento en el que las derechas están creciendo, sentenció el cantante.
Los bises tardaron en llegar más de lo esperado, para desesperación del público, pero el outfit espectacular de Belly bien necesitaba su tiempo. Todos estaban muy elegantes pero ella parecía salida de la peli El cuervo, bromeó Marc.
Aunque parezca mentira que todavía sea necesario cantar estas canciones en el siglo XXI, dedicaron a todas las mujeres que han luchado por sus derechos la canción ‘Techos de cristal’, el reciente sencillo que han compartido con Delaporte y cuyo videoclip acaba de publicarse.
Como no podía ser de otro modo, tocaron ‘A cualquier otra parte’, de la que todo el mundo reconoció los primeros acordes y se levantaron para convertir el Liceu en una pista de baile.
Terminaron por todo lo alto: el cantante empezó entonando cuando llega el nuevo día de ‘La Tormenta de Arena’, pero acabó bajando al público para cantar y abrazar a la platea mientras el subidón de la percusión ponía el broche de oro a una noche emotiva y espectacular.
Emocionados de pisar el mismo escenario que grandes de la ópera, como Pavarotti, Carreras o Montserrat Caballé, agradecieron que confiáramos y eligiéramos a Dorian ante la gran oferta musical de festivales. Como parte de ese agradecimiento, repartieron 2000 pósters firmados para todos los presentes a la cita.

Sònia S.
Redacción