La banda estadounidense interpretó en acústico su disco ‘Deserter’s songs’ en el marco del Gijón Sound Festival
Retroceder 20 años en la memoria es un acto casi suicida: el hecho recordado puede sorprender por su frescura o todo lo contrario. Mercury Rev hizo la prueba con los ojos cerrados, de un solo salto y sin red. Vamos, sin ningún atisbo de miedo.
La cita que les trajo el pasado jueves al Gijón Sound Festival fue muy interesante por un doble motivo: por una parte, ver a la banda estadounidense en su única fecha en España, algo realmente interesante a tener en cuenta (y de agradecer al festival, saturados como estamos de ver a los mismos artistas llenando los carteles). Por otro lado, porque para los más fans era la oportunidad de escuchar en directo íntegro el álbum ‘Deserter’s songs’, que en 1998 les confirió un notable éxito. Tres de sus singles llegaron por entonces al top 40 de las listas musicales inglesas: ‘Goddess on a Hiway’, ‘Delta Sun Bottleneck Stomp’ y ‘Opus 40’. En esta ocasión, las canciones del disco sonaron en acústico y desnudas, con numerosos comentarios acerca del proceso de creación de este trabajo así como propias experiencias del grupo que hicieron más amena la cita en la sala Albéniz.
Según relató el cantante, ‘Deserter’s songs’ fue escrito tranquilamente en casa y la manera en la que la interpretaron el pasado jueves «es muy parecida a cómo se concibió». Jonathan Donahue también reconoció que era la primera vez que tocaban el disco así. Recordando cómo era su vida hace dos décadas, apuntó que «estábamos sin dinero y no sabíamos qué nos iba a pasar. Las cosas estaban muy oscuras. Fue raro cuando todos los medios se fijaron en el disco». Y con esta atención no prevista pero bien recibida, el éxito comercial.
«Una de las cosas más raras cuando hicimos este álbum es que no teníamos una dirección donde ir», reconoció el grupo, y sin embargo, 20 años después, aún pueden presumir de hablar de él y de que un buen número de fans se congreguen para escucharlo: ‘Holes’, ‘Tonite it shows’, ‘Endlessly’, ‘Hudson Line’ y así hasta un total de 11 canciones, las que integran su disco. Con alguna sorpresa añadida, como su bella ‘The dark is rising’ de ‘All is dream’ (2001), donde todos reconocemos nuestra debilidad al cantar aquello de: «In my dreams, I’m always strong». El círculo se cierra. El álbum sigue vivo y sus canciones, también en cada uno de nosotros.