Empezamos el 2021 combatiendo el frío a golpe de garage con Temerario Mario y La Trinidad dentro del ciclo de conciertos Mazo Madriz
¿Sabéis esos conciertos que empiezan en un tono moderado para poder ir subiendo hasta alcanzar el cénit del show? El típico concierto, vaya. Pues este no fue así. Temerario Mario no cree en los crescendos y, sin preámbulo alguno, nos metió de lleno en su universo de canciones salvajes. A golpe de guitarra y con Juan Pedrayes a la batería, nos sumergimos sin bombona de oxígeno (pero con mascarilla) en el debut en solitario del guitarrista de Carolina Durante y de Axolotes Mexicanos en el ciclo de conciertos Mazo Madrid en la sala Independance.
La atmósfera del concierto fue como estar en un bolo entre amigos, se notaba que había muchos cómplices entre el público y todos coreamos las casi 10 canciones que cantó el Temerario. Además de (literalmente) toda su discografía, Mario nos sorprendió con la versión de un tema de los icónicos setenteros Kaka de Luxe, después de confesarnos que son una de sus mayores inspiraciones.
Acabó con todo su amor, su alegría, su buen humor y con La Trinidad sobre el escenario que le “ayudó” a cantar los coros de “Shibum Shibum”. Pongo comillas porque, al parecer, habían hecho una apuesta para subir a cantar la última con Mario, pero a los malagueños no les había dado tiempo de aprenderse la canción y seguían la letra a duras penas con el móvil en la mano, cosa que no fue un problema, porque el público sí que se la sabía y todos fuimos uno cantando el villancico de moda.
Después de un breve intermedio, los de Málaga, que ya estaban en el escenario, se subieron a la ola de guitarreo marcada por Mario y no bajaron el listón del garage.
Empezaron fuerte con “Ruinas” marcando el ritmo incansable que siguieron durante toda la actuación. Con la rabia que les caracteriza, La Trinidad hizo un recorrido por su último álbum “Los edificios que se derrumban”.
Nos contaron que no se subían a un escenario desde 2019 y además se notaba que, después de un viaje desde Málaga que no tuvo que ser fácil, lo querían dar todo sobre las tablas y así fue, los decibelios y la energía estuvieron bien arriba de principio a fin. Acabaron por todo lo alto con “Miel y Sangre”, “La Joya” y “La Clase Media”, haciendo casi un reto para los asistentes el no levantarse de sus asientos.
Fue una sesión que, claro está, nos habría gustado disfrutar de otra manera, pero los artistas supieron darnos lo que necesitábamos para olvidarnos de todo lo que pasaba fuera. Combatimos a Filomena a golpe de guitarra y con el calor de los focos.
Elena Monge
Redacción
Oh vaya
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