Una gran combinación de nombres en su cartel, y todo lo que rodea a la organización, hacen del festival levantino una cita indiscutible cada verano. Demostrándolo una vez más, en la presente edición.
Fotos: Javier Rosa (@LowFestival)
Las expectativas siempre se cumplen en el Low Festival. Otra cosa es que esas expectativas fueran más fáciles o difíciles de alcanzar.
La clase alta del pop-rock nacional alternativo se daba cita en la ciudad valenciana con pocas sorpresas o novedades respecto a otros festivales, y ahí es donde puede parecer fácil cumplir con el guion establecido…
Y ahí es donde el Low Festival establece su factor diferencial, ser el Low Festival: bandas y artistas nacionales saben que acuden a uno de los mejores festivales del verano, en cuanto a afluencia (83.000 personas durante los tres días), logística, ambiente, y porque no decirlo, target o público objetivo, como queráis llamarlo.
No hay ninguna banda fuera de contexto, que no cuadre en el cartel o que pueda sentirse incómodo en cualquiera de los escenarios, etc.
De esta manera, la balanza entre expectativas y realidad se ha ido compensando a lo largo de los días, con un nivel musical, en líneas generales, excelente y una atmósfera idónea para la disfrutar de los directos (bochorno agostero levantino incluido).
Viernes
Sin más rodeos, procedemos a desgranar los conciertos más destacados dela primera jornada del festival.
Dorian
El grupo barcelonés era una de las bandas que se presentaba en el Low sin nuevo material, siendo una de las pocas actuaciones que realizaran este verano en tierras españolas.
La banda liderada por Marc Dorian cuenta con una importante carrera a sus espaldas, y con un repertorio repleto de preciosas melodías pop y letras de las que te estrujan el corazón.
Una banda más que rodada, sin fisuras y con un directo demoledor que acabó moviendo a cualquiera que pasara por el escenario principal.
“Los amigos que perdí”, “Verte amanecer”, “Soda Stereo” fueron los primeros temas en sonar, ante un numeroso público muy animado desde el primer momento.
“Más problemas” y “El temblor”, tras una breve presentación, dieron pie al último tema que han publicado en este último año: “Hasta que caiga el sol”.
Con un ritmo de concierto fulgurante y devorando las canciones sin piedad, siguieron afrontando un setlist idóneo para la ocasión, intercalando temas más clásicos, con otros que aunque no lo son tanto, comienzan a serlo.
Destacar el espectáculo de estética cuidadísimo, como en todos sus conciertos, con un gran juego de luces que proporciona un perfecto envoltorio al espectáculo, ya de por sí, de preciosa factura.
La actuación continuó con “Domingo perfecto, “Arrecife”, “Paraísos artificiales”, con la que la gente rompió a saltar y bailar para no dejar de hacerlo hasta el final del concierto.
“La mañana herida” hizo de antesala para el cierre final y apoteósico con “Cualquier otra parte” y “La tormenta de arena”, dos temas que se han convertido en auténticos himnos imprescindibles del pop contemporáneo español.
Mientras el público entregado, ovacionaba, con merecimiento a la banda, nos dirigíamos sin descanso al Escenario Matusalén, para disfrutar del directo de L.A.
L.A.
Nos había dejado muy mal sabor de boca la última actuación de los mallorquines allá por el mes de mayo en el Interestelar de Sevilla, con numerosos problemas de sonido. Pero en esta ocasión vimos la mejor cara de la banda, con un sonido imponente y presentado su nuevo álbum Kings of beasts.
Pudimos disfrutar de una actuación que fue combinando los temas de su último LP, con ya clásicos de su carrera, que sonaron mejor que nunca, como es el caso de “Heavenly hell”, “Ordinary lies”, con ese elegante sonido acústico que la caracteriza o la magia de “Stop the clocks”, con un público entregado a la causa a esas alturas de concierto.
Aun nos dio tiempo a saborear la explosión íntima de “Microphones and medicines” antes de una extensa secuencia de cuatro nuevos temas, que acabamos escuchando de fondo mientras nos trasladábamos nuevamente al escenario principal para no perder detalles de la actuación de Pixies.
Sin duda un concierto que me hubiera gustado disfrutar íntegramente y que nos deja con ganas de más. Un setlist cuidado, novedoso (lógicamente) y original, sin abusar de las canciones de siempre y con una amplia muestra para conocer su nuevo largo.
Pixies
Se presentaba la banda de Boston como uno de los cabezas de cartel más impactantes del festival, siendo la única actuación programada para este año en nuestro país.
Tocaba presentar su último trabajo, Head Carrier (2016), así como vibrar con sus clásicos de toda la vida, una banda de culto que dotaba aún más si cabe del prestigio que se merece el Low Festival.
Encaramados en el escenario principal, con su habitual y elegante indumentaria comenzaron a desgranar un repertorio que fue paseando por cada uno de sus discos de estudio, con especial hincapié en su obra maestra, Doolittle (1988) y en su sucesor Bossanova (1990).
Así sonaron para arrancar, temas como “Gouge away”, “Rock music” o “Caribou” para empezar a calentar a un público muy numeroso que copaba más de medio aforo con el inicio del show.
Con un sonido instrumental perfecto del grupo (una tónica durante el fin de semana en los dos escenarios principales con la totalidad de grupos) continuó el concierto, distorsión de guitarras y la potente línea de bajo que sustenta gran parte de los temas de la banda hacían las delicias de sus seguidores más fieles.
“Blow away”, la gran “Debaser” o “All I think about now”, de su último trabajo, fueron las siguientes en sonar, durante un tramo de concierto en el que el público empezó a desconectarse, en algunos momentos, del concierto.
Si algo se les puede reprochar, es quizás, la falta de conexión con un respetable que mostró su aprecio y cariño incondicional a la banda, pero al que le faltó recibir un mensaje de aliento de vuelta, y así mantener la intensidad a lo largo de la hora y media de recital.
Seguían sucediéndose las grandes canciones como “Bone machine”, “Es is Dead” o “La La Loves you” antes de encarar la recta final de concierto con la mítica “Here comes your man” y su himno por antonomasia, “Where is my mind”. Durante esta parte final volvimos a denotar una inmensa calidad sonora y añorar cierta energía, aun sabiendo del estilo y ritmo melódico de los americanos.
“All saints”, “Hey” y con el bis de “Into the White” cerraron una actuación para el recuerdo, desde el punto de vista histórico, pero algo descafeinada respecto al lugar en el que se encontraban y el público al que les tocaba “agradar”.
Cerramos el viernes con la sesión de Elyella, antes de pasar, sin pena ni gloria por !!!.
Acostumbrados a cerrar festivales, y tras una enorme sesión a recordar el año pasado, la actuación del dúo de dj´s fue bastante decepcionante para cerrar esta primera jornada de Low.
Abusando de sonidos dance y tecno, dejaron aparcada su faceta más independiente, con la que saben que siempre serían equipo ganador en cualquiera de los grandes festivales veraniegos.
Sábado
La segunda jornada del festival se antojaba, al menos a priori, como la mejor a nivel de cartel, sobre todo internacional, con dos referentes del rock independiente de principio de los 2000 como The Hives y Franz Ferdinand. Os adelanto que cumplieron con las expectativas, ya sabéis, nivelando la balanza.
Viva Suecia
Bien entrada ya la noche nos dirigimos al Escenario Matusalén para subirnos en la cresta de la ola en la que se mueve Viva Suecia desde la publicación de su segundo álbum, el que les ha confirmado como una de las referencias del rock alternativo en castellano.
Tocando cada viernes y sábado por los diferentes festivales veraniegos, el rodaje de la banda es significativo, sonando con una maquina perfectamente engrasada, y algo programado si los has visto actuar en varias ocasiones durante el año (lo más normal del mundo).
Metiéndose al público en el bolsillo desde que sonaron los primeros acordes de “Nadie te devolverá el favor” (es de agradecer el cambio de orden y de algunos temas entre concierto y concierto), fueron prendiendo la noche con “Piedad”, “El nudo y la esperanza”, “La novena vez”, momento en el que el aforo presentaba un aspecto inmejorable.
Tras una breve presentación y sin respiro llegábamos casi al ecuador del show, con la letraza de “Nos ponemos con esto”, “Los años” con esa batería hipnótica que te atrapa en su ritmo, “Acabaremos muriendo en ello” con distorsión y solo final para encarar la recta definitiva de una nueva actuación para recordar de los murcianos.
Sonaban así los acordes de su nuevo himno “A dónde ir”, con el público totalmente entregado, llevando en volandas al grupo. Le seguían “Palos y piedras” y “Permiso o perdón”, para cerrar definitivamente con la ya mítica “Bien por ti” y la golpeadora “Hemos ganado tiempo”.
Concierto a la altura de lo que se espera de ellos, conectando con el público desde el primer momento y no dejándose ni una gota de entrega dentro, como debe ser.
Franz Ferdinand
Llegábamos así al plato fuerte de la noche, y en mi opinión de todo el festival.
Los escoceses Franz Ferdinand se presentaban en Benidorm con varios cambios en su banda titular y con un aspecto muy cambiado de su líder Alex Kapranos, con una larga melena rubia (y ¡verde!).
Olvidándonos de lo puramente estético, cabe destacar la sequía discográfica de las grandes bandas de principios del milenio, como es el caso de Franz Ferdinand, sin nuevo material desde 2013. Sin embargo, en este caso parece que la cosa va cogiendo forma, y en esta gira (los veremos también en el DCode Festival) han estrenado varios temas nuevos que sonaron realmente bien.
Así, lo que parece un calentamiento para un nuevo LP y gira, se convirtió en una de las mejores actuaciones del festival (si no la mejor), con un setlist a gusto del consumidor, cercanos, moviendo al público y dando lo mejor de sí mismos.
“The dark of the matineé”, “No you girls” y “Paper cages”, la primera de las canciones nuevas que nos mostraron, fueros las primeras balas, a las que siguieron “Do you wanna” y “Huck & Jim”, la segunda novedad de la noche. Gran riff de guitarra y estribillo al más puro estilo Franz Ferdinand, definitivamente, están de vuelta.
“Walk away”, con un sonido perfecto a la par que calmado nos devolvía a su sonido más melódico, antes de saltar directamente al rock y funky más bailable de “Love ilumination” y un solo de guitarra para enmarcar.
A estas alturas de concierto, y solo mirando el aspecto del recinto principal y el ambiente que se vivía, sólo nos quedaba aplaudir y disfrutar de esta pedazo de banda.
Siguiendo con un repertorio para enmarcar, sonaron “Jaqueline”, destacando la perfecta y entonada voz de Kapranos (también durante el resto del concierto), “Lazy boy”, penúltimo tema nuevo, “Stand the horizon”, con un imponente juego de luces que aupaba más si cabe el show, y “The fallen”, donde bajaron el ritmo por unos minutos para presentar a la banda.
Tras este breve impasse, encaramos la parte final del concierto, en el que nadie dejó de saltar y bailar ni un instante.
Aún quedaban grandes balas por disparar y así hicieron con temas como “Michael”, con un riff de guitarra magistral, “Take me out”, viviendo una locura indescriptible que recomiendo vivir si o si alguna vez en directo, “Ulysess” y “Always ascendind” nuevo tema en el que acarician con sutileza el sonido más electrónico.
“This fire” fue la canción que bajó el telón definitivamente.
Franz Ferdinand sacó a relucir todos sus credenciales en el Low Festival 2017, están de vuelta, y firmaron un concierto impecable y majestuoso.
Escaso descanso para ver de lejos a nuestros queridos Punsetes, antes de retornar al Escenario Estrella Damm para ver a otro de los grupos que ayudó a subir un escalón más el nivel general del festival: The Hives.
The Hives
Ataviados con trajes blanquinegros, como es habitual en los suecos, saltaron al escenario para ofrecer un directo arrollador, sin descanso, más que los que su vocalista se permitía hablando en un gracioso castellano.
La hora de directo comenzaba con “Come on!”, sin tiempo que perder, con un gran sonido y la potencia vocal de Pelle Alqmvist comenzaban a hacer rugir a una audiencia aún anestesiada por Fanz Ferdinand pero que no tardó en responder y conectar con el grupo.
“Hey Little Word” y su hit “Hate to Say I Told You So” fueron las siguientes.
“Main offender”, “Die, all right” o “Walk idiot walk” no faltaron en un repertorio pensado por y para el público, se agradece. Y más sabiendo que aún siguen dándole vueltas al que será su próximo disco.
Algunas de los temas anteriormente nombrados sonaron en versión algo reducida, para seguir tocando más y más temas. Así llegaron “Two timing touch” con el protagonismo para el bajo, o “My time is coming”.
Después de mostrar sus dotes lingüísticas durante todo el show, enervar y alborotar al público, aún les quedaban fuerzas para presentar a la banda (y a varias personas del público), y agitar por ultimísima vez todo un Low Festival con la brutal “Tick Tack Boom”.
Puro rock de nuevo cuño, divertido y animado, del que nunca sobra y muchas veces falta para una fiesta de la música como es esta.
El turno para poner el broche final de este sábado era para Ley DJ, con una sesión más que correcta consiguió mantener el nivel de esta segunda jornada, haciendo bailar a los que aún aguantábamos allí hasta el amanecer
Domingo
La última jornada del festival aun nos traería grandísimos conciertos y la sensación de todos los años cuando se apagan las luces…ganas de repetir al el próximo verano.
Comenzamos la noche con uno de los grandes grupos nacionales que nos ofrecía el Low, Lori Meyers y su nuevo disco En la espiral.
Lori Meyers
Con grandes pantallas y efectos visuales como carta de presentación saltaban a escena los granadinos. Aunque les hayamos visto de esta guisa en otras ocasiones, lo cierto es que esta vez transmitían algo más: halo de grupo grande, de cabeza de cartel, de soltarse de sus ataduras y demostrar porque son uno de los íconos del movimiento independiente de principios de siglo. Y así lo hicieron.
No miento si digo que En la espiral, su nuevo álbum, no es santo de mi devoción, pero también creo, que al menos han arriesgado, cambiado el camino y buscado nuevos horizontes, con mayor o menor acierto, para gustos los colores, pero se agradece.
Defendieron con acierto un repertorio en el que su último disco tuvo gran protagonismo, pero sin olvidar los clásicos de siempre.
“Vertigo I” fue la encargada de abrir el show, seguida por “Planilandia”, la encargada de abrir los conciertos de su anterior gira, volviendo de nuevo a la espiral con “Evolución”, el que fue el primer adelanto, y en el que se vio a Noni como un auténtico frontman, con el solo acompañamiento del micro (lo que se repitió varias veces durante el show).
“Luces de neón”, con el consiguiente alboroto de un multitudinario público, “Todo lo que dicen de ti”, “Luciernagas y mariposas” y el single “Siempre brilla el sol” sirve de ejemplo para hacerse una idea de cómo han enfocado los conciertos de esta gira los Lori: sucesión de temas nuevos y antiguos, conviviendo en una perfecta democracia, acierto absoluto.
Asi se sucedieron también “El tiempo pasará”, y las reposadas “Eternidad” y “Oceanos”, con Alex como vocalista, para afrontar ya sin remedio una recta final que puso patas arriba al Low.
“Emborracharse”, “Zona de confort” de su último disco, “¿A-ha han vuelto?”, “Mi realidad”, “Pierdo el control” y “Alta fidelidad”
Sin un instante de respiro dieron carpetazo a una actuación llena de intensidad, con gran peso en el contenido de su nuevo disco (que para eso es el que hna venido a presentar) y con la respuesta de un público entregado a sus encantos. Equilibrio perfecto en la balanza.
Directamente nos dirigimos a presenciar otro de los principales artistas nacionales del cartel: el gran Xoel López.
Xoel López
Presentando su nueva gira recopilatoria de toda su carrera profesional, paseó con estilo, calidad musical y gran acierto en el reportorio, los temas de sus dos discos en solitario y de su su etapa como Deluxe, de la que rescató numerosos temas.
Con una banda espectacularmente dirigida por Charly Bautista, y un sonido envidiable en cada de los músicos (metales, coros, percusión, piano, guitarra, bajo y voz) arrancaba la noche haciendo bailar a todo el festival con “Historia universal (El amor no es lo que piensas)”.
Le siguieron “I´ll see you in London”, recordándonos al jovencísimo Xoel que comenzara su carrera cantando en inglés, “Yo sólo quería que me llevaras a bailar” y “Tierra”, con el que dio las buenas noches al gentío que se agolpaba en el segundo escenario.
Con La emotiva “A un metro de distancia”, y “Tendremos que esperar” seguíamos completando la etapa de Deluxe y saltando de vez en cuando al universo Xoel, con “El hombre de ninguna parte” y “Ningún hombre, ningún lugar” por ejemplo.
La preciosista y emotiva “El amor valiente”, con una estrofa cantada por cada uno de los músicos, fue uno de los momentos de la noche. Un público entregado cantando a capela el estribillo sin que ni si quiera el bueno de Xoel lo pidiera, como debe ser.
“Todo lo que merezcas” y el ritual gallego de “A serea e o mariñeiro” nos condujeron a la recta final del show, con “Reconstrucción (El mejor momento)” y “De piedra y arena mojada”, con una nueva lección musical de la gran banda de la que se ha rodeado en la presente gira.
Para cerrar el espectáculo ofrecido, vivimos uno de los momentos más especiales del festival, un himno generacional como “Que no “retumbó en todos los rincones de la ciudad levantina. Con un público ejemplar, respetuoso y conducido a lo largo de su actuación por un Xoel López, que ya se postula como uno de los mejores solistas nacionales del panorama actual.
Para despedir las grandes actuaciones del este Low Festival 2017, volvimos al escenario principal para conocer en directo el nuevo disco de los suecos Manso Diao.
Mando Diao
La publicación de su nuevo disco hace un par de meses nos acercó de nuevo al espíritu perdido durante sus últimos discos. Good Times, pese a flojear en varios tramos, no deja de ser una obra elaborada y a la que han puesto mucho empeño, se nota, y lo disfrutamos durante su directo.
En algo menos de una hora nos descubirieron cuatro nuevos temas, intercalándolos con los clásicos de siempre. Un directo que alternó momentos álgidos, con otros en los que el sonido o interpretación no terminaba de calar entre la multitud.
“Down in the past”, tras la introducción, fue el tema encargado de abrir fuego, seguida de “All the things” y “Sweet Ride”, de su primer disco.
“You got nothing on me” de su laureado disco de 2009 Give me fire, encendió al personal, que terminó de venirse arriba, y tras la balada “Break us”, de su último disco, el concierto empezó a tomar otros derroteros.
Con todos los miembros del grupo sin ninguna indumentaria en la parte superior y su cantante metido entre las primeras filas del público, comenzó a sonar el clásico “Gloria·, con un derroche sonoro ejemplar.
Volvieron a la calma, esta vez con un set electrónico interpretando “Sweet wet dreams”.
La banda completa detrás de la mesa de sonido elegida para la ocasión lo daban todo, aunque no sea el estilo que mejor manejas, sonó como debía hacerlo, ¡chapeau!.
El éxito “Dance with somebody” nos permitió estallar de júbilo, brincar, bailar, reir…temazo de los clásicos y cierta prolongación del tema (karaoke incluido), que nos hacían presagiar el final del show.
Para ello interpretaron dos temas de su último disco, que tienen pinta de convertirse en temas de referencia para los futuros conciertos.
La funky “Good times”, que da nombre a su último álbum y la vibrante y arrolladora “Shake”, con claras papeletas de convertirse en la canción de cierre tanto en esta como en futuras giras.
Buen sabor de boca el que nos dejó la actuación de los suecos, aunque algo escasa respecto a tiempo, con ganas de más para la próxima ocasión y satisfacción por el sonido en directo del último álbum
Por último, destacar la sesión realizada por Ocho y medio Dj´s la madrugada del domingo, con la que bailamos sin cesar hasta el cierre definitivo del Low Festival 2107.
Una vez más, el Low Festival cumplió las expectativas y se afianza como uno de los mejores festivales nacionales de clase media-alta en lo que a cartel se refiere, con un trato y logística de admirar, sin problemas de saturación o exceso de aforo, y un precio asequible, que le hacen candidato cada año a seguir creciendo y mejorando.
¡Gracias Low Festival! Nos vemos en 2018.
Iñaki Molinos M
Redacción
La honestidad no es una virtud, es una obligación.