La edición del BBK más pasada por agua de los últimos años y de más altibajos en cuanto a sonido pero con directos memorables como los de Depeche Mode, Two Door Cinema Club o Royal Blood
El BBK confirma su idilio con la electrónica y el pop más actual; el via crucis de subir hasta Kobetamendi tuvo su recompensa para asistir a conciertos de artistas tan inconmensurables como Depeche Mode o tan difíciles de ver por estos lares como Phoenix. Pero también hubo sufrimiento, y no todo fue culpa de la lluvia. Largas colas para el acceso, precios prohibitivos para las consumiciones y otros males que por repetitivos y generalizados no dejan de ser acuciantes de resolver. Business is business, pero los consumidores no estaremos eternamente dispuestos a todo. Sólo mientras la (buena) música o el cuerpo aguanten.
Jueves 6
D. López
Depeche Mode fue el plato fuerte de la jornada que abrió la edición de 2017 del Bilbao BBK Live. Definitivamente el grupo inglés conoce el secreto de la eterna juventud, sobre todo su cantante Dave Gahan quien, a sus 55 años, es energía en estado puro. Pocos como él se sienten tan cómodos en un escenario y ofrecen tanto de sí mismos. Por ello cuenta con una legión de seguidores, que son capaces de buscar sitio en primera fila cinco horas antes del comienzo del concierto. Merece la pena, no hay duda.
Y mereció mucho más la pena teniendo en cuenta todo lo que iba a aparecer en el escenario principal del BBK Live antes de los Depeche. Rufus T. Firefly y Cage the Elephant, ahí es nada. No eran todavía ni las seis y media cuando el grupo de Víctor Cabezuelo empezó a invocar a los espíritus de la psicodelia, del amor y de la naturaleza para tomar forma en música y convertirse en ‘Magnolia’, su última y maravillosa obra. Sus guitarras, su teclado y la batería de la incombustible Julia Martín-Maestro abrieron los corazones y los oídos de los primeros colonos de Kobetamendi, que acertaron en sacrificar la siesta.
Después de los de Aranjuez la fiesta continuó con los norteamericanos Cage the Elephant, que reunieron a un buen número de jóvenes entusiastas que disfrutaron con la energía transmitida por sus canciones y por su vocalista Matthew Shultz, que no paró hasta que le sobró la camisa, con sus movimientos al estilo Mick Jagger y su cercanía con el público, bajando del escenario en más de una ocasión para mezclarse entre sus seguidores.
Tras Cage the Elephant hubo gente que optó por cambiar de sitio para disfrutar del rock de los ingleses The 1975, pero los incondicionales de Depeche Mode aprovecharon para montar campamento y así poder ver de cerca a sus ídolos más adelante. Y no salieron defraudados. Porque si los Gahan, Gore y Fletcher son historia viva de la música, es por conciertos como el del jueves. Miles de almas y gargantas corearon los clásicos, pero también los temas nuevos del reciente disco ‘Spirit’, una joya que seguro se revalorizará con el paso del tiempo.
¿Quién es capaz de no emocionarse con ‘Enjoy the silence’?
Así, entre el público se vieron sonrisas y se oyeron gritos de entusiasmo con los primeros acordes de cada canción, pero también lágrimas de emoción pura. ¿Quién es capaz de no emocionarse con ‘Enjoy the silence’? Fueron dos horas de éxtasis, que se cerraron con ‘Personal Jesus’, repitiéndose como un mantra aquello de “reach out and touch faith”. Está claro que después de acudir a tres ediciones del BBK Live, Depeche Mode se siente muy a gusto en Bilbao, y eso se nota.
La primera jornada se completó, ya pasada la media noche, con actuaciones tan variadas como las de Xoel López, The Avalanches, Spoon o Justice.
Viernes 7
N. Alles
El viernes comienza con Phoenix, grupo francés formado por Thomas Mars, Deck d’Arcy, Laurent Brancowitz y Christian Mazzalai y que forma parte de la ola de grupos como Air y Daft Punk. Cuentan en su haber con cinco álbumes de estudio, y si bien ya cosecharon gran éxito con su primer trabajo ‘United’ en el 2000, nueve años después con ‘Wolfgang Amadeus Phoenix’ se encaramaron a la cima del mundo indie. Ahora están en plena gira internacional de su último trabajo, ‘Ti amo’.
Antes de nada, he de destacar el terrible sonido del concierto, si bien es difícil conseguir la acústica adecuada en un recinto al aire libre, no es admisible que un grupo de la talla de Phoenix suene tan mal. Los bajos se distorsionaban en los altavoces enfangando al resto de instrumentos y las líneas vocales.
Mención aparte merece ‘Sunskrup’, una mezcla de ‘Love like a sunset’ y ‘Bankrupt!’ que Phoenix ofrece exclusivamente en directo
Phoenix no quiso arriesgarse y casi la mitad de las canciones pertenecieron a su álbum más conocido, ‘Wolfgang Amadeus Phoenix’, destacando éxitos como ‘Lasso’,’Lisztomania’ o ‘1901’ con la que cerraron el concierto. También dejaron lugar para promocionar su último trabajo y comenzaron con ‘Ti amo’, para calentar las zapatillas del personal, o canciones más atmosféricas como ‘Role Model’. De sus álbumes más antiguos sonaron los singles, ‘Long Distance Call’ con esa cadencia marcada a base de sintetizador tan característica de Phoenix o su primer éxito ‘If I ever feel better’ con una línea de bajo hipnotizante y ese estribillo tan sexy. Mención aparte merece ‘Sunskrup’, una mezcla de ‘Love like a sunset’ y ‘Bankrupt!’ que los franceses ofrecen exclusivamente en directo.
Ahora nos dirigimos al escenario principal para asistir a The Killers. Arriesgaron mucho al comenzar el concierto, gastar el as de ‘Mr. Brightside’ y ‘Somebody told me’, éxitos incontestables de su primer álbum ‘Hot Fuss’. Desde luego que consiguieron animar al público, pero con una trayectoria discográfica no carente de altibajos habría que ver si iban a poder mantener el listón.
Estaba claro que un grupo con la experiencia de The Killers iba a tener más arsenal, y atravesando el ecuador del concierto comenzó a sonar ‘Human’ del álbum ‘Day & Age’, canción que cosechó gran éxito comercial aunque en opinión del que escribe no es precisamente su mejor pista. Ya terminando el concierto pudimos escuchar ‘Read my mind’ de ‘Sam’s Town’, una canción que creo representa el mejor momento del grupo, con un sello personal que le diferenció del resto en un momento en el que los grupos indie brotaban por doquier. Pusieron el broche con un bis de dos canciones, terminando con ‘When you were young’ y dejándonos con un buen sabor de boca aunque con la sensación de que el grupo ha vivido mejores momentos.
Termina la noche con Royal Blood, el dúo británico de rock de los británicos Mike Kerr en el bajo y Ben Thatcher a la batería. Y sí, habéis leído bien, en este grupo de rock no hay guitarras, y ni falta que hacen. Para muchos este concierto supuso una grata sorpresa, ya que cada vez es más difícil encontrar algo que se salga del indie y la electrónica en el BBK; pero como demostraron con creces la noche del sábado, si el grupo posee la calidad musical de Royal Blood, el público responderá. Aunque lanzaron su primer y homónimo disco en 2004 ha sido con el reciente lanzamiento de ‘How did we get so dark?’ que se han dado a conocer en nuestra tierra, sonando en las emisoras de radio alternativas y cosechando ávidos fans allá por donde pasan. Destacamos los tremendos cañonazos que son ‘Little monster’, ‘Hook, Line & Sinker’ o ‘Out of the Black’.
Sábado 8
R. García
El sábado fue otro día agraciado por el barro y la lluvia en el BBK. Sin embargo, la tarde noche empezó apacible tanto respecto a la climatología como musicalmente hablando obra de Brian Wilson, un artista que marcó a una ingente variedad de artistas y generaciones melómanas con sus grandes temas de los Beach Boys. Hoy en día, el maestro del pop y rock californiano con sus 75 años no puede presumir de una salud de hierro y hubo de sentarse al teclado ayudado por sus compañeros de equipo, pero tras dejar pasar algunas canciones no dudó en interpretar algunos de los temas de su ‘Pet Sounds’, 11º álbum para los Beach Boys y que supuso una revolución en su época con sonidos no antes probados por los artífices de la música pop.
‘Surfer girl’, una de esas baladas clásicas que suenan a Grease, convirtió por instantes al BBK en el verano del amor
Con las primeras voces de ‘I get around’ y una de las armonías vocales más reconocibles de la banda estadounidense, los asistentes del festival pudieron disfrutar de una de las ocasiones de música más históricas de cuantas se han vivido en el Kobetamendi por todo lo que entraña tener a un Beach Boy sobre el escenario. ‘Surfer girl’, una de esas baladas clásicas que suenan a película de ‘Grease’, convirtió por instantes al BBK en el verano del amor, de San Francisco a Bilbao, de un lejano 1967 a 50 años después.
También sonaron ‘Don’t worry baby’, la psicodélica ‘Wild honey’ y por supuesto los temas del ‘Pet sounds’. Wouldn’t it be nice’, así como ‘You still believe in me’ o, según Brian Wilson, la mejor canción que ha escrito jamás, ‘God only knows’ fueron interpretadas con el apoyo de la banda. Wilson parecía cansado, pero aún guardó ‘Good vibrations’ para el final y que todos se llevaran su pedacito de sol en las caderas.
Turno a continuación de !!! (¿cómo olvidar su concierto años atrás de un enloquecido Nick Offer?) y que volvió a dar que hablar con sus continuos vaivenes arriba y abajo del escenario, moviendo el cuerpo como nadie y cautivando al personal con una locura tras otra (de la que es buena muestra su página oficial).
Tras el éxtasis de baile, y de vuelta al escenario grande del festival, los aclamados Two Door Cinema Club ofrecieron uno de los conciertos más coreados. Era fácil prever que serían uno de los más multitudinarios también. Nadie se resistió a bailar grandes clásicos como ‘What you know’ o ‘Something good can work’. La verdad es que poco se dejaron en el tintero: fue un concierto exhaustivo e intenso con bendición incluida: la lluvia que apretó fuerte mientras miles de personas cantaban a pleno pulmón y sin síntomas de rendición.
Primal Scream sufrieron el cansancio acumulado y los avatares del tiempo y el público se mostró más frío pese a que los escoceses dieron una lección de rock que ya se echaba en falta en el BBK, no así de formas. No es que Bobby Gillespie vaya a convertirse en un gentleman de la noche a la mañana, y quizá el postureo sea parte del espectáculo (o no) pero rompamos una lanza a su favor: el BBK se aleja cada vez más del rock y se palpa en el ambiente (¿cómo puede enfriarse la noche cuando suena ‘Rocks’ en medio del barro que ha dejado la tempestad?). Primal Scream defendieron lo suyo aunque la gente prefiriera ir a coger sitio a otro lado.
Para cerrar, Die Antwoord, electrónica, rap y rave que se ha hecho un hueco en el panorama hipster con su paroxismo, excentricidad y descarga. Como espectáculo, el más brutal de todos de principio a fin con una energía inusitada. A nivel de programación, difícil de encajar para los viejos rockeros que se perdieron por el recinto llamados por otros nombres. Quizá estar al gusto de todos sea un imposible. Quizá abarcarlo «todo» no sea abarcar tanto.