El power dúo liderado por su vocalista y compositora Elena Nieto deleitó a un público entregado, que abarrotó la Sala El Sol de Madrid, con su pop-punk seductor como plato fuerte de una noche que contó con las actuaciones previas de Hoax Fellows y Confeti de Odio
La noche del pasado jueves es de aquellas que se recordarán en la carrera de una banda. Y no es por eso de apuntarse el manido tanto de “yo estuve allí”, pero allí estábamos para contarte el punto de inflexión de una joven banda como Yawners, que llenó por primera vez, y con tan sólo un LP en la calle, la mítica Sala El Sol de Madrid.
Como aperitivo previo a la actuación estrella de la noche, tuvimos la oportunidad de disfrutar de dos propuestas frescas y dispares. En primer lugar, las madrileñas Hoax Fellows ofrecieron su interesante visión del pop más ambiental, punteos atmosféricos, melodías dulces y voces desgarbadas e importantes dosis de garaje para completar una notable actuación.
La extravagante pose y puesta en escena de Lucas de la Iglesia, con su proyecto Confeti de Odio no dejó indiferente a nadie como suele ser habitual. Tontipop protagonizado por ácidas y burlescas letras como “Pocos Likes” o “Para mí”, completó la previa de show principal de la noche.
Timidez y descaro, valentía y humildad, trabajo y aptitud…al igual que su combinación en forma de dúo, Yawners es, sin duda, una banda en la que reina una constante bipolaridad que convierte su sonido –tanto en estudio como en directo- en una amalgama de ritmos y sensaciones ciertamente especial. Pudiendo llegar a emocionarte durante una estrofa y desgañitarte de rabia en el siguiente estribillo.
Con su primer largo, ‘Just calm down’ (La castanya, 2019), parecen haberse acercado a un pop algo más melódico, aunque siempre con una estructura de base punk, con deliciosos y afilados riffs en los que sumergirte, y la voz hipnótica de Elena que entremezcla sin piedad la oscuridad más noise con la agudeza y frescura propia del power pop.
En un inicio de bolo en el que fueron de menos a más, a modo de calentamiento, sonaron temas de su flamante nuevo disco, como la oscuridad pop de ‘See you, se me’ o los ecos grunge y punk-rock noventero de ‘Forgiveness’, que alcanza, al igual que la mayoría de cortes, una intensidad abrumadora en su formato en vivo.
Uno de los momentos cumbres de la noche llegó con la interpretación del primer single de su nuevo trabajo, ‘Please, please, please’, un gran pelotazo que fue coreada, bailada y ovacionada a pleno pulmón por el respetable. Indicativo claro y diferencial de que las cosas, además de bien hechas, están empezando a mutar para la formación, que hace tiempo que dejaron atrás el amateurismo para formar parte de una extensa y talentosa camada de jóvenes bandas de la capital que están a punto de entrar sin llamar…
Tras un tramo en el que rescataron temas de su primera maqueta, adoptando su faeta más dura, gracias a cortes como ‘Fuck it’ o ‘You never knew’ donde predominan las estructuras más punk, y la dulce y melódica voz de su frontwoman deviene quejidos y rugidos propios del género. Aun siendo una ejecución más que correcta, el dúo ha ganado personalidad en su nuevo disco, moviéndose en un estilo –mucho más limpio y luminoso- en el que parecen sentirse más cómodos.
Tintes de pop preciosista –‘Arco iris’-, vaivenes melódicos hipnóticos –‘Funny laugh’-, rompepistas y pogos –‘Right or wrong’- y baladas enrabietadas –‘I´m not gonna miss you anyway’- conformaron un fantástico bloque central que encaraba un final protagonizado por dos de sus mejores temas; la pegadiza y agitadora ‘Seaweed’ y la embriagadora ‘La escalera’, primer corte en castellano de la banda, donde luce más que nunca la (no) pose de diva de Nieto sobre el escenario.
Primer gran hito de una banda que es el mejor ejemplo de la unión del talento y la emoción al servicio de la música, del trabajo y la humildad al servicio de lo independiente.
Iñaki Molinos
Redacción
La honestidad no es una virtud, es una obligación.