Esta semana, la gira europea de los hermanos australianos, Angus & Julia Stone ha pasado por nuestro país. Iniciaron la semana en la Riviera de Madrid, y siguieron, el martes, en la sala Razzmatazz de Barcelona
Lejos queda ya el intimismo pop de “A book like this” que poco a poco ha empezado a dar paso a una épica folk que ya se empezó a ver reflejada en su álbum anterior “Angus & Julia Stone” y ha cuajado todavía mas en “Snow”, disco en el que se aprecia que los hermanos han encontrado un territorio en el que se sienten cómodos.
Razzmatazz lucía en su mayor esplendor, con las entradas agotadas desde hacía semanas y un público ecléctico y multi-generacional que esperaba ansioso el arranque de los australianos.
Los primeros acordes de “Baudelaire” asomaron junto a “Make it Out Alive” y “Cellar Door”, las tres de su nuevo álbum “Snow”, un inicio cándido que enseguida empezó pero que enseguida» empezó a coger fuerza con “Heart Beats Slow” y “Chateau”.
Los hermanos Stone, acompañados de una banda de primera, presumieron de tener un amplio bagaje instrumental que pasa de las guitarras acústicas a las eléctricas, y desde la trompeta a la cigar-box.
El momento cumbre de la noche llegó cuando Julia se dirigió al público para explicar que cantarían una canción en castellano. Si hubiéramos tenido tiempo de reacción y de hacer puestas, creo que nadie de los allí presentes (sin contar los que habían leído alguna crónica del concierto de La Riviera, claro) hubiera acertado que la escogida sería “Ni tú ni nadie” de Alaska y Dinarama. Eso sí, en su propio estilo. Podríamos decir que fue una de esas versiones con personalidad pero que, a la vez, no le quitó impacto a la grata sorpresa.
Llegados a la parte final del concierto no podía faltar “Big jet plane”, previa a la dulce y exquisita “My house, Your House” y ese “Snow” de aire bucólico y ensoñador acompañado de nieve en pantalla y confeti en el cielo, que la hicieron todavía más delicada.
A pesar de que echamos de menos algo de emoción, los australianos finalizaron una noche amable reservando “A HeartBreak” y “Soldier” para el cierre. No decepcionan y su propuesta va cogiendo cada vez más solidez pero hubiéramos disfrutado más con un poco de desinhibición por su parte.