Calavera se representa al gran público con su primer Lp «Exposición«

Algo ocurre súbitamente, chocas hombro con hombro contra alguien que parece tener una meta fija ante la que nadie podrá pararle. Su mirada es tensa, decidida, madura, sin miedos… y de manera inevitable te sientes hipnotizado por la curiosidad de saber qué es eso que lo rebosa de determinación.

Así son Calavera y su último discurso “Exposición”, como una mochila repleta de argumentos para afrontar la senda de lo que llaman “el mundo de la música”. Un camino precioso, e ilusionante a la vez, repleto de piedras, pinchazos, dolores de cabeza y más de una desilusión, pero como ya cantaban ellos mismos muy acertadamente en su excelsa “Escalador” (incluida en su Ep “Quebranta”): «Una distancia desigual, una victoria ocasional, sintiendo el movimiento a golpe de pedal[…]sufriendo en cada puerto, de tanto recorrer».

Exposición” es el resumen perfecto del camino musical recorrido por los zaragozanos hasta este, su primer Lp; “Calavera & the Wolf”, “Quebranta” y “El monte del perdón”, piezas en las que se aprecia la evolución de una banda que experimenta, inventa y se reinventa cada día.

¿Tiene sino algún sentido arriesgarse a utilizar el tan odiado vocoder, en una banda que cuenta con una voz tan poderosa y personal como la de Álex Ortega?. Para ellos sí. Basta con remontase a 2015 para toparmos con una versión de “Vivir para contarlo”, de Violadores del versoen la que Calavera podrían erigirse como pioneros de eso que ahora llaman trap.

Cada recurso, melodía o cualquier elemento, por inverosímil que parezca, es justificado y necesario para conseguir su meta volante. Canciones que no viajan más allá del minuto y 56 segundos que dura la intensa «Atlas«, o apenas los tres segundos más que dura «Sobre todas las cosas«, tienen su complejidad encerrada en tan poco tiempo porque, de lo contrario para ellos, no tendrían sentido. Esa es la clave también para irse hasta los casi 6 minutos en «Tras el cristal«, donde el recorrido que transcurre en cada historia es tan importante como lo que se cuenta dentro de ella y su argumento es la base del ideario de Calavera.

Dentro de «Exposición» hay tanto que sería imposible encapsularlo todo en esta reseña. Joyas como «Tres» son dignas de alabanza y devoción. La manera de otorgarle un ritmo a contrapaso, que se abre de manera grandilocuente en un paraje evocador, es simplemente deliciosa.

Ahora bien, ¿su trabajo les llevará al tan deseado éxito que ahora parece estar ligado al mundo festivalero? Todo parece indicar que no, pero nadie lo sabe, y sino que se lo pregunten a una de las bandas que más han alabado a Calavera, unos Rufus T. Firefly que, tras años peleando por contar su historia, harán pleno nacional festivalero este verano de 2017.

Por ahora os seguimos recomendando encarecidamente su escucha y su continua búsqueda, y es que perderles la pista entre tanta maleza sería un drama para LA MÚSICA.