El carismático festival celebrado en Aranda de Duero nos regala una edición que quedará para el recuerdo, con más de 18 horas diarias de música y actuaciones memorables

Fotos: Sonorama Ribera (@sonoramaribera)

Como preámbulo de la presente crónica he de decir que, vamos a tratar de transmitir todas las  experiencias y emociones vividas durante los últimos cuatro días, tomándonos la licencia de aparcar en alguna ocasión el análisis meramente musical de cada una de las actuaciones. Vamos a intentar (solo intentar) contaros el 20 aniversario del Sonorama Ribera, una vivencia única, un festival diferente, un homenaje a la música, y un ambiente definitivamente inigualable.

Jueves

Aterrizamos en Aranda de Duero el jueves por la tarde, dirigiéndonos directamente al recinto gigante donde se albergaban los dos grandes escenarios del festival, acompañados de otros dos de menores dimensiones.

El primero de los artistas que pudimos disfrutar fue Nacho Vegas en el escenario principal. Con un exquisito repertorio y acompañado por El coro antifascista y su banda clásica, La cuarta trama asturiana, en la que participan los pesos pesados de León Benavente. En una de las actuaciones magistrales del festival, el público disfrutó y coreó grandes temas de hoy y de siempre, que diría aquel, como “Miss carrusel”, “Ciudad Vampira” o “Polvorado”, aprovechando la ocasión para felicitar al festival y presentar a la banda.

No faltó una preciosa interpretación de “El hombre que casi conoció a Michi Panero”, con el acompañamiento majestuoso del coro y la faceta más crooner del asturiano. Cerró finalmente su actuación con dos de sus “recientes” obras maestras como son “Como hacer crack” y la maravillosa “La gran broma final”.

Ovación de lujo de un público que supo valorar sin excepción el perfecto directo de Nacho Vegas, entusiasmo desbordado entre las masas que daba muestra de lo que se avecinaba tras este arranque de festival inmejorable.

Nos trasladamos al segundo escenario del recinto para disfrutar del gran directo de Anni B Sweet. Notable nivel de la malagueña, como suele ser habitual. Con una preciosa escenografía de torre de focos tras los músicos, interpretó temas de su último y ya lejano disco «Chasing Ilusions», así como del resto de su carrera.

Destacar igualmente la calidad sonora de Anni y toda su banda, liderada por a la perfección por Javier Doria a la guitarra. Mezclando sonidos fronterizos, con el rock y el pop más ochentero, movieron a un tempranero público que empezaba a llenar poco a poco el recinto. Perfecta previa para uno de los conciertos del festival.

El Sonorama Ribera y su organización se caracterizan por ser un festival por y para la gente, hecho desde el cariño y con gran dedicación, y en su veinte aniversario no podía ser menos.

La siguiente actuación programada llevaba por nombre el citado aniversario y podíamos imaginarnos en qué consistiría, pero de ahí a verlo y vivirlo es otra cosa.

Una banda excepcionalmente dirigida por Charlie Bautista hizo de maestra de ceremonias y puso música a una gran cantidad de himnos en castellano que nos hizo bailar, cantar, gritar, emocionarnos y agradecer eternamente esta preciosa y oportuna iniciativa a quienes montaron tan inmenso espectáculo.

En cada una de las interpretaciones subía al escenario el vocalista de la banda a la que correspondía la canción, sumándole a ello una interpretación instrumental soberbia que no distaba en absoluto de las versiones originales de cada grupo.

De esta forma, y comenzando por el “Rincón exquisito” de Second, con Sean Frutos a la voz, le sucedieron “La mujer de verde” con Mikel Izal, con un público totalmente entregado y flotando en una burbuja de felicidad absoluta.

Gabriel de la Rosa de Shinova, invitado para interpretar el “Emborracharme” de Lori Meyers, Jorge y Pau de La Habitación Roja y su “Ayer”, “Errante” de Niños Mutantes con Juan Alberto al micro, Mikel Erentxun y las “Cien gaviotas” de Duncan Dhu y “Felicidad” de La Cabra Mecánica sonaron sin descanso en este primer bloque de actuaciones. Cualquiera de las personas allí congregadas escucharon, de entre todas estas canciones, alguna que les tocara especialmente, apuesto por ello.

Dorian acompañado de Iván Ferreiro interpretaron “A cualquier otra parte”, Charlie Bautista en solitario al piano interpretó lo que sería el primero de los infinitos y merecidos homenajes que recibieron los chicos de Supersubmarina, con “En mis venas”.

A continuación, y en clave instrumental sonó “Saharabbey Road” de Vetusta Morla, con la consiguiente intriga y emoción que finalmente no se culminó en colaboración ninguna. «Adelante, Bonaparte» de Standstill, con Enric Montefusco y Kuve cantando a El columpio asesino fueron los siguientes, antes de encarar la recta final del show con “Ser Brigada” de León Benavente, ante un público enloquecido y totalmente entregado.

Aún quedaba un poquito más, “Turnedo” con Iván Ferreiro y la salida estelar a mitad de canción de Xoel López nos puso los pelos de punta, y para finalizar este conciertazo, “Que no” de Deluxe retumbó en todo Aranda, con la totalidad de los artistas citados anteriormente sobre las tablas, en lo que fue sin duda una de las imágenes del festival, difícil de olvidar.

Un auténtico homenaje a nuestra música, emocionante, apasionado y de enorme calidad musical.

Esto no había hecho más que empezar,  ya habíamos vivido un momento más que mágico y todavía quedaban dos de los platos fuertes de la noche.

El rey del rock nacional, Loquillo, ofreció un show de gran nivel musical. En lo que podríamos denominar su tercera juventud, el Loco se está hartando de llenar festivales con la gira de su último disco «Salud y Rock and Roll», como comentamos en nuestra web hace ya unos meses.

La conexión plena con el público y una interpretación vocal y artística perfecta sustentaron los cimientos de una actuación, que como siempre termina de construirse con uno de esos repertorios a la altura de muy pocos en nuestro país.

Comenzando por “Salud y rock and roll”, “Línea clara” o “El mundo necesita hombres objeto” calentaba motores para entrar en la zona más clásica de su setlist: “El hombre de negro”, “Cruzando el paraíso”, “El rompeolas», “Carne para linda”, “El ritmo del garaje” o “Rock and roll actitud” entre otras, hicieron las delicias de un respetable que abarrotaba el escenario principal, y que no dejaba de cantar cada uno de los clásicos del artista barcelonés.

Con “Quiero un camión” y el rockabilly de “Esto no es Hawai” (dedicada a Radio 3 y Julio Ruíz) encaraba Loquillo un final que siempre es difícil de mejorar. “Feo fuerte y formal” como su clásico más contemporáneo y “Cadillac solitario” para cerrar de una forma heroica una de sus mejores actuaciones festivaleras que recuerde, aunque su nivel en directo sea siempre sobresaliente.

Tras Loquillo y antes de Amaral, nos esperaba otro de esos grupos que no decepcionan nunca, Dorian, pero que en esta ocasión, y por problemas meramente logísticos no pudieron interpretar más de cuatro temas. Un fallo en la corriente del segundo escenario, según informaba Marc, les impidió seguir tocando. Una lástima, sin duda.

Se llevaron a casa igualmente el cariño y comprensión de un público correctísimo y apasionado durante todo el festival.

Amaral es y ha sido una de las caras más visibles del Sonorama Ribera 2017, como ya vimos en la previa que puedes consultar aquí. Y como es habitual en los zaragozanos, no defraudaron en absoluto, con un directo arrollador desde el primer minuto, un repertorio ya clásico entremezclado con temas más recientes, que gustó a propios y extraños.

Con un sonido espléndido de toda la banda, y una voz que no vamos a descubrir a estas alturas, Eva y Juan nos deleitaron con temas como “Revolución”, “Kamikazes” o “Nocturnal” para comenzar el Show, dedicando “El universo sobre mí” a uno de los nombres más repetidos durante el fin de semana: Javi Ajenjo, fundador y director de tan alabado festival

Carrusel de grandes éxitos del pop en castellano, coreados al unísono por todo un festival: “Estrella de mar”, “Moriría por vos”, “Cómo hablar” o “Marta, Sebas, Guille y los demás” tronaban sin respiro. Se llegaba así al último tramo de la actuación. “Chatarra” hacía de previa para que “Hacia lo salvaje” y la preciosa “Sin ti no soy nada” nos emocionara, antes de poner echar el cierre con “Llévame muy lejos”.

Actuación redonda y un aspecto a destacar. En un gran festival como es este y con cabezas de cartel nacionales de gran peso y reconocimiento, es de agradecer que ninguno de los conciertos haya resultado excesivamente largo, no superando en ninguno de los casos la hora y diez minutos aproximadamente.

Con una gran actuación de El Langui y la sesión de Virginia Díaz DJ que nos hizo bailar hasta gastar la poca energía que aún nos quedaba, despedimos el primero de los cuatro días del Sonorama Ribera 2017.

Viernes

El viernes por la mañana nos desplazamos al centro de la ciudad, para vivir y sentir de primera mano el ambiente que tan especial hace el festival desde hace unos cuantos años ya, y donde se ha visto consagrarse a artistas de la talla de Vetusta Morla o Supersubmarina.

Con numerosos escenarios distribuidos entre los diferentes espacios del centro urbano, y con epicentro en la Plaza del Trigo, pudimos disfrutar de lo que realmente hace diferente a este festival: un ambiente popular inmejorable, con vecinos de la ciudad mezclados con asistentes al festival, música en directo, preciosas enclaves castellano-leoneses,  gastronomía, buen trato, amabilidad, etc. En resumidas cuentas: no tiene precio poder disfrutar de manera gratuita de conciertos en directo durante el día, rodeado de amigos, tomando una cerveza o un buen vino tinto.

Pudimos ver a Apartamentos Acapulco en la Plaza de la Sal, escuchar (difícil de ver en la Plaza del Trigo) a Pol, la bossanova de Moreno Veloso en el precioso parque de la isla.

Por motivos ajenos a nuestra organización, nos perdimos la actuación sorpresa de León Benavente en la Plaza del Trigo (no seáis duros con nosotros, de los errores se aprende). Finalmente cerramos la mañana, ya convertida en tarde con la sesión de Tardeo en la Plaza de la Sal, bailando sin parar una perfecta sesión de música alternativa en un marco incomparable.

Sin descanso material del que disfrutar, nos dirigimos al recinto principal para ver al bueno de Iván Ferreiro, y su último disco «Casa»Una actuación más que correcta, como todo lo que hace el gallego y la pedazo que banda que le acompaña pero quizás algo fría en algunos momentos, en lo que a repertorio se refiere. Como siempre, para gustos los colores, pero se echaron de menos algunas canciones más clásicas. Siempre desde la perspectiva de una actuación de una hora de duración y en un ambiente de festival (lo dice un gran seguidor suyo).

Pudimos escuchar temas como “Casa, ahora vivo aquí”, “Pájaro azul”, “Extrema Pobreza”, “Dies Irae” o la mágica y preciosista “El Pensamiento Circular”“El equilibrio es imposible” condujo a la conexión perfecta con el público, antes de que “El dormilón” y “Cómo conocí a vuestra madre” terminarán de agitar a un público que llenaba el escenario principal.

“Turnedo” puso punto final a la actuación de un Ferreiro al que aún veríamos en alguna ocasión más durante la noche. Artistazo.

Esta vez sí, nos tomamos un merecido descanso hasta acudir un par de horas más tarde, nuevamente, al escenario principal a disfrutar del directo de Leiva. Uno de esos artistas reconocido por el público y no tanto por la crítica pero al que poco se le puede reprochar encima de un escenario. El madrileño, acompañado de su banda habitual durante la gira de su tercer LP «Monstruos» ofreció un recital potente y directo con el que se metió al público en el bolsillo de principio a fin.

“Último incendio”, “La lluvia en tus zapatos”, “Animales” y “Guerra Mundial” fueron los primeros cortes en sonar, antes de dedicarle “Sincericidio” a los omnipresentes Supersubmarina.

Más tarde sonaron temas como “Miedo” o “Breaking Bad”, antes de invitar a Iván Ferreiro y cantar juntos “Crimenes perfectos” de Andrés Calamaro. Uno de los momentos más altamente emotivos de la noche.

“Como lo tienes tu” o la coreadísima “Terriblemente cruel” despedían un concierto que se cerró definitivamente con otro de esos himnos que tan bien ejecuta Leiva, “Lady Madrid”, del último largo de Pereza daba carpetazo a un gran directo de rock and roll.

En un cartel como este, que aglutinaba a lo mejor de la música española, no podía faltar Xoel López, con su gira recopilatoria que congrega lo mejor de su carrera homónima y de su discografía como Deluxe.

No siendo el mejor de los conciertos que he presenciado de esta minigira, Xoel supo encandilar al público, hacerle bailar y cantar sin descanso. Con un repertorio modificado, seguramente por la ausencia de la sección de metales (que se encontraba tocando minutos antes con Leiva) comenzó la actuación con “Yo solo quería que me llevaras a bailar”, “Tierra”, “De piedra y arena mojada”.

El primero de los temas de Deluxe que sonó fue “I’ll see you in London”, con la incorporación ya de saxo y trompeta, seguida de “El cielo de Madrid”. “El hombre de ninguna parte”, “Historia universal (el amor no es lo que piensas)” o “Ningún hombre ni ningún lugar” encaraban la parte final del espectáculo.

Coreado por un multitudinario público, presentaba a su banda y celebraba la efeméride de su cumpleaños, el de Ajenjo y el del propio festival.

La danza en gallego “A serea e o mariñeiro” y la mítica “Que no” despedían un concierto exquisito, como todo lo que hace el señor Xoel López.

El punk-pop ochentero de Novedades Carminha nos hizo desgastar las suelas de nuestros zapatos bailando grandes temas como “Que Dios reparta suerte”, “Quiero verte bailar”, “Fiesta tropical”, “Jódete y baila” o su último sencillo “Te quiero igual”, premonitorio cuanto menos: Aunque te gusten las planetas como a todos los puretas te quiero igual… Grupazo que va metiendo poco a poco la cabeza donde le corresponde.

Dispuestos a abandonar el recinto tras este último directo, quedamos enganchados a la sesión de Rock Nights a escasos metros de la salida, aún quedaban fuerzas para un último baile.

Sábado

La mañana del sábado se presentaba perfecta para repetir la operación del día anterior, aunque esta vez para evitar sorpresas, decidimos afincarnos en la Plaza del Trigo desde media mañana.

Gran ambiente de fiesta, como en la jornada anterior, y la música maravillosa de Ramón Mirabet y su banda hicieron el resto en la segunda hora de la mañana. Con la plaza empezándose a abarrotar era el turno de Embusteros, los cuales dedicaron a sus paisanos de Supersubmarina la canción del mismo nombre, en una buena versión de los jienenses.

Tras esta actuación llegaría la sorpresa del día. Izal hacía reventar la Plaza del Trigo, con temas de «Copacabana»  y sus anteriores discos, como “Qué bien”, “Agujeros de Gusano” o “Asuntos delicados”. No podía falta “LN Granada”, homenajeando una vez más a Supersubmarina.

Volvimos por última vez al recinto ferial de Aranda de Duero para la última jornada de festival en este recinto.

A las 19:00 de la tarde, y con un intensísimo calor pudimos ver a nuestros queridísimos Viva Suecia. El que seguramente sea etiquetado como grupo revelación del año, ofreció otro inmenso concierto y van unos cuantos a lo largo y ancho de la España festivalera. No faltaron temas como “Piedad”, “Palos y piedras”, “Los años” o una de sus mejores canciones, como es “Bien por ti”.

Con la colaboración de Jorge, de La habitación roja en “A dónde ir”, los murcianos aprovecharon para realizar una gran versión de “Guerra fría”. Otro homenaje más a los ausentes más presentes del festival.

Turno para uno de los conciertos que más ganas teníamos de disfrutar y que cumplió o incluso superó las expectativas.

La actuación del señor Santiago Auserón junto a los mallorquines Sexy Sadie sirvió para constatar la enorme calidad, profesionalidad y estado de forma de uno de los mejores artistas de todos los tiempos en nuestro país. Sin quitar ningún mérito a Sexy Sadie, que hizo las delicias instrumentales de una actuación para el recuerdo del Sonorama Ribera. Cerrar los ojos y sentir estar en un concierto de Radio Futura.

Un repertorio muy adecuado en el que se entrelazaban temas de Radio Futura y de Juan Perro en solitario principalmente, con la inclusión de un par de temas de la banda de Mallorca. “Anabel Lee”, “A la media luna”, “A cara o cruz” para arrancar el show te mostraban cual iba a ser el camino a recorrer durante la magistral actuación.

“Negril”, una coreadísima y emocionante “Escuela de calor” o “Veneno en la piel” verificaban que no pasan los años para Auserón, con un derroche de voz único e incomparable. Sonaba en ese momento “Scratch in my skin” de Sexy Sadie, antes de saludar a todos los oyentes de Radio 3, otro de los actores fundamentales de este festival.

Con “Han caído los dos” y “La negra flor” seguíamos disfrutando de uno de los mejores conciertos del 20 aniversario de Sonorama Ribera, momentos únicos para el recuerdo, para la emoción y para la satisfacción personal y colectiva. “Perro flaco”, al ritmo del son cubano y una magnifica e íntima versión de “La estatua del jardín botánico” cerraron este pedazo de concierto. Sin (más) palabras.

Del mejor rock en castellano del pasado, como son Radio Futura, al presente en letras mayúsculas.

Como ya dije en otra ocasión, se ve que Lori Meyers se han hecho más que mayores, quieren ser grandes. Esa ambición es la que les ha llevado por caminos diferentes a los que te conduce la corriente y les aplaudimos por ello. Desafortunadamente, es inevitable destacar que en esta ocasión todo el concierto se vio condicionado por importantes problemas de sonido: micros excesivamente bajos, al igual que el sonido de varios instrumentos, que se intentó mejorar durante la actuación (parón incluido) pero que empañó definitivamente el concierto.

Aun así, los granadinos no cejaron en su empeño, lo que es de agradecer, presentándonos su nuevo disco «En la espiral», a través de temas como “Evolución”, “Siempre brilla el sol”, “Océanos” entrelazados con otros de sus trabajos anteriores, “Luciérnagas y mariposas”, “Luces de neón”, “Emborracharme”, etc.

“¿Aha han vuelto?” seguida de “Mi realidad” y finalizando con “Alta fidelidad” fue sin duda el momento más álgido de una actuación de la que no pudimos disfrutar como se merecía.

Y por fin llegaba el momento de soplar la tarta de cumpleaños del Sonorama Ribera.

Después muchos rumores, bulos, elucubraciones, todos esperábamos ansiosos el momento en que se descubriera quien era el cabeza de cartel sorpresa con el que se pondría la guinda final al festival. Una enorme sábana blanca cubría el escenario a modo de telón. Sobre el mismo se proyectó un video que comenzó con el agradecimiento por parte de Juanca de Supersubmarina, por todo el apoyo y cariño recibido este último año.

Posteriormente pudimos ver un video conmemorativo con los primeros carteles del festival, los diferentes recintos, la evolución del mismo, fotos del personal, colaboradores y organizadores, etc. Otra preciosa iniciativa que sólo se puede aplaudir.

Subía el telón mientras se escuchaban los primeros acordes de “Segundo premio”, los fuegos artificiales brillaban en el cielo y Los Planetas hacían acto de presencia. Qué mejor grupo para celebrar los veinte años del festival de música independiente más importante de nuestro país que el estandarte más clásico del indie en castellano.

Cerrado el circulo y la intriga final, Jota y compañía nos ofrecieron uno de esos conciertos que quedará para el recuerdo del festival, más de una hora de actuación en la que repasaron grandes temas de toda su carrera, con la inclusión de algunos temas de su último disco «Zona temporalmente autónoma».

“Hierro y níquel”, “Corrientes circulares”, “Santos que yo te pinté” y “Parte de lo que me debes” fueron las siguientes en sonar, con un sonido que fue mejorando poco a poco hasta amoldarse a la perfección (sin prueba de sonido previa). “Señora de las alturas”, “Zona temporalmente autónoma”, “Islamabad”, cuyo directo mejora la versión de estudio y la eleva más si cabe al olimpo planetario, y “Deberes y privilegios” conformaban este segundo bloque menos clásico pero de preciosa factura igualmente.

Quedaba tiempo para incluso corear “Un buen día”, volver a los 90 con “José y yo” o “David y Claudia”, promover el “Espíritu olímpico”, o disfrutar del comienzo apoteósico de sonido y luces de “Alegrías del incendio”.

Se despidieron así Los Planetas con “Pesadilla en el parque de atracciones”, y tras un leve bis, “De viaje” puso el broche de oro a una actuación fabulosa. Memorable.

Las tablas sobre el escenario de La habitación roja, el rock y buen hacer de Shinova y la energía de Grises completaron una noche que se cerró definitivamente con la actuación sorpresa de Monarchy, que hizo bailar al personal con su elegante y potente electrónica.

Domingo

Llegábamos al domingo con las fuerzas justas, dolores en los pies de tanto bailar, saltar y caminar, pero todavía nos quedaba un último arreón de Sonorama Ribera 2017.

El rock oscuro de El imperio del perro amenizaba a los presentes en la Plaza del Trigo, antes de la actuación sorpresa del día, que correría a cargo de Sidonie.

No la presenciamos ya que decidimos acudir a la Plaza Arco Pajarito para disfrutar uno de esos momentos mágicos que nos ofrece este festival. A pleno sol y  a las tres de la tarde salía a escena Depedro, para revolucionar con sus ritmos centroamericanos a un público que terminó por abarrotar la plaza.

Así sonaron grandes canciones como “Como el viento”, “Nubes de papel” o “Diciembre”, viéndose incluso obligado a regresar al escenario tras aclamación popular, al ritmo que el mismo había promovido con su habitual agitar de masas. Otro apasionante momento para la colección.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Un cuento real, en el que los allí presentes pudimos participar de todo lo descrito anteriormente, viviendo y llevándonos emociones, sentimientos y experiencias que cada uno se guarda en su corazón.

Hemos hecho todo lo posible por transmitiros lo vivido estos cuatro días en Sonorama Ribera 2017, pero es realmente complicado ponerle palabras. Por eso mismo, os recomendamos que no dejéis pasar la oportunidad de vivir este festival al menos una vez en la vida.

 

Iñaki Molinos M

Iñaki Molinos M

Redacción

La honestidad no es una virtud, es una obligación.