Alfredo González es una persona de conversación sagaz y profusa, lengua ácida si la ocasión lo permite, sentido del humor cargado de honestidad y letras excelsas tendentes a la melancolía. Elementos que se conjugan entre sí y que hacen de él un artista con el que da gusto reencontrarse y que nos siga deleitando con su música pero también con su locuacidad y sin pelos en la lengua.

Parece que hablar con él no sea más que la continuidad natural de la entrevista anterior tras su disco ‘La paciencia del faquir’ pese a que los años hayan pasado. El artista asturiano puede hacer gala de un don innato por la palabra. Quien lo escuchó, lo sabe.

Hagamos repaso: desde 2004 llevas seis discos publicados. En el anterior, ‘La paciencia del faquir’, del que ya han pasado 4 años desde su publicación, querías romper con etiquetas y reivindicarte un poco. ¿Lo lograste?
Logré romper muchas etiquetas, tantas que los etiquetadores me dieron por perdido, ¡ja ja! Lo que no sabría decirte es si logré reivindicarme. Desde un punto de vista estrictamente personal te diría que sí, porque practiqué la ética de no traicionarme a mí mismo en cada grabación (lo que llevo haciendo desde ‘La vida de alquiler’). El problema es que eso significa, quizá, traicionar al público con vericuetos inesperados. Y eso conlleva unas consecuencias que, con ‘La paciencia del faquir’, vi muy claramente.

«Vuelvo para ganar / pensabais seguir sin mí» cantas en ‘Guardad las tijeras’, uno de esos nuevos temas. Es una buena declaración de intenciones: ¿hay muchas zancadillas en el mundo musical?
Más que declaración de intenciones es una vomitona en su sentido más literal: el producto de una mala digestión. Hay momentos en los que a uno se le multiplican los sapos y las culebras en el estómago y luego salen de modo abrupto. Dudé bastante tiempo si incluirla en el disco, pero luego pensé en las canciones que yo escucho y en que me gusta cómo las y los demás se  deshacen de sus propios residuos. Al final, a todos nos gusta el veneno en las dosis justas, ¿no?
Como no quiero evitar la pregunta te diré que, más que zancadillas (yo no soy consciente de haber recibido ninguna), en el mundo de la música ocurre lo que en todas las industrias y trabajos: hay que estar en el lugar adecuado, en el momento justo, tener un porcentaje alto de suerte y, a poder ser, una cantidad lo suficientemente generosa de dinero.

En tu nuevo trabajo que se titulará ‘Afluentes’ has vuelto a tirar del hilo de la letra antes que encontrar una melodía o ha cambiado tu proceso creativo?
Pues ha habido un poco de todo. Hay canciones que escribí hace diez o doce años y que encontraron acomodo en la producción de Pachi García Alis, canciones que se quedaron fuera de ‘La paciencia del faquir’, algún que otro Frankenstein que fui componiendo a trozos… Cada vez me resulta más sencillo encontrar melodías y más complejo desarrollar letras que me parezcan dignas pero, al final, siempre necesito una historia que contar. Si la letra no me acaba de convencer del todo, la canción se queda fuera.

Hasta el momento ha habido tres avances de este nuevo disco. Nos gustaría hablar un poco de ellos. Por ejemplo en ‘Pentotal’ vuelves a cantar en asturiano. Con la que le ha caído a Pablo Casado con los frixuelos, ¿crees que va a escocer un poco que se escuche al otro lado del Negrón? ¿Seguimos igual cuando se canta en otra lengua fuera de Asturias o hay mejor acogida?
Al otro lado del Negrón, con la excepción del advenedizo este y sus adláteres tituladísimos, la gente tiene un respeto por la llingua asturiana que ya me gustaría a mí ver en muchos de los que están empadronados aquí. El mayor problema para la oficialidad del asturiano está en su uso como moneda de cambio política. Cherines -presidente del PP en Asturias-, «la gran triunfadora de este 2019», proponía la cooficialidad en 1998 y ahora se opone diametralmente por mero interés electoralista.
Yo, en lo tocante a mis canciones en asturiano, que nunca he dejado de cantar fuera de Asturies, no he recibido más que cariño.

¿Hay más canciones en asturiano en el disco?
No, sólo está ‘Pentotal’ y por una cuestión de militancia. Después de ‘Dobleces’ decidí que mis composiciones en asturiano serían para los discos de otros autores; pero, errare humanum est, ya hace unos meses que me estoy planteando volver a hacer un disco sólo de canciones en mi lengua materna.

¿Qué nos puedes decir de la canción que da título al disco? Tiene aire a canción tradicional, ¿no? ¿Crees que ha habido una vuelta a estilos menos transgresores -lo hemos visto con la cumbia, ha habido muchos grupos (en Asturias tenemos un buen ejemplo con Alberto & García, pero también están Novedades Carminha por ejemplo) que han bebido de esos ritmos y han logrado un éxito inesperado?
Afluentes‘, como bien dices, es una canción de fondo popular. Nació como una habanera, después se me fue al pasodoble y Pachi la trajo del pasodoble al, digamos, pop, pasando por el Mediterráneo más napolitano. Un amigo dice que le recuerda a La Buena Vida (¡ojalá!)…
Yo creo que la música tradicional, folk o popular está en nuestras raíces. Los que sí que no están son Woddy Guthrie ni Bob Dylan, aunque nos gusten mucho. Y ojo, digo raíces, no influencias… Yo siempre he sido un gran defensor de mis influencias hispanoamericanas y de la música tradicional en general. Mis ancestros no eran precisamente de Nashville…
En el caso de Alberto & García, que conozco de cerca, ya en las primeras grabaciones de Alberto (antes de formar la banda actual) se veía muy claramente su gusto por este tipo de músicas y su eclecticismo. Yo creo que al final se trata de ser un poco caleidoscopio sónico y no renegar de lo que escuchaban tus abuelos.

En ‘Guardad las tijeras’ está tu impronta de forma clara: la lírica al poder para lanzar un mensaje, aunque sea para mandar a la mierda a alguien. ¿Hay algo de ‘concepto’ en este disco? ¿Va a ser un disco más despechado?
Ay, qué sería de los autores si nos faltara el despecho, aunque sea ficcionado… En mi caso, no es un disco esencialmente de concepto. Como te comentaba antes, hay canciones muy viejas que han vuelto para quedarse y hay canciones que terminé justo antes de entrar en la pecera del estudio… Y esa variedad no ayuda a conceptualizar. Al final, es un disco de Alfredo González y, quien me haya escuchado previamente, encontrará mis tics; pero ya sabes que «vuelvo para ganar», así que vamos a dejar el despecho para los «triunfitos» de nuevo cuño.

La fecha de publicación de ‘Afluentes’ es el próximo 15 de febrero. Danos una definición, si no un avance, de qué nos vamos a encontrar.
Mi honestidad brutal en 11 actos.

¿Este parón desde el disco anterior a éste se debió a una sequía musical o te apetecía dedicarte a otras cosas?
Afortunadamente, nunca -hasta el momento- me han faltado ideas ni canciones. Pero sí que necesitaba parar y reencontrarme con mis propias ganas de seguir haciendo equilibrios. Al final, el éxito es caminar y la prisa el enemigo.

Nos consta que está pluriempleado preparando la gira de Fabián pero también tocas en Muñeco Vudú. ¿Vas a poder compaginarlo todo para hacer tu propia gira de presentación de ‘Afluentes’?
Sí, esa es la idea. Fabián es una persona y un artista fundamental en mi vida. A Muñeco Vudú volví hace unos meses porque me llamó Ivo, también gran amigo y artista muy necesario en mi vida, y me gustaría no perderme ni uno solo de los conciertos de la banda. A estos hay que sumar que Silvia Quesada publicará single este año y, seguramente, disco, y también formo parte de su equipo. Pero para compaginar hace falta querencia y entendimiento, y de eso estamos sobrados. Nada me ilusionaría más que tener que volverme loco cuadrando la agenda de 2019 porque todos estos proyectos funcionan de maravilla.

¿Seguimos hasta el gorro de que te llamen cantautor?

Pues me pillas en un momento de mucho orgullo con la etiqueta de cantautor y todo lo que significa… Lo que no quiere decir que me gusten los compartimentos estanco. ¡Soy escritor de servilletas!

Rocío García

Rocío García

Redacción

Periodista y melómana. Crecí con la música y no he parado nunca de aprender de nuevos sonidos y sensaciones. Amante también de las palabras, todo junto hace la canción perfecta.