Warpaint vuelve a la oscuridad con “Heads Up”, esta vez con matices nuevos que mostrar y otros que parece que se ha dejado en el tintero
Ya hace años de la ópera prima de las angelinas. Para muchos (y para nosotros también), “The Fool” fue una pequeña gran joya que caló hondo e hizo de la oscuridad un buen lugar para sentir la música. Casi se podría decir que crearon un estilo propio, algo que hoy en día es bastante difícil de conseguir. Con sólo unos acordes ya podías identificar a la banda.
Exactamente tan sólo han pasado 6 años, y después de un segundo álbum que pasó con más pena que gloria (“Warpaint” nos cambió un poco el estilo: el pop se hizo más presente y nos suministró a cuentagotas pequeñas dosis del talento que emplearon en sus inicios), Warpaint vuelve con “Heads Up”. Un álbum que retrocede un poco en el tiempo pero sin alejarse de nuevas tendencias. Lo mejor de todo, que vuelve la oscuridad y que viene acompañada de una especie de tenue neblina, cargada de ritmos más electrónicos y un poco más bailables. Las guitarras vuelven a ser reconocibles y las nuevas influencias que ya hemos comentado vienen en forma de bases hip-hop y trazos de R&B. Una mezcla que da como resultado un álbum muy cuidado y que ofrece nuevos abanicos en los que la nostalgia nos vuelve a envolver, pero esta vez mirando de reojo al futuro.
A muchos fans de verdad de Warpaint les entraron las dudas de nuevo al oír el primer avance del disco, lanzado en agosto, y que venía cargado de influencias más discotequeras y rítmicas, “New Song”. El tema fue todo un éxito y totalmente diferente a lo que habíamos escuchado (y que escucharíamos en todo el disco), una mezcla de sonidos oscuros y que a la vez podían ser bailables. El resto del álbum contiene pistas bastante planas que apenas destacan unas más que otras pero que dan de lleno con la filosofía Warpaint, donde constantemente se lanzan mensajes como “no quiero definirme a mí misma”, una declaración total de intenciones. El conjunto genera un estado de relajación que requiere bastante atención, perfecto para saborear poco a poco.
“Whiteout” es la encargada de abrir “Heads Up”. También ejerció de segundo single de presentación y se convierte en una pieza pegadiza que se engancha con fuerza en el cerebro, lamentos acompañados de bases negras. “The Stall” es otro de nuestros temas favoritos, tan oscuro y sombrío que te transporta a otros lugares, gana a medida que va avanzando y añade matices. Le siguen otros grandes temas como “So Good”, “Don’t Let Go” o “Heads Up”. Pero en general, para poder apreciar la obra, se debe analizar todo en su conjunto y con mucha calma. En este caso, merece la pena probarlo.