El Esmorga Fest es la demostración palpable de que sí se puede: un festival pequeño pero contundente, con un cartel más que satisfactorio y un buen sabor de boca
El Camino de Santiago guarda grandes sorpresas, y una de ellas es Sarria, un pueblo de Lugo de unos 13.000 habitantes que este fin de semana acogió, por segundo año, el Esmorga Fest. Una cita con lo mejor de la música del momento a un precio muy ajustado y que congregó a cientos de personas en la sala Litmar.
La tópica pero verdaderamente difícil tarea de arrancar corrió a cargo de Juventud Juché y Bala a continuación, toda una sorpresa por la fuerza desmedida con la que hicieron que el personal dejara a un lado la pereza y se metiera de lleno en el festival. Avisaban desde la organización de que este par de chicas no se anda con medias tintas, y no podían estar más en lo cierto. Un arranque de hard rock sobre el escenario con su batería y guitarra que dejaron con la boca abierta. Nunca dos sobre las tablas llenaron tanto: no hay que perderlas de vista.
Cuando los ánimos no podían estar más arriba, empezó el grupo berlinés Odd Couple, la representación internacional del festival. con un sonido mucho más garage y la transición perfecta para los platos fuertes de la noche. Disco Las Palmeras! jugaba en casa y no lo hicieron mal, si bien no fue tan especial como se esperaba para una cita con todo a favor. Ya se notaba en el ambiente ganas de juerga, porque la sala se llenó más con la irrupción de Perro, con una energía no escrita y que aportaron el concierto más divertido de la noche presentando ‘Estudias, navajas’, su segundo disco. Uno de los mejores directos que se pueden apreciar últimamente y recomendado encarecidamente desde estas líneas, con dos baterías que dan buena fe de todo el derroche que Perro no duda en repartir en cada actuación.
Belako se hicieron esperar algo más que sus predecesores, pero cuando llegaron ya nadie se resistió a vibrar. La fama de este grupo de Vizcaya va in crescendo y no es para menos, con su disco ‘Hamen’ se han consagrado en el panorama nacional (sino, aquí podéis releer la reseña de su último trabajo) con un toque punk y también electrónico que dieron para bailar hasta la madrugada.
Buen hacer, diversión y precios populares en un sábado noche pasado por agua pero toda una peregrinación musical que mereció la pena. Apuntada queda la cita para el año que viene.