Asistimos al concierto del dúo catalán en la sala Molotov de Vigo
No fue un concierto, fue un pogo; no es una banda, es algo mejor: unos gamberros que hacen que el que escriba haya abandonado por una vez su situación habitual a la hora de visualizar los conciertos, una discreta ubicación lateral con copa en mano, para acabar en primera fila, succionado por un remolino de jovenzuelos que “pogueaban” desde la primera a la última canción saltando como si no hubiese mañana.
La sala Molotov de Vigo fue la que acogió a La Élite. La banda, a priori fuera de los márgenes musicales en los que se mueve uno, estaba en mi radar desde hace algún tiempo. No es que fuera de escucha continua, pero sí de un conocimiento menor y una curiosidad por saber por dónde se movían. Así que una víspera de festivo, una distancia geográfica cercana y por supuesto el grupo en cuestión fueron una motivación suficiente para acudir a verlo.
El concierto, como mandan los cánones de ciertas bandas, no podía ser puntual. Y del anuncio del bolo a las 23.59h, se pasó a un discreto anuncio en redes que lo posponía para hora y media después. No importaba: las ganas de verlos y la cerveza y el güisqui que degustamos durante ese tiempo hizo más amena la espera.
Aún así, y en otra vuelta de tuerca horaria, la sorpresa fue ver que cuando entrábamos a la sala unos minutos antes de la nueva hora estipulada, la banda ya estaba en plena acción. En ciertos conciertos eso no sería un impedimento, pero en una banda como La Élite, con un repertorio más bien escaso corríamos el riesgo de estar en el tramo final del concierto. Desafortunadamente fue así y a pesar de todo, pudimos escuchar durante poco más de media hora temas como ‘Niño rata’, ‘Nuit folle’ o una versión de ‘Non todo é o que parece’ de las viguesas Aerolíneas Federales. Buen guiño y bien por La Élite al complacer al público local con un tema de una banda de su ciudad y un tema en el idioma de nuestra tierra.
Lo bueno, si breve, dos veces bueno, que se podría aplicar en este caso. Y a pesar de la brevedad del evento dos cosas sacamos en positivo. El poder ver por fin a estos dos gamberros que componen La Élite y no ver al pesado de Abel Caballero asomarse y hacer su numerito de siempre en la sala. Sabemos por qué este no era su sitio.
Sala Molotov, Vigo (31-10-22)
Gonzalo Bea
Redacción