Préstame un sentimiento (2019)

  • Cupido
  • ⭐️ 7/10
  • Primavera Labels / Universal

 

“Llegaré hasta donde el autotune me lo permita” fue lo que tuiteó Pimp Flaco el día 2 de diciembre de 2017 a las 2:35. El periodista musical peca en exceso de desentrañar los significados ocultos en aquellas letras que probablemente adolezcan del mismo. Sin embargo, quien tiene la potestad de permitir también la tiene de prohibir, por lo que suponemos que, un par de años atrás, el autotune se concebía como un recurso necesario en detrimento de la estética.
Dicha perspectiva, aunque ha cambiado, sigue siendo una carrera de fondo.

Especialmente desde que cierta artista fue catapultada internacionalmente en un disco en el que jugaba con los nuevos géneros, el estigma que existía en torno al trap se ha quebrado, si bien no ha llegado a romperse del todo. Del mismo modo, cuenta la leyenda que a Bob Dylan le tiraron piedras el 25 de julio de 1965, cuando sus acérrimos seguidores suponían que al tocar la guitarra eléctrica (sucumbiendo, de este modo, a las nuevas tecnologías) se olvidaría de la protesta. La historia se construye de forma circular.

La unión entre Solo Astra y Pimp Flaco no solo es acertada, sino también representativa. Cupido publicó “Préstame un sentimiento” (Primavera Labels / Universal, 2019) el día de San Valentín, lo que, además de ser una buena estrategia, ilustra el amor en época postmoderna. Cupido nos muestra el estilo de vida precario (“Milhouse”), el autobombo (“Autoestima”) o el despecho amoroso canalizado a través de Instagram en “Continúa”. Ligar por Tinder. Subir una storie para que la vea una persona en particular. Realizar una meta-narración de tu vida y tener un sinfín de posibilidades a tu alrededor siempre y cuando el iPhone no se te quede sin batería. Historias con las que todos podemos empatizar.

El atonalismo solo pudo haber surgido, desde una perspectiva histórica, en el siglo XX, cuando componer de forma tonal significaba echar la vista hacia un pasado bélico, y continuar una tradición con unos valores que habían causado la destrucción parcial de la Tierra. Soy una ferviente admiradora de la música barroca, pero la Chacona de Bach, compuesta en el siglo XXI, no tendría ningún sentido. Quizás ahora los tiempos sean otros, y los nuevos pertenezcan a Cupido.

Marta España

Marta España

Redacción

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