Sumergido en la Gira “Tarque” por toda la geografía española, Carlos Tarque ofreció en Madrid dos conciertos el pasado fin de semana en la Sala Ocho y Medio, donde presentó su primer trabajo en solitario.

Tuve la suerte de asistir en lo que Tarque definió como: “Hoy es el día bueno”, refiriéndose al sacrosanto sábado 22, en el que ofrecieron un fabuloso concierto rock con tintes blues.

Sobre el concierto podría decir tantas cosas que es difícil saber por dónde empezar. Comenzaré diciendo que fue una velada en la que la presencia de su banda fue crucial: Carlos Raya (uno de los más grandes guitarristas de nuestro país), Iván “Chapo” González (bajo) y “Coki» Giménez (batería) crearon un ambiente muy familiar de músicos rock – blues. Tarque ha querido volver a sus raíces más rockeras con este proyecto en solitario.

Durante casi dos horas conquistó nuestros oídos y de paso nuestro pensamiento. Es difícil escapar a la energía que derrocha desde el minuto uno, Tarque es un tipo histriónico y carismático, la persuasión no cesa, su extraordinaria versatilidad y su sonido rotundo, relajan y amansan a las fieras sedientas de rock.

21:10 de la noche y ejerciendo como un verdadero líder, apareció Carlos Tarque en el escenario, arrancando con “I love rock & roll” (versionando a Joan Jett) y “Heartbreaker” (“Tarque», 2018), en la que rinde culto al gran Tom Petty. En un concierto donde las versiones tendrán buena parte del protagonismo.

Metidos ya en el show, Tarque presenta a su banda, el entendimiento y complicidad con sus integrantes hace que cada canción tenga una gran fuerza melódica, donde las texturas entre guitarra y bajo se diferencian a la perfección, mucha seguridad en el escenario. Poco a poco y sin disminuir un ápice de la energía, Tarque fue desgranando lo que nos tenia preparado.

Con “Juicio Final”, “El diablo me acompañará” y “Perdido en la ciudad” (esta última perteneciente al álbum “Retrovisión” 2006, M-Clan), estábamos completamente absorbidos, durante cada tema no cesaba la conexión con el público, la cuál iba in crescendo, Tarque es pura sangre de directo.

Los homenajes a M-Clan;  se alternaron con los temas de su reciente álbum, el cual interpretó íntegramente y disfrutamos especialmente con “Lobo solitario” o “Janis, Amy, Billie”. La mayoría de las canciones representaron un rock bastante puro, pero también hubo espacio para temas blues, como “Se hizo de noche cuando te conocí” (“Para no ver el final”2010, M -Clan) con el que hizo estremecer al público. Otro de los momentos álgidos de la noche fue su homenaje a Leño, y en consecuencia al gran Rosendo con «Qué desilusión», seguida de «Electroshock» («Tarque», 2018).

Se avecinaba el final, y con él nos esperaba una fuerte dosis de energía con «Calle sin luz» (M-Clan) tema con el que decidió romper la barrera del escenario y bajar a la pista, en la que atravesó el variopinto público que le acompañaba extasiado. Y con esta atmósfera abandonaban el escenario, pero solo unos minutos…


Ante la impaciencia de un público enloquecido y con ganas de mucho más, empezaron su bis, y con él Carlos explicaba: “Compuse la letra de esta canción, pero sólo conseguí empeorarla”, con estas palabras presentaba la composición de Carlos Raya autor de la melodía de “Miedo”. En cuanto oí el primer acorde de guitarra se me iluminó el rostro, me resultó difícil contener la emoción, para poner el punto final con «Donde nace el rock and roll», da gusto ver como Tarque y su banda hacen del público parte del concierto.

Fue una lección de ritmo, energía y talento, nos demostraron que Tarque y su banda en están en plena forma… Larga vida al Rock & Roll.