The New Raemon inauguró el ciclo de Escenario Eslava con un concierto tremendamente especial

Apenas han pasado cinco meses desde la anterior visita de The New Raemon a Madrid, junto a Ricardo Vicente, para inaugurar el ciclo de conciertos del aniversario del club Ocho y Medio, y la banda ha vuelto a Madrid apostando fuerte. Dos horas de concierto, más de treinta temas, la mayoría nunca llevados al directo o presentados en otros formatos, y la compañía de amigos. Un planteamiento alejado del modelo disco-gira-disco que ha hecho salir a The New Raemon por la puerta grande de la sala Joy Eslava.

Abrió el concierto Felix Lineker, presentando el que será su nuevo disco «Los años luz«. Toques de folk americano e indie noventero defendidos únicamente con su guitarra. Un aperitivo muy recomendable para abrir boca y disfrutar de lo que venía después.

Se presentó Ramón Rodríguez arropado por la banda al completo, y ya desde las primeras canciones -«Una Historia Real», «Oh, Rompehielos» y «Reina del Amazonas» tocadas en el mismo orden que abre su último disco «Oh, rompehielos«– se vio claramente como se iba a desarrollar el concierto: una banda bien compactada que se encuentra a gusto en ese formato y lo sabe demostrar.

Advertía Ramón al inicio del concierto que iba a ser parco en palabras, ya que el número de canciones que iban a sonar no permitía explayarse en explicaciones. Compromiso difícil de cumplir para alguien acostumbrado a tocar en formato más reducido que lleva a una mayor intimidad con el público. No lo cumplió, pero se agradece que mantuviera la complicidad con los asistentes.

La aparición del primer invitado era la respuesta natural a la presencia de Ramón, en el mismo escenario, en los dos conciertos que Maga dio el martes y el miércoles. Subió al escenario Miguel Rivera para interpretar «Silencio y La dimensión desconocida»; una de las primeras muestras de complicidad con sus amigos.

El concierto continuó interpretando sus grandes hits, según Ramón solo tiene tres, y canciones no tocadas nunca en directo como «Sucedáneos». Hubiese sido perfecto haber visto a Miguel Ángel Blanco, cantante de Manos de Topo, realizando la versión de esta canción que hace en el Ep «Lineas Convergentes«, y a Ramón defendiendo su versión de «Pollo frito» incluida en ese mismo Ep.

Uno de los momentos más intensos se produjo con la aparición de Ricardo Lezón, cantante de McEnroe, para interpretar dos temas de su grupo, «Agosto del 94″ y «Rugen las flores», y otra canción del proyecto paralelo de Ricardo, Viento Smith, «Campos magnéticos». En los próximos meses ambos entrarán en el estudio y publicarán disco juntos. Viendo la complicidad de ambos sobre el escenario, este nuevo proyecto puede ser una de las grandes sorpresas de 2016.

Solo con su guitarra, e iluminado con un foco, encaraba Ramón el final del concierto. Una versión desnuda de «Te debo un baile» – tema de Nueva Vulcano que ha hecho suya y que “persigue” a The New Raemon- y la fantástica «Galatea». Con esta última consiguió algo cada vez más complicado: silencio absoluto en Joy Eslava para escuchar, que no oír, la que dice que es su única canción de ficción.

La vuelta de la banda al escenario marcaba el final del concierto. Dos horas de duración, más de treinta temas, no dejaban opción para bises, y The New Raemon son conscientes que las canciones elegidas para finalizar, «La cafetera» y «Tú, Garfunkel», son lo suficientemente potentes para conseguir que el público salga de la sala con una sonrisa y la sensación de haber presenciado algo grande.

Pocos autores y bandas pueden presumir de una base de canciones tan sólidas para atreverse con este formato. Y muchos menos son capaces de dar paso a canciones verdaderamente tristes con una sonrisa. Por suerte, tenemos a The New Raemon para compensar esa falta.