Asistimos a la segunda edición del Fort Festival, una alternativa de música electrónica en una localización espectacular: Tossa de Mar, en Girona

Mariona Gil

Otoño, depresión post vacacional. En el recuerdo quedan las vacaciones y todos los festivales vividos. Y llega el Fort Festival para hacer menos dura la vuelta y darnos un respiro a estos días de frío que están por llegar.

Fort Festival nació el año pasado, un festival prometedor con música electrónica de calidad en un espacio único y singular, el recinto Amurallado de Tossa de Mar. En su segunda edición, el festival se ha presentado con un line-up de alto nivel, internacional y nacional, distribuido en dos escenarios, el Church Stage, en la zona de la antigua capilla, y el Far Stage, un escenario en la cima de todo, al lado del faro y con unas vistas espectaculares del mar y la Costa Brava.

Viernes, 5 de octubre

Esa emoción acumulada durante toda la semana, con ganas de disfrutar de buena música, audiovisuales y un espacio que te deja con la boca abierta. Solo tuvimos que entrar al recinto, caminar y llegar hasta al Church Stage para que nos quedara claro que lo que íbamos a ver, sentir y bailar prometía.

Por suerte, el viernes nos lo pusieron fácil, un único escenario, el Church Stage donde pudimos disfrutar de los proyectos live caracterizados por sonidos reposados, profundos y de mucha emotividad. UNDO presentó su nuevo directo en el que la voz juega un papel clave entre sonidos acid house. Nos dejamos llevar por el vibrante y melancólico show de Christian Löffler, tras el cual Jan Blomqvist nos deleitó con la presentación de su nuevo disco con bases minimal techno y un sonido eufórico a la par que melódico.

El cierre corrió a cargo de la italiana Giorgia Angiuli combinando voz, instrumentación y programación electrónica en un set de techno y house que entusiasmó y encendió a todos los asistentes.

Sábado, 6 de octubre

Resaca de felicidad de haber vivido una noche vibrante y emotiva. Cogemos fuerzas porque el día promete, nos esperan unas buenas sesiones de baile con el mejor techno y es el día que se espera una mayor afluencia… y así fue. El sábado incluye otro espacio, el Far Stage y toca cuadrar horarios, de jugar con los solapes y hacer apuestas.

La brasileña ANNA encendió la mecha, con una sesión energética y agresiva que hizo bailar a todos los presentes en el Church Stage. Y esto solo era el principio.

Nos decidimos subir al Far Stage, del que nos habían hablado tan bien. Llegas y te encuentras unas vistas espectaculares del mar y un escenario pequeño que te atrae y te envuelve. Y nos dejamos llevar por la música del cofundador del festival, Juli que se marcó un B2B con Jairo Uria y ambos presentaron una sesión de elegantes melodías y deep techno que conectó con los que estábamos allí.

Gerard Bauza también cofundador del Fort, convirtió su sesión lleno de sonidos profundos en un viaje único y inolvidable.

Y el sábado sólo podía terminar con Jeff Mills. El dj de Detroit nos deleitó con su técnica y una sesión demoledora y demostró, una vez más, por qué lo llaman el mago del techno.

Fue el cierre de una noche perfecta.

Domingo, 7 de octubre

Despertamos con lluvia y frío pero el tiempo mejoró con las horas y pudimos cerrar el festival y disfrutar del último día, con sesiones más deep y melódicas.

Arrancamos  con el  barcelonés BeGun que fue llenando el Church Stage con su sesión de una sonoridad robusta y vibrante, con toques étnicos. Después nos dejamos llevar por las recomendaciones y fuimos al Far Stage, para disfrutar de dos djs en formato live. Satori nos llenó de energía, creó melodías con el teclado consiguiendo una combinación más profunda de música electrónica y Rampue en su live set nos transportó con su música elegante y delicada que envolvió de magia el pequeño escenario.

Con Mano Le Tough bailando bajo una fina lluvia su techno pausado e intimista. Y seguimos con Maceo Plex que embriagó al público con una sesión llena de energía y perfectamente ejecutada cerrando así el domingo.

No podía acabar de otra manera.

Fort Festival se desmarca como un festival diferente de poco aforo, que apuesta por la música electrónica de calidad y con una ubicación tan especial como es la zona amurallada y el Faro de Tossa de Mar. Tres días vividos que han sido mágicos e inolvidables y que esperamos volver a repetir el año que viene.