La banda catalana presentó su último disco, Por la bona gente (2019), en la sala La Riviera de Madrid inaugurando el ciclo de conciertos de Inverfest, en un concierto que fue de menos a más ante una numerosa legión de seguidores que les acompañó de inicio a fin.
Últimamente hablamos mucho de diferenciación dentro del canon homogéneo de la escena musical en España, ya sea underground, la mal llamada independiente, incluso en su extremo más mainstream. Pero en este caso, hay que reconocer que la propuesta es del todo extraordinaria.
Desde el año 2008, que vio la luz su primera entrega, Els millors professors europeus, Manel ha alcanzado el número 1 en ventas en nuestro país con cada uno de sus discos, incluyendo su reciente Por la bona gent (2019) cantando íntegramente en catalán. Hasta aquí su primer hito.
Obviamente las estadísticas suenan muy bien pero hoy en día es difícil vivir de ser número 1 en ventas de discos, así que vamos a lo que nos incumbe. Además de contar con el favor de la crítica, Manel ha conseguido crear un universo entorno a su propuesto musical, que ha ido variando ampliamente desde su nacimiento, para congregar a una importante masa social que les sigue por festivales y salas por toda la geografía española. Y eso pudimos comprobar –una vez más- desde Madrid, territorio fundamental a conquistar por cualquier artista que quiera hacerse un nombre en esto.
No estamos hablando de unos cualquiera, la trayectoria de cinco discos a sus espaldas y correspondientes giras hacen de Manel una maquina perfectamente engrasada, cuya nueva propuesta cargada de sintetizadores y sonidos atmosféricos relució –y sonó- a las mil maravillas durante un concierto que fue de menos a más y atravesó igualmente diferentes fases sonoras.
El protagonista de la noche era su sobresaliente último trabajo, y así lo hicieron ver con un arranque que contó con temas como ‘Formigues’, los efectos autotune de ‘Els entusiasmats’ o la deliciosa y significativa ‘Canvi de paradigma’. Entre medias se colaban joyas de su anterior disco Jo competeixo (2016), un viaje de aproximación cuyo destino final se puede apreciar en su nuevo trabajo, fue el caso de ‘La serotonina’ o la homónima ‘Jo competeixo’. Sonidos alejados de aquel folk desnudo de sus primeros discos, y del que también pudimos disfrutar en la noche del jueves.
‘La cançó del soldadet’ sirvió de homenaje a su fantástico trabajo 10 milles per veure una bona armadura antes de afrontar un cierre de concierto espectacular, alcanzando altas cotas de intensidad gracias a las guitarras pesadas de ‘Tubs de ventilació’ o ‘Les cosines’, con el momento más rock and roll de todo el concierto –quién lo diría- y la melodiosa y coreada ‘Teresa Rampell’ antes de retornar por todo lo alto a su reciente álbum.
El primer single y pelotazo del disco ‘Boy band’, bailada hasta la saciedad por un agitado público y la excepcional ‘Por la bona gent’, con el sampler siempre presente de la voz de Maria del Mar Bonet hicieron alcanzar la cima de un concierto en constante progreso durante toda la velada. Distorsión, sintetizadores y mensaje directo –gracias a una interpretación vocal perfecta- para cerrar magistralmente su actuación.
Vuelta a la calma tras regresar al escenario con medios tempos como ‘Les estrelles’ o ‘Amb un ram de camídies’ y la bailable ‘Sabotatge’ antes de regresar por su segunda vez ante el clamor popular y poner el sello de oro a la noche con las primigenias ‘Benvolgut’ y el karaoke final y emocionante de ‘Boomerang’.
Manel volvió a conquistar Madrid desde la más pura autenticidad que le otorga ser una rara avis en el circuito nacional. No solo por aquello de cantar en catalán si no por la valentía y evolución en su sonido, que parece no estilarse en los tiempos que corren.
Iñaki Molinos
Redacción
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