Imagen: Sergio Albert
‘Daño físico’ es su nuevo trabajo cargado de himnos
Publicado con Sonido Muchacho tras su paso por la autoedición dos años atrás con un disco homónimo, ‘Daño físico’ es el último LP de Monteperdido con la marca de la casa: emo y hardcore dentro de canciones pop y letras sin metáforas (tiritas fuera) para sacar todo el jugo a la rabia que llevamos dentro. Bego (voz), Tomás (guitarra), Diego (guitarra) Willo (bajo) y Dani (batería) son los componentes de una de las bandas más nombradas en el último mes a raíz de este nuevo trabajo. Hablamos con Bego para conocer un poco más acerca de él.
Empezando por el título y siguiendo por los temas, en comparación con vuestro primer álbum hay aún más rabia y se traslada también a las melodías, más contundentes que nunca… ¿La sensación de ir a petar en cualquier momento se ha convertido en una máxima de nuestros días?
Todo el mundo está muy estresado, nosotrxs cada vez más ja ja… seguimos aprendiendo a no petar después de muchos años, ¡pero se hace cuesta arriba!
¿Cuando compusisteis las canciones de este disco caísteis en una suerte de catarsis? ¿O es un artificio artístico y realmente nunca habéis estado tan enfadados?
Caímos en una catarsis de agobio espectacular porque empezamos a hacerlo hace literalmente un año y no teníamos casi tiempo, pero la inspiración llega un poco cuando le da la gana y contra eso se puede hacer poco. La verdad que creemos que esta vorágine hizo que todo acabara sonando así de intenso. Lo de estar enfadadxs es una cosa que nos pasa muchísimo como a bastante gente, pero preferimos gestionarlo haciendo canciones sobre ello, pasándonoslo bien, así compensamos un poco la sobredosis diaria de cortisol.
Tu voz muestra ese enfado generacional, ¿no? Nos imaginamos que en directo debe ser tremendo ver al público responder al torbellino de energía…
Todas las generaciones tienen motivos de sobra para estar cabreadísimas, quizá lxs boomers menos ja ja, pero es cierto que, aunque lxs millennials fuimos lxs primerxs en hacer quejas más concretas a raíz de la crisis del 2008, lxs zoomers y las generaciones posteriores lo van a tener bastante feo igualmente. En concreto estoy cabreada por razones que no tienen que ver con ser millennial, pero cantando me lo paso muy bien, enfadada y riendo al mismo tiempo. Tomás, Diego y Willo vibran altísimo y Dani lo da todo también, no sabemos cómo se ve desde fuera y además tenemos públicos de todo tipo que responden de formas muy diversas. Cuando se entregan es espectacular, nos sentimos muy realizadxs.
Las letras también son un primor e invitan al pogo: «Tú puedes pisarme el cuello, dime dónde hay que firmar / me rompiste la cabeza, nunca te podré olvidar» (‘AÑO 2K’), «toma pastillas para llevarlo un poco más guay» (‘VAS A PETAR’), «Quiero meter la cabeza / en un cubo de sosa y morir» (‘RIP’)… ¿Recetaríais vuestra música como remedio contra la ansiedad?
Somos gente cabal y por tanto lo que recomendamos contra la ansiedad es terapia, ir al médico y hábitos saludables para la cabeza: escribir un diario, socializar, tener buenas conversaciones con amigxs, escuchar música y hacerla quizá. Aunque esto último si te lo tomas un poco en serio puede ser un ansiógeno q flipas, como nos ha pasado y como puede verse en más de una canción. Lo que nos ha dado muchísima tranquilidad a nosotrxs sin ninguna duda es que el disco esté fuera por fin, estábamos bastante en tensión. Estamos muy contentxs porque hay gente, sobre todo compañerxs músicxs, que nos dicen que empatizan mucho con canciones sobre la ansiedad del trabajo creativo como ‘VAS A PETAR’. Todo el mundo tiene ansiedad y no hay un gran remedio para ello, lo único que prometemos es que en directo nos vamos a esforzar muchísimo para q os sintáis genial… pero no precisamente trankis…
«Cuando nos cansemos nos iremos a vivir a un cementerio quizá»
Vuestra música transmite urgencia, la misma que muchos sentimos hoy en día en nuestras vidas… ¿Os ocurre lo mismo? Si es así, ¿cómo lo gestionáis?
Si quisiéramos vidas lentas no estaríamos aquí. A varixs de nosotrxs sí nos gustaría poder vivir a otro ritmo, pero eso no es compatible con vivir experiencias interesantes. No se puede tener todo, lo aceptamos y punto. Una vida increíble supone movimiento, velocidad, estrés, ruido… cuando nos cansemos nos iremos a vivir a un cementerio quizá.
¿Cómo fue el proceso de grabación? ¿Os quedaron muchos temas fuera?
Llegamos al estudio con 7 temas terminados y 1 por acabar y 1 sin hacer. En los 3 meses que estuvimos componiendo todo no hubo tiempo para más. También creemos que los discos tienen que encajar con todas sus piezas, crear y descartar puede hacerse de forma preliminar, y de hecho empezamos mil canciones pero las dejamos a medias en cuanto veíamos que las combinaciones de acordes no eran increíbles. Creamos de forma impulsiva e intuitiva, si la canción no brilla desde el principio, pasamos, no hay tiempo, ni energía que perder.
Cuando sabemos que una canción nos gusta, hay una emoción especial y cuando sabemos que le falta un golpe de horno, no paramos hasta que lo sacamos. La grabación fue una locura, 10 días para encajar todas esas piezas, sin parar de trabajar, tenemos hasta lagunas, apenas recordamos los caballitos y los viñedos de Cal Pau Recordings y a Borja Pérez látigo en mano. Estábamos asustadísimxs porque lo suyo es dejar que las canciones reposen unos meses para verles los defectos y esto no pudo ser esta vez.
¿Cuáles son las diferencias más notables según vosotros desde vuestro álbum homónimo de 2020 al actual?
Este disco es más rápido, directo y tiene una intención más clara de ser disfrutable en los conciertos. El primer disco lo hicimos sin ninguna pretensión de nada, ya sabéis que íbamos a ser un grupo de black metal y se nos fue la olla y acabamos haciendo aquello. Claro que es un disco al que tenemos mucho cariño porque es nuestro primer bebé y es muy nostálgico de nuestros años de bandas underground, pero ahora sabemos lo que queremos, hemos hecho éste y lo vamos a tocar con el corazón en una gira por muchas ciudades de España este 2023.
¿Os imagináis coqueteando con otros estilos en el futuro? ¿Os interesa la experimentación en este plano o tenéis claro que el sonido de Monteperdido es éste?
Nunca hay que dejar de crecer y probar otras cosas, hay que saber qué cosas están de moda todo el rato, lo cual es bastante divertido e interesante. También pensamos que dentro de las modas hay cosas que nos gustan más y menos y que nunca vamos a olvidar toda la música que hemos escuchado desde que somos pequeñxs y que ha configurado nuestra identidad personal. Dentro del rock y los estilos de guitarras ruidosas siempre habrá muchas cosas que nos gusten y que podremos probar.
¿En qué bandas actuales os sentís más reflejados actualmente por los temas que tratan o por su sonido?
Desde dentro es muy complicado saber a qué sonamos y por tanto ni lo pensamos. En esta banda tenemos gustos muy distintos y el desafío es intentar que confluyan. Al final sale esto, ¿a qué se parece? A mil cosas que pueden verse en detallitos, pero nos cuesta mucho decir que sonamos a tal o cual. Si queréis sonsacarnos las bandas que nos gustan de nuestro entorno os lo podemos decir, ¿eh? Nos gustan Aiko El Grupo, Biznaga, Carolina Durante, Bum Motion Club, Yawners, Cariño, Axolotes Mexicanos, El Buen Hijo…
Ahora que estamos en plena polémica por el precio de algunos conciertos, ¿os compraríais una entrada de 200 euros por ver a vuestro grupo favorito? ¿Por qué?
En general nadie nos gusta tanto como para pagar esa cantidad ahora mismo, sobre todo porque no tenemos ese poder adquisitivo. Somos conscientes de que un concierto muy lujoso de una banda o artista increíble puede ser una experiencia que valga 200 euros y que merezca la pena. Creemos que deberían existir espectáculos de mucha calidad y con muchísimo curro detrás porque el arte es una cosa maravillosa que hay que desarrollar y para eso hace falta dinero, pero por cómo somos y por dónde nos movemos, en general siempre vamos a preferir precios populares: es lo que nosotrxs y nuestrxs amigxs podemos pagar, es a lo que estamos acostumbradxs a disfrutar. Los ambientes exclusivos están bien un ratito, pero a nosotrxs nos gusta la gente normal.
Rocío García
Redacción