‘El Poeta Halley’ inició su vuelo por salas desde Oviedo con éxito de público -todo vendido- y la seguridad de LOL defendiendo un disco más denso que según los más críticos les conduciría al «suicidio musical» pero que ha conseguido respaldarse en ventas.
La experiencia es un grado y sino que se lo digan a Love of Lesbian que se pueden permitir bromear, lanzar proclamas políticas y repetir clásicos de su repertorio sin señal alguna de agotamiento. Un concierto de LOL no será una sorpresa para sus acólitos. Sobre esa balsa de seguridad se entremezclan los temas más bailables con los más enternecedores sabiamente intercalados. Y esta vez sin mucho respiro. La banda no estaba dispuesta a perder el tiempo en su primer concierto por salas de 2017 para la presentación de ‘El Poeta Halley’ y, con todo, el recital se alargó hasta las 2 horas y 45 minutos.
Primera etapa: un viaje intergaláctico entre el presente y el pasado
‘Cuando no me ves’ fue el inicio extraído de su último disco elegido para abrir boca, uno de los más intensos de este trabajo calificado de «suicidio» por algunos debido a la duración de casi todos sus temas y también a la lentitud de algunos, sin obsesionarse con el formato festival tan demandado que puede terminar por minar la creatividad con canciones de usar y tirar y de estribillo ágil y sencillo de corear. Como si Love of Lesbian no tuvieran suficientes temas para cantar mano a mano con el público.
Durante el concierto sonaron ‘Océanos de sed’, ‘Nadie por las calles’, ‘Bajo el volcán’, ‘Allí donde solíamos gritar’, ‘Contraespionaje’ y, después de tamaño desfile de emociones, ‘Los seres únicos’ con mención especial a David Bowie. ‘La noche eterna’ y ‘1999’, como auténticos himnos que son ya, aparecieron también a lo largo del concierto. El vuelo había comenzado.
Parada el camino: buenos tiempos para la lírica
Santi Balmes, como buen maestro de ceremonias de su particular viaje espacial, anunció que nos bajábamos del taxi aún esperando esa llamada que nunca llegó y cantamos juntos, público y él, ‘Voy a romper las ventanas’. Sonó ligera, atemporal y perfectamente nítida. Buen momento para arrancar con otra versión más íntima dedicada al «poliamor» a través de ‘Segundo asalto’. La vigencia de un trabajo como ‘1999’ queda patente a la hora de escuchar sus canciones en directo, tan frescas como siempre. Algo que alivia y que encuentra relevo generacional en sus fans más jovenes.
Se acercaba el final del trayecto con ‘Oniria e Insomnia’ y ‘Los males pasajeros’, una de las pocas veces que la banda la ha tocado en directo y, reconocía Balmes, «aún no sé muy bien de qué va«. Es un buen ejemplo de este tipo de canciones que abundan en su último álbum, con más de 6 minutos de duración y cierta densidad lírica impropia para lo que se demanda en el espíritu de un festival pero que, aprovechando el entorno más reducido, fue momento de lucirla.
Sacar ‘Belice’ a la palestra es apuesta segura; una canción con luz propia de ‘La noche eterna. Los días no vividos’ por la que tampoco pasan los años. Debilidad de la carne es de lo que se habla cuando se trata de ‘I.M.T. – Incapacidad Moral Transitoria’ y quitó un poco de hierro a tanta sensibilidad. Uno de los temas más frescos de lo nuevo de LOL que les da buenos resultados en directo, con un estribillo pegadizo y creciente, fácilmente coreable.
Diversión al final del viaje
Siguiendo con su faceta más burlona, tocaron otro tema nuevo, ‘El yin y el yen’ y ‘Algunas plantas’, otra canción que no falta en sus directos, así como ‘Club de fans de John Boy’.
Para los bises dejaron esa oda a la autoestima que es ‘Me amo’, ‘Manifiesto delirista’ y ‘Los toros en la Wii – Fantástico’ con homenaje a ‘Lobo Hombre en París’ que cantaba La Unión en los ’80.
Al «público insaciable» de Oviedo LOL regaló otra tanda de bises con ‘El Poeta Halley’, ‘Incendios de nieve’ y ‘Planeador’, cerrando el círculo perfecto donde la fina línea de la lírica ofreció su sonrisa más sensual.