Asistimos al segundo concierto del ciclo Cómplices de Mahou en Madrid, celebrado el pasado martes, 6 de noviembre en el Teatro Kapital
Fotos: Emilia Picazo – La Chica de Luces
Cuando hablamos con Hinds, un par de horas antes de que salieran al escenario, se sinceraron contándonos lo que la carretera agotaba muchísimo y, en ocasiones, provoca que pierdan la noción del tiempo. Aunque el espectador la perdió de forma diferente (¿tan solo treinta minutos?), no se percató de la fatiga anteriormente comentada. El cuarteto, que dentro de su agenda encontró un hueco para tocar en casa, se encuentra más fresco que nunca: pese a que siguen manteniendo su esencia DIY por encima de todo, la banda de Carlotta y Ana confía mucho más en su potencial, puesto que ahora son dueñas de todos los elementos que necesitan.
Si bien ellas mismas se pronunciaron en contra del setlist escogido (pues pensaron que se iban a encontrar con un ambiente más relajado), éste fue perfecto para dar la entrada del concierto de Mala Rodríguez. Tras algunas de las canciones más relajadas de “I Don’t Run” (Lucky Number, 2018), como “Linda” o “Tester”, la jerezana se enfrentó al escenario con uno de los formatos más novedosos de sus últimos años. Acompañada de Jorge Pardo (el que, tras la sorpresa, se alzó como uno de los artistas principales de la noche), María se dispuso a tocar sus canciones arregladas para trío de voz, guitarra y flauta (o saxofón): “Déjame entrá”, como apertura, o “Quién manda” fueron algunos de los regalos que nos ofreció una de las pioneras de la fusión del flamenco con otros géneros.
Poco más tarde, dentro de una pequeña rueda de preguntas en la que podían participar todos los espectadores que así lo desearan, Mala nos cuenta que conoció a Jorge Pardo y Paco de Lucía y Cancún, y desde entonces ha mantenido una ferviente admiración por ambos. Hinds, por el contrario, nombraban influencias a bandas amigas, con las que han compartido escenario en más de una ocasión. Este podría ser uno de los numerosos ejemplos sutiles que marcan la diferencia entre ambos mundos; sin embargo, las mujeres decidieron construir un puente para cruzar tal abismo. Así ocurrió en el cierre del concierto, en el que las cinco mujeres mezclaron de forma homogénea “Bamboo” con “En la hoguera” y “Castigadas en el granero” con “Tengo un trato”. Dos propuestas de un corte un tanto bizarro que demuestran que las mujeres en la música son la vanguardia y también el futuro.