El festival cambia de localización a Medina del Campo y cita a los grupos que más público atraen, consiguiendo una exitosa consolidación.
Redactora: Silvia Bergillos | Fotógrafo: Gonzalo Iza
“Se trata de uno de los festivales más importantes y novedosos del panorama musical nacional, que cuenta con los principales artistas de música independiente y alternativa de nuestro país y algunos de los grupos más influyentes a nivel internacional”. Esto decía Samuel Sobrino, organizador del festival, días antes de que se abrieran las puertas del Estadio Municipal de Medina del Campo.
El pasado jueves daba comienzo este festival vallisoletano con una fiesta de disfraces, pero lo mejor estaba guardado para el fin de semana. El viernes Medina del Campo se inundó de música. El recinto elegido para esta nueva localización -Estadio Municipal de Medina del Campo- era perfecto para las dimensiones de dicho acontecimiento. Un césped top cuidado al más mínimo detalle, un olor constante a napolitanas de chocolate que provenía de la fábrica de galletas colindante y un público justo para poder despreocuparte y saltar en los momentos álgidos sin miedo a recibir golpecitos.
A las 17:15 de la tarde arrancó Naïa en el escenario Coca-Cola, pero los ríos de gente no se vislumbraron hasta que los miembros de Miss Caffeína subieron al escenario Rueda. Momento perfecto para arrancarse con “Capitán» mientras el sol se ponía. El público tarareaba las canciones mientas Alberto Jiménez se dejaba llevar. Los temas de su último trabajo, “Detroit”, sonaron excepcionalmente bien, destacando la mimada “Mira Cómo Vuelo”.
Apenas se notó movimiento en el público mientras preparaban el escenario para el grupo que vendría a continuación. “2” es uno de los discos del año, y León Benavente uno de los grupos del momento. Abraham Boba y los suyos saben muy bien lo que hacen y en directo transmiten esa energía que en el estudio no termina de reflejarse. Sus canciones (las de ambos trabajos) están repletas de mensajes directos a la situación actual de nuestro país, a sus habitantes y a la sociedad en general. “Gloria” es uno de los ejemplos, la cual fue de las más coreadas. [Los conquistadores de la noche del viernes]
Mientras Siloé -Fito Robles- se desgañitaba en el escenario pequeño versionando con nota el hit “Do It” de The Sunday Drivers, en el escenario grande estaba a punto de empezar uno de los conciertos más esperados por el público. Un grupo que parte como cabeza de cartel en la mayoría de los festivales con un fiel público a sus pies. Supersubmarina tenían como reto mantener el buen ambiente que habían creado León Benavente, y vaya si lo consiguieron. “Viento de Cara” o “Electroviral” sonaron con todos los detalles bajo control. Una hora brillante pero no suficiente para el extenso recital de los andaluces.
Con unos minutos de retraso salió al escenario el grupo que cerraría la noche a falta de los temas que Eme DJ hiciese girar en su mesa de trabajo. Marc Ros, Axel Pi y Jes Senra irrumpieron con una sonrisa picarona en la cara. Sidonie son así, maestros de la psicodelia. La novedosa “Carreteras Infinitas” fue un triunfo absoluto, mientras que “Fascinado” o “Costa Azul” siguen brillando a pesar de su antigüedad.
A pesar de que la organización no pudo ver realizada la promesa de que todos los que tuviesen entrada para el festival pudiesen disfrutar de un baño en la piscina municipal, la verdad es que muchas muñecas con pulsera tomaban el sol o reponían fuerzas en el bar de la misma antes de dar paso a los conciertos del sábado.
Zahara fue la privilegiada en tener la deslumbrante compañía de la puesta del sol mientras exponía su trabajo “Santa”. Las decenas de pelucas rubias platino repartidas por el público saltaron de golpe al sonar “Tú Me Llevas”, y más cuando Zahara se bajó del escenario para bailar con esos seguidores vestidos de una falsa Z. “Caída Libre” fue un baile multitudinario en el que hubo intentos de imitar esa flexibilidad que le caracteriza y tanto se refleja en el videoclip. La ya habitual “Te Debo Un Baile” de Nueva Vulcano, “Funeral” o “Merezco” prosiguieron acompañados de movimientos de contorsionista. Banda de diez la que le acompaña, con un Manuel Cabezalí de otro planeta.
Y llegó uno de los momentos más esperados de la noche. Nunatak en acción. El grupo murciano es, ahora mismo, igual que un caramelo a la salida de un colegio. Todo el que lo escucha por primera vez quiere más. Acompañados de violonchelo, trompeta y ukelele, hacen de su música folk una joya en bruto. Presentaron “Nunatak y el Pulso Infinito” y su himno “La Primera Luz” gustó entre la multitud. El escenario pequeño se les quedó enano.
Y si el concierto de Nunatak era uno de los más ansiados, el de Fuel Fandango sería el más aclamado. Después del parón obligatorio, Nita y Ale asaltaron el recinto de una manera sobrenatural. Un “Always Searching” descomunal, un “Trece Lunas” sobrecogedor. Nita ha vuelto. Con la imagen de Frida Kahlo en sus leggins y ese arte tan suyo, taconeó en mitad del escenario bajo la luz de un único foco blanco. Tanto talento, y tan bien aprovechado. “Salvaje” fue el tema elegido para cerrar su magnífica actuación. Y salvaje también la actuación en sí misma. [Los conquistadores de la noche del sábado]
Después llegarían los más esperados de la noche del sábado. Los fans de las primeras filas -nuestra obsesión-, según pudimos comprobar, no se movieron de esa privilegiada posición durante varias horas hasta que Santi Balmes saltara a la palestra. El público enloqueció. Quizás sea algo inusual pero, personalmente, Love of Lesbian se ha convertido en un grupo que prefiero escuchar en mi casa o en el coche durante una semana seguida sin pausa antes que en directo. Lejos quedan los conciertos en los que Santi y los suyos me hacían vibrar, o quizás solo sea culpa de la muchedumbre eufórica dando bandazos de un lado para otro. Su repertorio fue corto (debido al escaso tiempo) a la par que intenso y se despidieron con la canción de la cual han sacado su último videoclip, “Cuando No Me Ves”.
Ya bien entrada la noche llegaba el turno de La Gran Pegatina. Un gran grupo de músicos se encargaron de revolucionar al público que todavía seguía por allí después de la huida post LOL. A los siete componentes originales de La Pegatina se les sumaron seis músicos más: un guitarra eléctrica, un violinista, una sección de vientos y dos coristas. La revolución estuvo servida. El broche de oro llegó cuando en la archiconocida “Mari Carmen” los brincos de los de arriba y los de abajo fueron acompañados de confeti de colores. Un must para un show perfecto.
Antes de volver a nuestros hogares y que esta edición del Fasse Rueda quedase en un bonito recuerdo, quedaba una última actuación. Ojete Calor DJ Set. O lo que es lo mismo, Carlos Areces y Aníbal Gómez. Pese a unos continuos problemas de sonido, solventaron con actitud su sesión de mezclas variopintos. Del “Boys” de Sabrina al “Lonely Boy” de The Black Keys, pasando por “Un Beso y Una Flor” de Nino Bravo o “Cuidado Con el Cyborg (Corre Sarah Connor)” o “Viejoven” de los mismos que se dedicaron a poner música hasta altas horas de la mañana.
Fetén Fase Rueda 2016.