El pasado fin de semana estuvimos en el Primavera Club y aquí te acercamos nuestras sensaciones

Casi cinco meses después del Primavera Sound, uno llega al final del año con mono de festival. Se hace dura la entrada del otoño, despedirse de los festivales de verano, del buen tiempo, de las tardes que se convierten en noches yendo de escenario en escenario. Y, en cierta manera, este pasado fin de semana pudimos revivir algunas de estas buenas sensaciones en un festival de formato más pequeño, en sala, pero con muchas características que nos hacían pensar en esos días del verano.

El Primavera Club 2016, promovido por los organizadores del Primavera Sound, se celebró este viernes, sábado y domingo en la Sala Apolo y en La [2] de Apolo y actuaron los que, tal y como comunican ellos, están llamados a ser los grupos revelación de la temporada. Solo los mejores tendrán el honor de llegar a tocar, quién sabe, en alguno de los escenario del Primavera Sound. ¿Quiénes se lo han merecido más?

Una de las similitudes que encontramos entre los dos “Primavera” es la oferta continua que hay desde el inicio hasta el final de la jornada. Y eso nos quita un poco el mono de festival. En este caso, en el Primavera Club fluyen los conciertos entre la amplia sala principal y La [2] de Apolo, el espacio más pequeño y limitado del recinto. Un ir y venir, un subir y bajar que lo convierte en una convocatoria dinámica que no deja tiempo para el descanso. Resulta inevitable que se solapen los grupos que actúan en sendas salas, pero el ambiente es relajado, un ambiente de puro disfrute de la nueva (o poco conocida) música que nos ofrecían.

Viernes: de la melancolía de Lucy Dacus a la energía de Operators

Empezamos el viernes viendo a Extrarradio en La [2], un grupo barcelonés con tintes entre el rap, el hip-hop con algunos toques punk que tocaron delante del escaso público que iba llegando a la convocatoria. Un directo sencillo y sin aderezos de un grupo que justo empieza a moverse por escenarios.

Llegó el turno de Museless: la artista ofreció un recital de su música más electrónica, repleta de sintetizadores y toques dances con los que fue recibiendo al cada vez mayor número de gente que iba llegando al festival. Con una puesta en escena bien trabajada (estaba acompañada por dos pantallas verticales desde las que se proyectaban diferentes imágenes al ritmo de sus temas), Museless hizo gala de su nombre y se presenta como una candidata a ser musa de la electrónica.

La sorpresa para nosotros llegó con Lucy Dacus, uno de los platos fuertes del día. La cantante americana llenó la sala principal con sus ritmos secos, su voz magnética y esa dulzura oscura que emanaba de sus canciones. Una artista que nos atrapó desde el primer momento y que estamos deseando volver a verla.

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Lucy Dacus

Volviendo a bajar a La [2], nos encontramos con el rock punk de Public Access T.V., un grupo neoyorkino que ya pueden presumir de haber actuado junto a The Strokes. La banda tocó el repertorio de “Never Enough”, su primer LP, temas frescos, divertidos, un ese estilo del rock de los 70 que resulta imposible no amar.

La energía de Public Access T.V. contrastó con las expectativas que teníamos puestas en Yumi Zouma. El directo resultó flojo primordialmente por la poca fuerza de la vocalista de la banda, que no estaba al nivel de los instrumentalistas, que tocaron de manera correcta su pop electrónico.

Operators arrasaron desde el primer segundo en que salieron a tocar. Una energía imparable la de todos los componentes de la banda que lo dejaron todo en el escenario y que ofrecieron un directo repleto de ritmo, de sonidos entre el pop electrónico y el synth y quese nos antojó el equivalente a LCD Soundsystem del festival. Imposible no contagiarse de su energía arrolladora.

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Operators

Sábado: Todos esperaban a Minor Victories

Era el día más esperado principalmente porque actuaba una de las bandas con más futuro del momento, a pesar de que todos ya conozcamos a todos sus componentes, y también porque era sábado y la cosa se alargaba hasta que el cuerpo aguantara. Pero antes de todo vayamos a por otros temas, y es que lo que venía antes llegaba con fuerza (unos más que otros y acompañado de alguna decepción).

La segunda jornada del festival empezaba de la mano de Aucell Cantaire, pero este inicio quedó totalmente eclipsado por el gran concierto que ofreció El Lado Oscuro de la Broca, sin duda un muy buen comienzo. Los de Zamora ofrecieron su potente y estático directo a una hora muy temprana, pero que ya lucía un buen número de personas en la sala.

La siguiente actuación que presenciaríamos sería la de Maria Usbeck, mostrando todo su repertorio al que nos gustaría dar el adjetivo de orgánico y que no lució en exceso y se quedó solamente en correcto. Pero luego llegó una de nuestras sorpresas del fin de semana, Retirada!. Un dúo catalán que ofreció una actuación con mucho encanto, repleto de golpes de guitarras e interminables armonías. Se notaba que estaban disfrutando el momento y eso quedó reflejado en su actuación, una de las alegrías del sábado.

Y de la cara de alegría a la vuelta a la sobriedad de C Duncan, que sí ofreció un concierto muy elaborado y bastante completo en todas sus facetas aunque un poco serio. Técnicamente muy preciso, igual que sus sucesores PAUW que pusieron la nota de brillantina, glamour y pelazo, y ofrecieron un repertorio muy serio y sólido.

Pero casi nadie llegó a ver el final de la actuación porque lo gordo ya había llegado. Con una sala a rebosar y un murmullo extendido por todo el recinto, llegaron Minor Victories, al que les costó entrar con algunas imprecisiones en sus primeros temas, pero que superaron enseguida ofreciendo un recital a muy alto nivel. Y es que pudimos ver que un concierto de esta banda se puede pasar por diferentes estados, momentos donde puedes flotar con la voz de Rachel Goswell, entrar en trance, erizarse el vello o sentir la más grande de las épicas (véase la increíble «Higher Hopes») en un sólo escenario. Uno de los grandes conciertos del Primavera Club, junto a otro que pudimos ver al día siguiente, y es que suena mal decirlo, pero la diferencia se pudo palpar entre unos y otros. Finalmente, River Tiber puso la nota final más R&B de la noche en La [2] de Apolo, la que por cierto no dejó de estar llena, incluso demasiado, durante todo el fin de semana.

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Minor Victories

Domingo: Whitney pone el listón por las nubes

El domingo llegó y la jornada empezó de buena mañana con sesión matinal con Pavvla de protagonista, la que dicen que fue una de las grandes actuaciones del día. Nosotros no la pudimos ver, pero sí que llegamos a tiempo para ver a Gúdar, otra banda nacional que puso todo su empeño encima del escenario con otro directo muy serio y bastante contundente. El domingo, la afluencia de público fue in crescendo y en el caso de Gúdar, la mitad de los asistentes fueron fans suyos, algo curioso. Seguidamente era el turno de Mild High Club, con sus calmados acordes con sabor americano y una puesta en escena dotada de bastante entereza.

Pero no fue hasta momentos después cuando apareció la magia, y decimos magia porque pasamos de la seriedad, que fue la tónica del festival, a una especie de comunión del buen rollo. Con los dos temas que empezó el repertorio Whitney, quedó de sobras demostrada la calidad del grupo. Y es que desde las primeras estrofas de todo el concierto pronunciadas por la genial voz de Julien Ehrlich, junto a la potente batería, la trompeta y, en general, toda la banda, el concierto no bajó ni un pistón la intensidad y dejó flotando a todos los asistentes. Fue casi una hora de amor, buen rollo y constante comunicación con el público. Los que les escuchaban por primera vez quedaron atónitos y los que ya sabíamos de qué iba la cosa no pensábamos que iba a ser para tanto. Un auténtico conciertazo que nos gustaría repetir en un futuro en el Primavera Sound.

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Whitney

Hoops y sobre todo Porches acabaron de redondear el Primavera Club. Estos últimos ofrecieron un gran recital y desde luego también se merecieron el calificativo de uno de los mejores conciertos, pero la verdad, fue difícil actuar después de Whitney.