Desde Richard Strauss hasta Bunbury. Una travesía por el tópico de femme fatale en la música.

En la literatura el estereotipo de mujer fatal ha sido frecuentemente demandado como objeto predilecto de innumerables novelas y pasajes literarios desde la tragedia y la poesía clásicas, ya sea en forma de criaturas fantásticas (como la sirena) o antropomorfa. Del mismo modo, la música lo emplea en el lenguaje sonoro desde un trasvase del recurso retórico que, en mayor o menor medida, pretende ilustrar el atractivo de la mujer-diablo valiéndose de los medios propios de la disciplina; como la elección de ciertas tipologías vocales, la composición de melodías cargadas de sensualidad o el empleo de instrumentos «exóticos» o incluso arcaicos que fomenten la configuración de la alegoría en lugares y tiempos remotos, propios de la mitología griega y de la novela romántica decimonónica. Calipso en la Odisea de Homero, Salomé para Oscar Wilde, Lulú para Wedekind o La Serrana de la Vera para Lope de Vega y Vélez de Guevara son algunos de los ejemplos que constatan el uso de esta figura femenina a lo largo de toda la historia de la literatura.

En el caso de la música «culta» o «clásica» el género que más ha cultivado este argumento o, al menos, el género en el que se hace más perceptible, es la música escénica. Destacan dos de las muchas óperas en las que el personaje principal encarna los atributos de la mujer demoníaca: Lulú (1937) de Alban Berg, basada en la obra homónima de Wedekind, y Salomé (1905) de Richard Strauss. De esta última es célebre la denominada Danza de los siete velos en la que la protagonista se despoja uno a uno de los velos que la visten para seducir a Herodes y lograr así su objetivo de matar a Jochanaan (a cuya cabeza declara su amor en la escena final de la ópera).

En el ámbito de la música popular tan solo es necesario echar un vistazo a cualquier playlist para encontrar canciones con referencias a nuestra femme fatale independientemente del género al que pertenezcan. Continuando en la línea de Salomé, el héroe del silencio Enrique Bunbury estrenó su carrera en solitario en 1997 con el disco «Radical Sonora» en el que se incluye un tema titulado, cómo no, «Salomé». En él aparecen versos que indiscutiblemente pretenden evocar las hazañas del personaje «Quieres que rueden cabezas, quieres buscar al infame, quieres que sea el verdugo así y quieres que sea el culpable»

Otro de los grandes temas relacionados con la materia viene de la mano de The Velvet Underground & Nico. «Femme Fatale» vio la luz en 1966 como la cara B del single «Sunday Morning» y fue una de las canciones que formaron parte del álbum debut «The Velvet Underground  & Nico» en 1967. En el famoso estribillo Nico nos advierte «Cause everybody knows the things she does to please, she’s just a little tease, see the way she walks, hear the way she talks» mientras que Lou Reed y Sterling Morrison intervienen al final de cada verso añadiendo «she’s a femme fatale» por si había algún despistado. La canción dio lugar a un vasto número de versiones entre las que destaca la de R.E.M de 1984.

Y es que si hay una época en la que las versiones musicales han proliferado como virus esa ha sido la década de los 80, donde las canciones parecían ser un bien universal de ida y vuelta, llegando incluso a ser más conocidas muchas de las versiones que sus análogas originales. Uno de estos casos es «Eloise», un tema que dio a conocer en España Tino Casal en 1987, pero que había sido compuesto por Paul Ryan e interpretado por Barry Ryan en 1969. Eloise parece hacer alusión a la primera mujer intelectual de Occidente, Eloysa, y a la leyenda que se creó en torno a su figura- Una historia rocambolesca de amores imposibles y traiciones, en la que la protagonista puede equipararse con la idea de una mujer fatal algo edulcorada.

Eloise fue un himno para todas aquellas jovencitas que despertaban del letargo de los años 70 y que se desmelenaron bailando en las pista de baile de Rockola o del Penta, pero… ¿Qué pasa con las no tan jovencitas? Para ellas el grupo Burning dedicó en 1978 los famosos versos «¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?» en los que habla de una mujer fatal anus ebria que trata con hombres jóvenes a semejanza de La Celestina moderna de Fernando de Rojas. La canción está camino de cumplir su 40 aniversario y sigue siendo uno de los hits obligados para cualquier fiesta que se precie… ¿O es que los años te delatan, nena?

https://www.youtube.com/watch?v=rn98UJiw_Q8