Monteperdido

 

La banda madrileña presentaba en sociedad su flamante nuevo disco, ‘Daño físico’, ante una Sala Sol repleta que respondió a la intensidad propuesta por una de las formaciones de las que más oiremos hablar en este 2023

Cualquier diría que Monteperdido ha caído de pie en la prolífica escena underground madrileña, pero no le quitemos méritos, llegaron hace tiempo, en esta ocasión han tirado la puerta abajo (al menos de la Sala Sol).

Hace un par de semanas, el grupo madrileño lanzaba ‘Daño físico’, su segundo disco, y el runrún era ya constante en el ambiente, como cuando se huele que un proyecto está preparado para despegar. Para ello, no hay mejor aliado que Sonido Muchacho, una suerte de Motown de la época -así oí definirlo y me lo he agenciado-, para bien o para mal.

Seguramente en algunas de las semanas más intensas de sus carreras musicales, los componentes de la banda madrileña han tenido tiempo de lanzar su disco, pasar por medios como este para ofrecer entrevistas y presentar su directo en un templo de la noche madrileña como la Sala Sol. Y es que si hay un tema transversal en el discurso de su último disco ese es el de la ansiedad, la velocidad y la urgencia en un mundo que nos devora en cada esquina, pero como bien nos contaba Bego -la voz en grito de Monteperdido-: “una vida increíble supone movimiento, velocidad, estrés, ruido”

Y con esta actitud se plantaron el pasado miércoles en la mítica sala madrileña, con unos invitados de lujo a la velada. Bum Motion Club dieron una lección de estilo, acompañados de un sonido apabullante que hizo las delicias de un público bastante numeroso para los prolegómenos de la noche.

El noise de melodías embriagadoras se entremezclaba con pasajes de garaje, psicodelia y guitarras pesadas que reflejaban la evolución constante de una banda que lleva cerca de un lustro paseando su potencial por el circuito capitalino, con fantásticos temas como ‘Niebla’ o ‘El drama’.

Con la sangre caliente y algún que otro pogo final, entraban a rematar la faena los protagonistas de la noche.

Y es que, a la vuelta del breve descanso entre un bolo y otro, la sala había mutado definitivamente en un hervidero repleto que no dejó de corear cada una de sus canciones, a lo que se añadía el habitual baile y salto propio del género más punk.

Actitud punk, incluso hardcore en temas con una fuerte base melódica y aroma pop, que acompañan a esas letras urgentes y rabiosas de una generación habituada al desencanto constante.

A todos estos ingredientes, y un enérgico sonido sustentado en sus dos guitarras, batería y bajo, solo faltaba la suma de una frontwoman que ejerce de altavoz -nunca mejor dicho- de todo este mensaje, que tan bien se refleja en cortes como ‘RIP’, ‘No estoy bien’ o la cara más melódica, aunque no por ello menos poderosa, de cortes como ‘Daño físico’ o ‘Año 2K’.

Tras flotar sobre el público y una breve visita a su primer álbum, cerraron un intenso show con ‘Vas a petar’, uno de los temas más redondos y representativos de su nuevo disco.

Sin enfangarnos en comparativas, burdas combinaciones o llegar a ser la banda revelación del momento, es fácil arriesgar mi mísera fortuna a que Monteperdido ocupará un puesto destacado en el día a día de nuestra querida, maltrecha pero siempre esperanzadora escena. Actitud, presencia y canciones para el momento justo y el lugar oportuno.

 
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Iñaki Molinos

Iñaki Molinos

Redacción