La banda madrileña abarrotó por segunda vez en el fin de semana la sala Ocho y Medio de Madrid con su habitual y arrollador directo. Broche de oro para cerrar un 2018 que les ha encumbrado como una de las bandas revelación del año.
Como anticipo a los protagonistas del día pudimos disfrutar del trio pop-punk Rata Negra, con su clara y directa propuesta. En una actuación en la que fueron de menos a más, y donde alcanzaron su mejor versión en los temas de corte más cercano al pop.
A las cinco de la tarde se asomó por fin al escenario el cuarteto madrileño. Sí, da igual el horario, el día o el lugar… las entradas de esta segunda fecha salieron quince días antes de la misma y se agotaron en escasos cinco días, la cosa se puso seria hace tiempo.
Los afortunados que andábamos por allí pudimos presenciar de primer mano el fervor y fanatismo que mueve Carolina Durante. Y es que hay formas y formas de llenar una sala de casi mil personas, y el ambiente que se respiraba en la tarde del domingo era cuanto menos singular.
No vamos a entrar a analizar el fenómeno que la banda ha generado en prácticamente dos años de existencia, ni el conglomerado social que abarca su masa de seguidores –digno de análisis-, así que iremos directos al grano, como los 55 minutos que duró el show.
Como esa máquina de hacer hits en la que se han convertido desde el minuto uno, el setlist de la tarde funcionó a las mil maravillas, sin dejar, en ninguno de los casos, que el ritmo del concierto cayera, ensamblando a la perfección medios tempos con el pop alterador de masas.
“Las canciones de Juanita” sirvió como pistoletazo de salida a un bolo que tuvo escasos momentos de descanso, tanto para el público como para la banda.
Desde el arranque se puede apreciar lo rodada que está la formación, aunque sin caer en automatismos, con un sonido perfecto y una presencia brutal en el escenario. En este sentido, es fundamental destacar la figura de su frontman, chulería y altas dosis de “locura”, hacen de Diego el capitán del barco, sin desmerecer en absoluto a sus compañeros. Nota distintiva y genuina en la extensa oferta pop actual.
“Niña de hielo” se presentaba como el primero de los momentos álgidos de la noche. Letras frescas, instantáneas, pero a su vez dolorosas y melancólicas, unidas a fantásticas melodías pop conforman la receta de sus canciones. Fácil de decir, complicado de ejecutar. “Minuto 93” y la maravillosa “300 golpes” dieron aire en forma de medios tempos, donde más se disfruta del sonido orgánico de la banda, y es que poco se habla de la guitarra de este último tema, por poner un ejemplo, simple quizás, pero acertadísima.
El desparrame literal de “Himno nacional” –con gente del público subiendo al escenario- reflejó otro de los hypes de la tarde. Mención aparte para las proyecciones reflejadas durante todo el bolo sobre el escenario.
“Necromántico” y “KLK” mantuvieron el nivel de entrega de un público más que entregado, antes de entrar en la recta final. “El perro de tu señorío”, “Joder, no sé” –nuevo y potente tema- y una versión improvisada cantada a dúo junto a la vocalista Rata Negra dieron paso a la explosión final del concierto.
Su hit por antonomasia, “Cayetano”, su nuevo éxito “Perdona (Ahora sí que sí)”, mano a mano con Amaia, el surfpop de “En verano” y la formidable y primigenia “La noche de los muertos vivientes” se convirtió en el póker definitivo para cerrar un bolo sobresaliente.
Carolina Durante, una de esas bandas que aparecen en el lugar adecuado y en el momento preciso para toda una generación, con un talento irreprochable y un futuro a la vuelta de la esquina. Su recorrido…el tiempo dirá.
Iñaki Molinos
Redacción
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