En plena gira de presentación de su nuevo álbum, Salvavida (de las balas perdidas)(2017), nos damos cita en un céntrico café madrileño con David y Jose, miembros de La Maravillosa Orquesta del Alcohol para charlar de la música y de todos los aspectos que la rodean, de la creatividad al público, pasando por la industria.

Crónica: Iñaki Molinos M (@elBUniversal)
Fotos: Javier García Nieto (@jgarciani)

Ya lleváis algunos conciertos de la gira de presentación de vuestro nuevo álbum, incluyendo los conciertos acústicos en tiendas de discos. Me gustaría conocer, desde vuestro punto de vista, ¿A qué se debe el crecimiento de vuestro público, existe algún factor diferencial, algún hito concreto, o es más fruto de habéroslo currado, de la constancia y del trabajo del día a día?

Consideramos que es trabajo del día a día, durante siete años, de tocar un montón. Llevamos casi 400 conciertos, hemos hecho todos los acústicos que hemos podido, hemos hecho prensa, hemos tocado desde la calle, hasta el festival más multitudinario que nos han llamado. Y hemos sacado ya tres discos de estudio, un directo, dos referencias previas, ep´s….

Supongo que el tener esa ilusión, esa pasión, creer en lo que hacemos, dejarnos la piel en el escenario, ha hecho que con ese boca a boca, la base de seguidores haya crecido y nos encontramos en el momento más dulce de la trayectoria del grupo. Y esto nos lo decimos también a  nosotros, para ser conscientes de ello, igual que las cosas malas, todos somos muy conscientes de ellas, a veces las buenas se nos olvidan y creo que es importante valorar el privilegio que es estar donde estamos. Porque sabemos que es tocar para veinte, para cinco o para cincuenta personas, y tener todas las entradas vendidas, ya no sólo aquí  en Madrid, si no en el resto de las ciudades, en Bilbao, en Zaragoza…bueno no, en Zaragoza no, no sé qué ha pasado ahí (risas).

Pero bueno que esto es una bomba, y estamos muy orgullosos y muy felices de haber conseguido esto.

En este sentido, también hemos visto como Salvavida (de las balas perdidas) ha tenido una gran acogida en las listas de ventas y en mayor medida en las de consumo de música en formato streaming, de lo que podemos deducir que el público ha escuchado masivamente vuestras canciones.

A nivel de reflexión personal, creo que cierto segmento del público pretende ir a ver el mismo concierto que en giras pasadas y “se aburre” cuando se tocan las canciones del nuevo disco…¿Cuánto de importante consideráis la implicación del público con vuestras nuevas canciones en la música en vivo?

Pues por suerte, las nuevas canciones están teniendo mucho peso en el directo. Ya alucinamos en la gira de acústicos, la gente cantaba bastantes temas y el disco tenía 4 o 5 días. Quizás somos muy afortunados por los seguidores que tenemos, pero es que nosotros nos somos un grupo de un single, ni de un año, o de un disco, hemos trabajado siempre para que cada canción y cada disco sea especial. En este sentido, con el disco nuevo, además de que lo tocamos entero en esta gira, cerramos el concierto y lo abrimos con una canción del último álbum, y creo que esto es una buena declaración de intenciones, y la gente está cantándolas a muerte.

Y ese fenómeno del que tú hablas, es verdad, eso pasa muchas veces, pero creo que eso pasa con cierto tipo de grupos, con otro tipo de bandas como es nuestro caso…la gente escucha el disco entero, y eso es fundamental porque no nos gustaría estar tocando y que la gente rechazara los nuevos temas, no somos un jukebox ni un karaoke.

Creemos en estas canciones y creemos igual que en las anteriores.

En el último año desaparecisteis totalmente del mapa para realizar todo el proceso creativo de vuestro nuevo disco. ¿Tomasteis esta decisión con la finalidad de aislaros totalmente en el proceso creativo del nuevo disco, trabajar a vuestro aire, sin presiones o también como una actitud premeditada con la idea de generar la ilusión en vuestros seguidores, al añorar vuestra propia presencia?

Es un poco las dos cosas la verdad, estábamos inmersos en la grabación del nuevo disco, llevábamos más de cinco años sin parar, queríamos alejarnos, para ver con perspectivas donde estábamos, que queríamos hacer, que enfoque dar a las cosas y era el tiempo de parar, de componer, de grabar tranquilos, no teníamos prisa de sacarlo…Nosotros somos nuestros propios jefes, no dependemos de una discográfica que nos diga cuando tenemos que sacar el material, lo hacemos todo a nuestra manera.

Y la segunda parte que comentabas, mantener la incertidumbre, no es tampoco eso, nosotros lo vemos más bien como dejar respirar un poco a la gente, al final si vas sacando las cosas todo el rato, vas dando noticias del grupo, la gente no va a saber ni si quiera que has sacado un nuevo disco.

A tenor de lo que comentáis, hay una tendencia en grupos emergentes o jóvenes, de la idea de que si no giras, la gente se olvida de ti… ¿Qué opináis vosotros?

Es complicado, y ese riesgo existía, pero era un precio que estábamos dispuestos a pagar, porque al final no somos un producto de marketing, somos un grupo de música que quiere hacer las cosas a su manera, y sentíamos que teníamos que parar y que no queríamos saturar ni saturarnos a nosotros mismos. Igual que se ha hecho toda la vida en agricultura, no puedes estar sembrando todos los años, hay que dejar respirar un poquito a la tierra.

Volviendo al asunto estrictamente musical, con un género que bebe directamente del folclore de principio del siglo pasado, quería preguntaros por vuestra visión respecto al desarrollo de vuestro sonido como banda, insertos en un género como el folk-rock, country… ¿consideráis la posibilidad clara de innovar y evolucionar dentro de este estilo musical o por el contrario atisbáis la opción de transitar otros territorios sonoros?

Es que no nos vemos dentro de ningún género, quizás desde fuera se nos percibe de otra forma. Nosotros siempre hemos luchado porque no nos encasillen, y que es verdad que tenemos influencias que beben de muchas fuentes; del folk, del country, del punk, del blues, del rock…pero escuchamos mucha música y nos gustaría tener una voz propia y un sonido reconocible.

No hemos inventado la rueda, y lo que hacemos es música de guitarras, con acordeón, saxofón, clarinete, que viene muy marcada por los instrumentos que se toca, pero no nos consideramos un grupo de folk ni de ningún estilo, intentamos hacer música sincera, con el corazón y en este disco hemos intentado conservar ese esencia y lo que nos hacía reconocibles de otros trabajos pero ir un paso más allá, que se ha visto, en canciones como ‘Mil demonios’, que es una canción tradicional de La M.O.D.A., con una estructura más básica pero a la vez tienes una parte más sinfónica y en esas melodías influenciadas por la música popular francesa. Tienes canciones como ‘Oceano’ o ‘Himno nacional’ donde hemos desdibujado las estructuras que veníamos manejando, canciones como ‘La inmensidad’ donde hay un ritmo irregular que no habíamos tocado antes…

Aunque no queráis hacer referencia a un género específico, hablando de vuestro estilo propio. Con una instrumentación como la vuestra, hay pocos grupos actualmente que estén movilizando a tanto público

¿Cuál creéis que es la clave de la recepción masiva de vuestra música en la generación actual?

Es sorprendente quizá a que igual ahora esperas que la gente escuche más reggaetón, como hace diez años se escuchaba más rock urbano…Pero no sé, estas cosas suceden, y ni si quiera nosotros éramos conscientes de que iba a suceder. Supongo q si hay alguna explicación es que creemos en lo que hacemos, que nos desvivimos por ello y consideramos que el público es lo más importante, sea uno o sean diez mil, y siempre hemos tratado de respetarles, de ofrecer los mejores conciertos que podíamos y supongo que cuando estás en el escenario dejándote el alma, la gente lo ve, lo percibe y de alguna manera han conectado con nosotros.

Igual porque no hay muchos grupos sonando así, igual porque la combinación de música y letra les ha llamado….es que no lo sabemos y sinceramente, creo que es más bonito no saberlo y no preguntárselo para no quitarle la magia a todo esto.

Aterrizando un poco más en vuestro nuevo material, habéis experimentado con sonoridades más cercanas al spoken Word ¿Qué os ha parecido el resultado final de este acercamiento en relación  a su funcionamiento en directo? y ¿Cuánto de cómodos os sentís con ellas?

Si no nos encontrásemos cómodos no los hubiésemos grabado. Las canciones del grupo las tocamos muchísimo en el local antes de entrar a grabar y ahí vamos viendo por donde va. Nosotros tampoco somos conscientes de que haya una parte de recitado, que las hay, pero vemos la voz como un instrumento más en esas canciones, que ayuda a subir con la dinámica, la intensidad, a transmitir, y en directo es igual, está funcionando igual. Tenemos la suerte de que la gente que viene a vernos, les gusta cantar, les encantan los temas y es como tener un grupo con mil cantantes.

Por lo que sea están funcionando, y no son letras fáciles de cantar, canciones como ‘Oceanos’ o el final de ‘Himno nacional’. Creo que nuestro público es abierto y nosotros también hemos peleado por hacernos esa personalidad y que la gente sabe que de La M.O.D.A. no puede esperar un cambio drástico, que no lo ha habido, pero ha habido culebreos, hemos peleado por abrirnos nuestro espacio de libertad y que la gente no se echara las manos a lo cabeza al escuchar una determinada canción.

Cuando hicimos La primavera del invierno (2015), era un disco oscuro, aunque tuviera temas como ‘Hay un fuego’ o ‘Miles davis’, pero había canciones como ‘Flores del mal’ que la sacamos la primera, que mucha gente se quedó descolocada. Ese disco fue necesario para que ahora canciones como ‘Oceano’ sean recibidas perfectamente por la gente.

Me gustaría hacer hincapié en las letras que habéis empleado en vuestro último disco. En una línea social, a la par que introspectiva y/o existencialista en otras ocasiones. ¿Consideráis necesario transmitir un mensaje de conciencia social con vuestra música? ¿Os esforzáis en ello o simplemente os sale solo, es vuestra de expresar las cosas?

Consideramos que no hay nada necesario, lo único que se le puede exigir a un músico es que haga las cosas con el corazón y con sinceridad y que exprese lo que le dé la gana. No creemos que haya que decir a nadie lo que tiene que hacer, o que haya una especie de conciencia que nos diga de que tenemos que hablar, sería aburridísimo, sería atentar contra el propio arte y contra los principios en que nosotros creemos.

Todas nuestras letras, desde las que hablan de amor, hasta una letra con más  conciencia, más rabia o reivindicación, salen de dentro, nunca nos hemos impuesto un tema. Al final, todas tus vivencias, lo que te sucede a ti, a la gente de tu alrededor, a tu familia, a tus semejantes…el concepto sobre el que gira el disco realmente es el del ser humano, que parece muy amplio pero que en el fondo, esos sentimientos y emociones dan pie a hablar de todo: amor y desamor, miedos y esperanzas, rabia e inconformismo, existencialismo, preguntas respuestas.

Nosotros tenemos todos mucho vínculo con nuestra tierra y con los pueblos de Burgos y nunca habíamos escrito una canción como ‘Campo amarillo’. Eso estaba ahí, pero es en este momento cuando la hemos hecho, porque un día te llega la inspiración, te toca la fibra y escribes ese tema, igual es el tema más directo y concreto que hemos escrito nunca en cuanto a letra.

En este álbum por ejemplo, tienes un tema como ‘Mil demonios’, más introspectivo, ‘La inmensidad’ más existencialista, ‘Héroes del sábado’, que puede hablar de la perdida de la inocencia, de lo injusta que es la vida para mucha gente, de no olvidarte de tus orígenes y no rendirte, u ‘Océano’, que puede hablarte de la culpabilidad por poder comprarte un abrigo mientras que hay gente que no tiene una cama para dormir. Todo está mezclado en nuestras canciones, metido en diferentes cajones y es un caos que finalmente cobra sentido al hacerse canción.

Ya estamos llegando al final de la entrevista, pero no quería dejaros de preguntar por la autogestión de vuestra música. ¿Lo consideráis una posibilidad real para una gran mayoría de bandas o más bien como algo excepcional o minoritario?

Claro que es viable, es viable que un grupo se sustente a sí mismo, pueda tirar del carro. Nosotros no somos ejemplo de nada, pero en ese sentido, nosotros nos encargamos de todo: desde enviar el master a fábrica, recoger los discos, enviar el diseño, el merchandising, llevar la comunicación, la web, etc. En este sentido se puede hacer perfectamente y no tienes que estar dependiendo de nadie, pero es complicado…

Por otro lado, si te viene una discográfica, es muy complicado decirles que no. Nosotros creemos en la vía de la autogestión pero también respetamos y entendemos que haya muchas bandas que tomen otros caminos, cada uno debe saber lo que quiere para sí mismo y en ese sentido tomar la decisión, pero entendemos que en general, la industria no está hecha para una banda autogestionada, sin embargo hay pruebas de que aún autogestionándote puedes conseguir entrevistas, puedes llegar a festivales, puedes tocar en salas, etc. Que es mucho más costoso, si, que es mucho más satisfactorio, también.

En este sentido, imaginemos que seguís creciendo, traspasando fronteras…¿consideráis viable mantener esta estructura de desintermediación, ese hacerlo vosotros solos?

Eso nos preocupa un poco ahora, el otro día pensaba que hay un momento en el que vas viendo los límites de a donde llegamos nosotros mismos. Nos encantaría que el disco llegara a una persona de Guatemala que nos escribió el otro día, toda la gente que nos escribe de Ecuador, de Chile, de Colombia…y puedes pensar, “que putada, si estuviéramos en una multinacional gestionarían ellos esto…” pero por otro lado, pierdes lo que quieres ir haciendo…

Por esto, pensamos que si sigues por este camino puede que tardes más pero acabarás llegando, lo importante son las canciones y la música, quizás sea más costoso y en vez de dos años tardes veinte pero estas siendo dueño de tus canciones y haciendo lo que tú quieres. Siempre hay métodos alternativos, mucho más lentos y complejos, no es lo mismo que descuelgue el teléfono Sony a que lo hagamos nosotros a la hora de realizar una entrevista promocional en México por ejemplo, pero creemos que con tesón y cabezonería se puede acabar llegando donde sea.

Antes de despedirnos y de desearos lo mejor para el resto de gira, me gustaría que me dijerais un disco o grupo que tenéis en la cabeza últimamente, que os apasione u obsesione.

The National, pero no el disco nuevo, el anterior: Trouble will find me (2013), y North (2016) de Morgan.