Acudimos al X aniversario de Low Festival, en la ciudad de Benidorm. Una edición que nos ha dejado actuaciones para el recuerdo, una organización impecable –un año más-, y la originalidad necesaria en una programación musical cada vez más repetitiva y saturada en el territorio nacional
Fotos: Low Festival
La habitual audiencia de los festivales de medio formato, abundantes en cada rincón de la geografía española, no parecían convencidos del cartel que el Low Festival había preparado para su X aniversario. Aunque las comparaciones son odiosas, y los cabezas de cartel nacionales no contarán en esta ocasión con el apoyo masivo de otras ediciones, hay que destacar, por encima de todo, la tremenda variedad de registros y estilos, así como las grandes actuaciones brindadas por muchas de las bandas.
Viernes 27 de julio
Con el show pausado y delicado de La Bien Querida recibiéndonos aún con el sol cayendo comenzamos la primera jornada del festival. La artista vasca presentó su último trabajo, «Fuego» (2017), en un formato, el de festival, que no hacía justicia al sonido de su nuevo disco, del que pudimos disfrutar de temas como «Recompensarte», «Permanentemente», «7 días juntos» y otras grandes y recientes creaciones como «Muero de amor» de su anterior EP.
Saltamos directos al escenario principal para disfrutar de uno de los platos fuertes de la noche. El queridísimo Iván Ferreiro sigue presentando su último trabajo «Casa» (2016), que en poco tiempo cumplirá dos años de su lanzamiento y que tantas alegrías le ha dado tanto a nivel de crítica como de público. Con un sonido que costó ajustar al inicio, pero con la entrega y repertorio al que nos tiene habituado el gallego, gracias a su habitual y magistral interpretación vocal y musical –propia y de su banda- durante todo el concierto. En un in crescendo constante arrancó con cortes como el que da título a su disco, «Casa, ahora vivo aquí», «Tupolev» o «La otra mitad» donde la formación demostró sobradamente los automatismos de una maquina engrasada a la perfección.
Tras una parte central basada en los medios tempos como «El viaje de Chihiro» o «El pensamiento circular», el bueno de Iván y los suyos sacaron todo su arsenal para cerrar con grandes himnos del pop rock independiente de nuestro país, como «Años 80» –Los Piratas-, «El equilibrio es imposible» o la sempiterna «Turnedo».
Turno para otro de esos grupos que marcan la diferencia dentro de un festival, y que este año han limitado sus actuaciones en directo. León Benavente nos ofreció una actuación a la altura de las expectativas, y es que la banda comandada por Abraham Boba se ha convertido en un valor seguro, gracias a un directo que tiñe su habitual amalgama sonora, con una energía e ímpetu que contagió a un respetable cada vez más fiel a sus actuaciones.
«Tipo D», «California» y «La Ribera» fueron los primeros temas en sonar, de su maravilloso álbum 2 (2016). Tras este inicio avasallador, pudimos disfrutar de la sofisticación de ‘Ánimo, valiente’ o la apoteosis –aún en mitad del concierto- de «Gloria» o «Siempre hacia delante», un repertorio seguro y demoledor que finalizaba con «Aún no ha salido el sol» y la locura y pogos de ‘Ser Brigada’.
Así llegamos al plato fuerte de la noche. Los franceses Phoenix se ganaron su condición de cabeza de cartel –internacional- con una actuación digna de su ya extensa carrera musical, que mezcla los mejores sonidos indie rock-rock con tintes electrónicos. Desde lo bailable a lo íntimo, con su último trabajo «Ti amo» (2017) como guión de presentación.
Con un sonido preciosista centrado en la base de las guitarras eléctricas y un juego de luces digno de destacar, Phoenix arrancó con temas como «J-Boy», «Entertaiment» o «Lisztomania», que arrancó los primeros gritos de entusiasmo acompañados de los consiguientes bailes. Un concierto que mantuvo un óptimo nivel musical, sonoro y narrativo, en el que no se produjeron grandes altibajos, para bien y para mal.
En una demostración de estilo propio – aun encuadrándose dentro de una generación concreta-, la banda francesa demostró el porqué de su exitosa trayectoria que alcanza casi los 20 años.
En la última parte del concierto, basada en sus cortes más electrónicos nos pudimos deleitar y dejarnos llevar por cortes como ‘Ti amo’, ‘Armistice’ o la mítica ‘If I ever feel better’, de su primerísimo álbum «United» (2000). Para cerrar definitivamente con la mágica «1901″, uno de los temas más representativos –musicalmente hablando- y populares de la banda y «Ti amo de piu».
Concierto de gourmet para un público agradecido y entregado a la causa durante la primera de las jornadas del festival benidormense.
Sábado 28 de julio
Aterrizamos directamente en uno de los platos fuertes de la noche. Con el día todavía cayendo, sonaban los primeros acordes de «Islamabad», dando el pistoletazo de salida al concierto de Los Planetas. Esa especie en extinción, odiado y amado a partes iguales, pero resistiendo a la nueva ola e innovando en su extenso repertorio, gracias a maravillas como la que abría la noche.
Jota y compañía tenían el día caprichoso, regalando un fantástico concierto a lomos de un setlist alejado durante muchos momentos de la popularidad de sus temas más conocidos, para adentrarse en el universo más embriagador de la banda; siempre valorado en mayor medida por su ejército de fieles.
Así, pudimos escuchar temas como «Señora de las alturas», «Seguiriya de los siete faunos» o «Si estaba loco por ti», antes de aterrizar en «Santos que yo te pinte» para llegar al primer tercio de concierto, acompañado de un buen y adecuado sonido para la banda granadina.
Transcurrieron así, en la parte central del bolo, temas como «Corrientes circulares», «Hierro y níquel» o una sorprendente y maravillosa «Toxicosmos», rescatada de su obra cumbre «Una semana en el motor de un autobús» (1998) en su 20 aniversario.
En un concierto que sorprendió más a los propios que a los extraños, Los Planetas supieron rematar su actuación con magnífica traca final que contenía clásicos como «Un buen día», «Segundo premio» o «Alegrías del incendio».
Turno para otro de los primeros espadas del cartel. El trío escoces Biffy Clyro hacía acto de presencia en el escenario principal para brindar una velada de rock, que por momentos se hizo realmente llevadero, aunque en otros se rendía en exceso a una endeblez que hace tambalear su discurso en directo. Su actuación fue una de las atracciones del día, antes del plato principal.
Con diferentes registros que van desde el rock más melódico a sonidos más sucios y alternativos, arrancando con «Winter wolves» de su último trabajo «Ellipsis» (2016), y navegando entre éste último y su álbum más certero, «Only revolutions» (2009), con temas como «Bubbles», «Mountains» o «That Golden rule», el concierto fue avanzando con empaque pero sin grandilocuencias ante un público bastante entregada a la causa.
La intensidad y entrega de la banda es uno de sus grandes puntos a favor en sus directos, y el Low Festival no fue una excepción en este sentido. Con la honda y coreada «Many of horror» y el derroche eléctrico de «Stingin´ belle» echaron el cierre final a un buen concierto a nivel de interpretación pero falto de esencia en determinadas fases.
Tras una breve parada en la verbena de Novedades Carminha, donde bailamos a golpe de zapatilla pegadizos temas como ‘Caprichito de Santiago’, ‘Te quiero igual’, ‘Antigua pero moderna’ o ‘Jódete y baila’ volvimos veloces al escenario principal para sumergirnos en el protagonista principal del X aniversario del Low Festival, y donde fueron destinados muchos esfuerzos –de todo tipo- de la organización de este año, a mi modo de ver.
Y lo cierto, es que independientemente del gusto de cada uno /a por la música electrónica, hay que remarcar el memorable concierto ofrecido por Chemical Brothers en la noche del sábado. En un recinto que un servidor jamás había visto con tal aforo –gradas incluídas-, el espectáculo audiovisual desplegado resulto impactante para cualquiera de los allí presentes.
Las proyecciones gigantes en tres dimensiones acompañaban y te hacían sumergirte en un sonido exquisito, ensalzado, más aun, por un público entregado al baile de inicio a fin.
Gracias a un arranque fluido con temas como ‘Go’ o ‘Do it again’ y una parte central que mantuvo una intensidad difícil de alcanzar en este tipo de género, la archiconocida y majestuosa ‘Hey boys, hey girls’ hizo temblar a todo el festival, presenciando uno de los momentos más espectaculares de la presente edición, y demostrando porque fueron y son unos de los reyes de electrónica contemporánea.
Para el cierre final el dúo británico nos deleitó con grandes cortes como ‘Escape Velocity’ o ‘Galvanice’ en uno de los conciertos más espectaculares que el Low ha vivido en su primera década de vida.
Domingo 29 de julio
El caluroso atardecer de Benidorm daba la bienvenida a esta tercera etapa del Low Festival 2018, en la que Santiago Auseron & Sexy Sadie acompañaron la caída del sol con un experimento destilado en pequeñas dosis y que rescata las mejores canciones tanto de Radio Futura y Juan Perro como las de la banda icónica del indie mallorquín.
‘Annabel Lee’, ‘Escuela de Calor’ o ‘Han caído los dos’ son algunas de las canciones que sonaron en la parte inicial y central del concierto, disfrutando ante nuestros ojos de un pedazo grande de la historia del rock en España. Junto a la portentosa interpretación de Santiago Auserón a la guitarra y voz, destacó la banda mallorquina con temas como ‘A scratch in my skin’ antes de encarar la recta final de un repertorio apabullante, con temas como ‘Veneno en la piel’, ‘La negra flor’, ‘Perro flaco’ o la fascinante y preciosista versión de ‘La estatua del jardín botánico’, donde alguna lagrima –en la arena- cayó, sin duda.
Una de las atracciones de la noche, más por nombre que por propuesta, era Izal. La banda de moda en nuestro país se confirmó como uno de los shows nacionales más masivos del festival, demostrando que su fórmula ha terminado de calar, sobre todo entre el público más joven.
Con el pretexto de la presentación de su último trabajo «Autoterapia» (2017), el grupo comandado por Mikel Izal, se dio en enorme baño de masas rescatando un repertorio basado en sus canciones más populares, entre las que intercalaron los irregulares temas de su citado reciente álbum.
‘Autoterapia’, ‘Ruido Blanco’ y ‘Copacabana’ fueron los primeros temas en sonar, antes de encadenar sus primigenios hits como ‘Despedida’, ‘Hambre’ y ‘Agujeros de gusano’, con un sonido mucho más rodad y efectivo que al inicio de la presente gira, donde su show aun hacia ciertos estragos. A pesar de que la propuesta visual no termina de cuadrar con el discurso propuesto, lo cierto es que la entrega del personal y de la propia banda fue envidiable.
Después de la parte menos intensa del espectáculo, con temas como ‘Los seres que me llenan’ o ‘Qué bien’, afrontaron la el último tercio del concierto con la tranquilidad de los éxitos contrastados en el último lustro: ‘Pánico práctico’, ‘La mujer de verde’ o ‘El baile’ sirvieron para despedir un concierto en el que Izal volvió a reecontrarse con el agradecido público lower.
Nos acercábamos al final de una nueva edición del Low Festival con la actuación de Editors, el headliner de la última jornada no brilló como lo hicieron los anteriores, al menos en cuanto a público, aunque si respecto a su propuesta y sonido. Con un show centrado en «Violence» (2018) donde la oscuridad y el rock de vanguardia se funden en una narrativa muy acorde con el estilo de la banda de Birmingham.
Autenticidad a raudales gracias a temas como ‘Cold’, ‘Hallelujah’ o ‘Darkness at the door’ en un arranque meticuloso y de sonido envolvente centrado en su último trabajo. Gracias a los punteos atrapables, la amalgama de sintetizadores y la hipnótica voz de Tom Smith, es imposible no caer en las redes de una atmosfera sonora que empodera el rock electrónico en otro de los conciertos del festival, musicalmente hablando.
Visitaron trabajos anteriores a través de temas como ‘Munich’ o ‘Sugar’, donde mantuvieron medios tempos de calidad antes de visitar clásicos como ‘Smokers Outside the Hospital Doors’ o ‘The Racing rats’, ambas de su alabado segundo disco «An end has a start» (2009) remachando un concierto sobresaliente con su tema insignia ‘Pavillion’ y el primer de los singles de su nuevo trabajo ‘Magazine’.
Y que mejor forma para cerrar la noche y el festival, que con la combinación del mejor folk rock en castellano del momento de la mano de La M.O.D.A. y la fusión rock, hip-hop y reagge de Kakkmaddafaka. Dos de las mejores propuestas del elenco que nos hicieron bailar y cantar sin descanso –cada uno a su modo- hasta bien entrada la madrugada.
Un año más, un nuevo Low, y 83.000 personas disfrutando de la mejor música en directo, una organización impecable, y un ambiente inmejorable. Esperamos con los brazos abiertos una nueva edición de un festival diferencial.
Iñaki Molinos M
Redacción
La honestidad no es una virtud, es una obligación.