El verano está llegando a su fin, y con él los festivales que han luchado por amenizarnos estos meses de calor y pandemia. El Primavera Sound concluyó este fin de semana el ciclo Nits del Fòrum, que ha contado con un amplio abanico de estilos musicales y una lista interminable de actuaciones.
Como parte de esta traca final, los barceloneses Dorian trajeron sus inconfundibles tonalidades electrónicas que hicieron bailar hasta el apagón del imponente juego de luces que vestía el espectáculo.
Presididos por unos nubarrones que pusieron en peligro la viabilidad del concierto, la banda repasó temas de su último disco Justicia Universal, deleitando a un público sediento de Dorian que literalmente lo dio todo en la pista.
Marc aguantó con su ya mítica chaquetica entallada las dos primeras canciones, “La Isla” y “Noches Blancas”, pero en cuanto se deshizo de ella, con efecto, supimos que caía un hitazo de nivelón, y nos vimos arrollados por un cañero “Verte amanecer”.
‘Primero una pandemia y el día de cantamos en casa cae el gran diluvio. A ver si va a existir Dios y nosotros aquí diciendo que no’ – bromeó el cantante de la banda.
Con un estudio milimétrico de cada nota que emitían y juego delicioso de sintetizadores, pasamos por “El Temblor”, “Hasta que caiga el sol” y “Los amigos que perdí”, tema en el que también ha colaborado la inconfundible voz de Santi Balmes.
Dedicaron la canción “Justicia Universal“ a los programadores de eventos y a la organización del Primavera que, ‘aunque han estado criminalizados, han conseguido que hacer un espectáculo como el de hoy sea seguro, mucho más que coger un tren de cercanías’ – sentenció la banda, que formó parte de la movilización para recordar a los políticos que la música es cultura.
El momento baladón llegó con el viajero “Llévame”, dimos una vuelta por el “Arrecife” y los coros de voces distorsionadas de “Duele”. Nadie se salvó de tararear “Vicios y defectos” antes de buscar unos “Paraísos artificiales” que nos trasladaron “A cualquier otra parte”, saciando las expectativas del público.
El bis constó de “Cometas”, una de las canciones favoritas del último trabajo, donde Belly y su icónico keytar estuvieron en su máximo esplendor; “Señales”, cuya letra parece premonitoria, y la “Tormenta de Arena”, la hipotética última cantada potente del concierto.
Después de los saludos y la subida de luces, tal fue la insistencia de los asistentes, que mientras algunos se dirigían hacia la salida, contra todo pronóstico y presos de la euforia del momento, Dorian se despidió definitivamente con “Tristeza” como bonus track.
Alucinados por la energía que se respiraba, la banda catalana nos confesó que llevan 8 meses trabajando duro en un nuevo disco que saldrá el año que viene, por lo que echaban mucho de menos lo que vivimos en el Fòrum.
Servidora ha tenido la suerte de asistir a varios conciertos pandémicos y debo confesar que el ambientazo vivido en del concierto de Dorian fue lo nunca visto, absolutamente ES-PEC-TA-CU-LAR, un ápice de esperanza para volver a vivir al máximo la música en directo.
Sònia S.
Redacción