Ante la perspectiva de un páramo (2022)

  • La Jetée
  • ⭐️ 7/10
  • Clifford Records

Ante la perspectiva de la buena ventura

‘La Jetée’ es un cortometraje experimental francés de 1962 de ciencia ficción que, al parecer, según nos cuenta Wikipedia, sirvió de inspiración tres décadas más tarde para una película más conocida como es ’12 Monos’, del ex Monty Python Terry Gilliam. La banda alicantina toma su nombre de la película e, incluso, el título de este disco evoca la temática de la cinta francesa, ubicada en un mundo distópico post Tercera Guerra Mundial.

Para los que hemos llegado a la banda a través de ‘Ante la perspectiva de un páramo’, se nos presenta como su primer larga duración, si bien llega tras 5 años de actividad que incluyen varios singles, EP’s e, incluso, dos álbumes autoeditados, alguno de los cuales está al alcance en plataformas digitales.

Lejos de hacer honor a su título, este prometedor debut en Clifford Records resulta todo un soplo de aire fresco en estos lares, con un sonido muy particular, lleno de matices, producto de un cierto sincretismo musical que aglutina varias corrientes y estilos, no en vano su productor, Guille Mostaza, ha trabajado con lo más granado y diverso del indie nacional, aunque las influencias exceden nuestras fronteras.

Estamos ante un disco muy trabajado con una cuidada secuenciación de canciones. Así, tras una corta pieza instrumental atmosférica, ‘Páramo’, entra en escena ‘Buenaventura’, tema que recuerda a los comienzos de The Killers y su ‘Hot Fuss’, con guitarras noventeras, densas, acompañadas de unos teclados y sintetizadores de corte ochentero; mezcla que, a la larga, se convierte en aquello que dota de estructura y unidad a todo el trabajo.

A partir de ahí comienza un viaje que no deja de sorprender: canciones tranquilas que parecen guiadas por teclados, devienen eléctricas e intensas, como ‘Horario de verano’, uno de los mejores cortes; o lo contrario, ‘La certeza del camino’, que comienza como una balada y termina con nuestros huesos bailando y que podemos imaginar perfectamente como cierre de una actuación en vivo. Aunque algunas canciones arrojan momentos dubitativos, terminan por funcionar gracias a estas variaciones. Así, ‘Pero cuenta conmigo’, que tiene el estribillo más débil desde un punto de vista lírico, consigue salir airosa gracias a la instrumentación, que la dota de intensidad; o ‘Copiloto’, que parece trastabillar en el comienzo de la parte vocal, toma fuerza enseguida. Tan solo ‘Más vale perdonar’ cae en el error de no tomar dirección alguna y acaba fuera de la senda marcada, perdida, algo parecido a ‘Dos veces breves’ que, sin embargo, consigue salvarse.

Se trata, en definitiva, de un álbum con fondo, en el que los puntos fuertes se potencian en cada escucha, muy bien producido, con cierta riqueza instrumental y de arreglos.

Cuando uno toma muchos ingredientes, la mezcla se complica y puede terminar en un producto cuyo sabor no consigas identificar con nada, con la única certeza de que no sea de tu gusto (dejémoslo ahí), pero este trabajo denota un arrojo y una toma de riesgos de la que casi siempre consigue salir adelante y, a pesar de algunos defectos (que los hay y descolocan), termina por resultar original, coherente y, a ratos, incluso, brillante.

Yago Hernández

Yago Hernández

Redacción