El próximo viernes 29 de noviembre el festival de Woodstock sonará en la madrileña sala BUT. Con motivo de su 50 aniversario y siguiendo la estela del homenaje el concierto por Bagladesh, Jokin Salaverria vuelve a juntar a un buen puñado de amigos para rememorar el festival más famoso de la historia.
Hablamos con el bajista vizcaíno sobre este nuevo proyecto. Desde los colaboradores, hasta el repertorio, las nuevas bandas, el espíritu de los 60 y mucho más.
En primer lugar, debo preguntarte, ¿Por qué Woodstock? Entiendo que además de por el aniversario, habrá otros motivos de peso para organizar un evento así.
La razón principal, al menos como músico, es el poder tocar parte de ese repertorio rodeado de amigos y colegas de profesión, además de volver a llevar a la gente, esas canciones que han formado parte de sus vidas, al igual que de la mía.
Creo que la visita a Woodstock es más que pertinente, incluso diría que necesaria. Desde tu punto de vista, ¿crees que sigue viva la música presente a finales de los 60 y principios de los 70? ¿Hay un público que demanda este género y este “recordatorio”?
Desde luego sigue viva, quizás de una manera más underground entre los más jóvenes, hay una gran cantidad de bandas nuevas de psicodelia, garaje, hard rock…y entre los que son más maduros la respuesta es sí, claro que hay un público. Al margen de estilos, los 60 y 70 son para mí el mayor filón de buenas canciones…ya fueran los Beatles, Buffalo Springfield o Led Zeppelin, eso era lo primordial. Fue la época dorada de la composición…Y lo que de verdad nunca pasa de moda.
Las bandas y artistas que tocaron en Woodstock se han convertido en grandes referentes para generaciones pasadas y presentes, ¿Cuánto y cómo te marcó el festival de Woodstock personal y profesionalmente?
Woodstock me transformó, no sería la misma persona sin esa música, e incluso más importante, sin parte de esa filosofía. Me enseño de muy joven que había un mundo por conocer, y a eso me estoy dedicando desde entonces. Esa inquietud me ha llevado a vivir en California durante muchos años, persiguiendo y cumpliendo sueños, tanto profesionales como personales. Carpe Diem.
Woodstock se convirtió en la primera referencia de macro festival hace ya 50 años, y aunque también tuvo sus aspectos oscuros, siempre se recordará como la celebración de la contracultura, el movimiento hippie y, sobre todo, la música. ¿Qué opinión te despiertan los grandes festivales musicales en la actualidad?
Woodstock es y será el primero, el genuino, esa parte romántica nos fascina, sobre todo a los que no estuvimos allí, y eso es magia.
Independientemente, si me preguntas por los festis actuales, creo que hoy en día, hay otros componentes que comprometen lo genuino y auténtico de aquellos primeros festis.
Aunque es evidente que en muchos casos la música ya no es lo más importante, ¿Qué festivales siguen salvaguardando en tu opinión aquel espíritu?
Aquel espíritu sería imposible hoy en día, ya no solo el reunir a medio millón de personas en armonía, sino el juntar a un elenco de artistas de aquella magnitud.
En mi opinión, los festivales no tan masivos, incluso pequeños, son los que quizás guardan más aquel espíritu de Woodstock, donde creo que hay más camaradería y buen rollo, y no todo es vender, el Azkena Rock Festival, o el Sonic Blast de Moledo en Portugal, serían buenos ejemplos.
En este sentido, ¿crees que la música popular sigue sirviendo como herramienta de apoyo a ciertos movimientos culturales, causas sociales o políticas actualmente?
Creo que la música está por encima de eso, los movimientos culturales vienen y van, así como las causas, creo en música que te haga pensar, que te haga libre con tus propias ideas, no que adoctrine con conceptos masticados por otros.
En este caso, a diferencia con el homenaje al concierto por Bangladesh, no hay una causa benéfica detrás, ¿lo hacéis por simple gusto y placer personal?
El Concierto por Bangladesh tiene un componente altruista, inherente al concierto, como lo es “Something”, no sería Bangladesh sin esa preciosa canción, como no lo sería sin la parte benéfica. Woodstock es otro tipo de proyecto en el que me he embarcado yo, y otros compañeros de profesión, por la pasión que sentimos hacia todo esto. Detrás de cualquier homenaje de este tipo hay muchísimas horas de trabajo, tanto musical y sobre todo de producción y organización. Además, no olvidar que los músicos también comemos, poco, pero comemos [risas]
Después del homenaje al concierto por Bangladesh, te animas con Woodstock. Para los que estuvieron en el anterior concierto y para los que no, cuéntanos que se van a encontrar en este concierto.
Bangladesh, es un concierto más serio sin lugar a dudas, además de por el trasfondo humanitario, también lo es por su repertorio. Woodstock es más gamberro, más libre, más variado, resumiendo, hippie!!
Viendo la cantidad de artistas que tocaron en el 69, es difícil escoger un repertorio. ¿Cómo habéis gestionado la selección de los temas?
Había ciertas canciones que tenían que estar, pero también había que alejarse de convertir esto en un greatest hits verbenero. Básicamente, el setlist se compone de una equilibrada mezcla de temas obvios, y otros para nada obvios.
Ya sabemos de la participación de numerosos artistas y músicos pertenecientes a la escena rock en castellano, ¿Cómo es la dinámica del concierto en este sentido? ¿cómo se va organizando el setlist y las actuaciones?
Primero me dediqué a dar forma al setlist, intentando incluir las actuaciones más importantes para todo el mundo, pero también lo que a mí más me tocaban el alma, y luego fui decidiendo los artistas que, a mi entender, mejor podrían ejecutarlo. Muchas llamadas de teléfono, mucho tetris y organización. El concierto gira en torno a una banda cuasi fija, de 3 a 11 músicos, y una larga lista de invitados cantantes entrando y saliendo. Cierto es que hay un poco de caos en el escenario, pero como lo hubo en Woodstock, jo, es que clavamos hasta en eso [risas]
Cuéntanos un poco del elenco de músicos y amigos/as participantes. ¿repiten mucho respecto al concierto homenaje a Bangladesh? ¿Tenemos gente nueva en el reparto?
Cada evento es muy distinto al otro, por lo que el tipo de músico varía un poco. Al final Woodstock es una mezcla entre músicos que ya han participado en alguno de los tres homenajes a The Concert for Bangladesh, y gente nueva, como Carlos Tarque, Nat Simons, Abel Lorenzo de Los Vinagres, o Jesús Trujillo de King Sapo.
La base de músicos estaría integrada por Germán Herrero, Iñigo Bregel y Andrea Conti (Los Estanques), Miguel Moral (The Renegados), Diego Jimenez y Luis Soler (Zulu Men), Ricky Ibañez (Runaway Lovers), Will Planas (Salto), además de Iñaki Uoho (Platero, Extremoduro), Luis Pinel (Aurora and the Betrayers). Ah ¡y yo!
Los cantantes serán: Jose María Guzmán (CRAG, Solera) y La Costa Oeste se ocuparán de CSNY, Carlos Tarque de The Who, Toño Lopez (The Soul Jacket), Joe Cocker, Aurora García (Aurora and The Betrayers) de Sly and The Family Stone, Gonzalo Portugal (Last Fair Deal) Hendrix!, Germán Salto (Canned Heat/Guthrie), Ignacio Garbayo y Nat Simons de Jefferson Airplane, Txomin Guzmán (The Fakeband), The Band, Cristina Saiz Carrasco será nuestra Janis, Abel Lorenzo (Los Vinagres) salseará con Santana, Jesús Trujillo (King Sapo), Mountain y Pablo Martin interpretará a Tim Hardin.
Supongo que la organización de este tipo de conciertos te aportará mucho a nivel personal, futuras colaboraciones profesionales, nuevas amistades, etc. pero también mucha falta de sueño. Te sigue compensando, ¿verdad?
Me aporta muchísimo, me atrae la idea de crear una gran familia de músicos, en estos tiempos de ombliguismo e individualidad, me gusta verlo así. Desde luego el esfuerzo que hay detrás es bastante faraónico, pero si me compensa, mis compañeros y público parecen disfrutarlo, así que ya habrá tiempo de dormir y relajarse, ahora no.
Es evidente tu gusto por el rock de los 60 en todas si vertientes: blues, clásico, mod, psicodélico… ¿qué grupos destacarías actualmente, tanto nacionales como internacionales, como representantes de este sonido?
Barro para casa, Los Estanques, The Renegados, Salto o The Soul Jacket. En breves mi propio proyecto, Sotomonte, y a nivel internacional, me vuelan la cabeza los Lemon Twigs, qué canciones, ¡Dios mío!
No sé si se te ha pasado por la cabeza una “nueva” temporada ¿Alguna idea en el horizonte? Seguro que te has quedado con ganas de algo más…
Sí, claro, siempre tengo ideas rondándome la cabeza, soy un poco freak en ese aspecto. Estoy valorando hacer un vals, quizás el último…
Iñaki Molinos
Redacción
La honestidad no es una virtud, es una obligación.