Cuatro ediciones y el Esmorga Fest no sólo ha sabido hacerse un hueco en un panorama inundado de festivales; es que ha sabido desmarcarse con genuinidad.
Tirando de los tópicos, diríase que el Camino del peregrinaje indie comienza cada año en Sarria porque en cada edición hay grupos para descubrir y cabezas de cartel para paladear. Y a veces tan entremezclado que sin darse cuenta poco te importa ya cuál es el siguiente en actuar: estás en el Esmorga y sabes que acertarán.
Y así ocurrió. El viernes empezaba la fiesta tan sólo empañada por el mal tiempo, ya que la lluvia persistente obligó a cancelar (con antelación, al menos la previsión meteorológica estaba clara) las actividades paralelas a la programación musical. Bulto y FAVX fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida en la sala Litmar a una nueva edición del festival lucense para dar paso a unos viejos conocidos del Esmorga y oriundos de la villa como son Disco Las Palmeras! Fue la ocasión perfecta de lucir nuevo disco y demostrar que han ganado experiencia sobre el escenario. Tras su descarga de energía los más aguerridos continuaron la fiesta con los tintes bailables de Presumido, KadettGSI y Triángulo y Maraca Djs.
El plato fuerte sin duda era el sábado con el precalentamiento en La Unión a cargo de Amparito, The Handicaps y La Plata. Ya de noche y de vuelta a la Litmar, quedaba una larga velada por delante.
Eclectismo como valor añadido
No hay duda de que el Esmorga Fest consiguió este año una vuelta de tuerca a todo lo avanzado años anteriores. Electrónica, rock sinfónico, garage, post punk y una gran variedad de pinceladas sonoras crearon la composición definitiva: no para todos los gustos, porque eso no existe, pero sí para deleitar a los más abiertos de orejas.
Un ejemplo: Nudozurdo presentó al público su último trabajo, ‘Voyeur Amateur’ salpimentado con temas antiguos como ‘Ha sido divertido’ o ‘Prometo hacerte daño’. Concierto destacable con una vertiente del trío que sorprendió por adoptar un sonido más sucio que en sus discos. Antes habían sembrado Jardín de la Croix su rock instrumental sin piedad con una descarga de energía brutal. Cala Vento lanzó su órdago y no dejó ninguno de sus hits sin tocar, como ‘Isla desierta’ o ‘Historias de bufanda’.
Luego llegó WAS y reventó la pista de baile de la «discoteca medieval» como calificó Deu Txakartegi a la Litmar a base de diversión: ‘Irrintzi’, ‘I like as you are’, ‘The first girl who got a kiss without a please’ o ‘Can I count on you’ han sabido hacerse patrimonio musical en los últimos años.
Por si fuera poco, para rematar la noche fue el turno de Mujeres (lee aquí la entrevista que les hicimos la semana pasada) y lo que quedaba por bailar se gastó. Sólo los más fuertes llegaron a Pálida para despedir la noche a lo grande. Los rumores dicen que todos apuntarán la cita en sus agendas para el año que viene.