«Nocturnal«, disco envuelto en destellos de un futuro perturbador

Estamos ante el séptimo trabajo de estudio de Amaral. Nocturnal, así se titula el último trabajo del grupo maño, perteneciente a ‘Antártida’ -sello independiente propiedad del dúo-, puede decirse que es el mejor disco, hasta el momento, en lo que a producción se refiere.

14 canciones después de 4 años de sequía desde que ‘Hacia Lo Salvaje saliera a la luz. ¿Y qué han hecho Eva y Juan todo este tiempo? Girar y componer. Componer y rodearse de buenos músicos y mejores técnicos. El encargado del sonido y de las mezclas del álbum ha sido Guillermo Quero. Chris Taylor a cargo del bajo. Tomás Virgos al piano, y a la batería el ya conocidísimo Toni Toledo y Ged Lynch. Los arreglos de cuerdas los ha llevado a cabo Nus Cuevas, mientras que el gran Abraham Boba ha colaborado con el órgano. Las programaciones han sido cosa de John Calvert y David Antony Brinkworth. Y así es como se confecciona un trabajo de ‘subes’ y bajas’. En ‘Nocturnal’ suben los sintes y bajan los riffs . Sube lo oscuro y bajan las canciones de amor.

Hay quien ve en este disco claras influencias de Arcade Fire o The National, y tal vez no les falte razón. Pero la esencia es la misma de siempre. Y eso para alguien que escuchaba a Amaral a los 17 años, va a seguir siéndolo así. Cambiarán mil cosas, pero las guitarras de Juan y la voz de Eva perduran en el tiempo pese a los nuevos adornos. Se atreven con un tema instrumental como lo es ‘Obertura (Unas Veces Se Gana)’, que da paso a Unas Veces Se Gana Y Otras Se Pierde, canción que descubre la realidad de la vida sin decir nada nuevo.

Como ya lo hicieron en el anterior disco o con ‘Ratonera, no faltan temas con evidentes referencias a la actual situación política y social. En ‘Llévame Muy Lejos, primer single y tema que abre ’Nocturnal’ ya suenan reivindicaciones como ‘llévame muy lejos, borra todos mis recuerdos de este país sin corazón’ y  para dar el cierre al disco, en ‘Noche De Cuchillos las letras claman contra los que nos gobiernan con un ‘dónde no tengamos dueño, dónde el alma de la gente no se apague con el tiempo, y no exista moraleja al final de cada cuento’.

También hay atisbos de algo más comercial y electrónico en ‘Cazador’, donde el significado de la palabra ‘pegadiza’ gana enteros con solo una escucha. Esto no quiere decir que sea de las mejores canciones de este repertorio de 14 cortes, pero sí que sirve para ganar público de diferentes estilos musicales.

En definitiva, ‘Nocturnal’ se deshace de lo cotidiano para introducir más contundencia con un sublime piano y sonidos envolventes que captan la oscuridad de este disco envuelto en destellos de un futuro perturbador.