El retorno al sonido analógico.

Que la moda sea un eterno retorno a épocas pasadas es algo que no pasa desapercibido para los especialistas en marketing e incluso para la mayoría de los consumidores. Sin embargo, durante estos últimos años, el ámbito de acción del mercado “retro” ha crecido y ha propiciado el surgimiento de una corriente según la cual, determinados productores y discográficas han encaminado sus trabajos hacia la búsqueda del sonido clásico (que no académico).

Estas intenciones se traducen en una serie de métodos que ayudan a recuperar la sonoridad antigua en la música moderna, aspecto que parece aplaudido por muchos consumidores que abanderan el término “autenticidad” como garantía de calidad.

Daremos unas pinceladas por algunos de estos métodos para entender el sentido práctico de la llamada tecnostalgia:

La vuelta al vinilo.

Son muchas las causas que han hecho reaparecer de una forma tan imponente el soporte de los discos de vinilo. En primer lugar, como no podía ser de otra manera, se encuentra la calidad y matices del sonido que no aparecen en los formatos digitales con pérdida en los que el rango de frecuencias queda reducido, y con ello, la información sonora.

Pero haciendo alusión a la nostalgia que caracteriza este fenómeno, hay algo de ceremonial en el acto de comprar y poseer materialmente la música. Sentir que tienes una pequeña obra de arte entre las manos hace que la relación entre tú mismo y esas melodías cambie y te acerque a ellas con una mayor sensibilidad.

Samples

Desde la década de los 70 esta práctica no ha parado de evolucionar y de abrirnos nuevas posibilidades compositivas que, utilizadas de forma respetuosa, pueden sumar atractivo a la música.

Metiéndonos en materia (y en una algo melancólica) uno de los motivos que llevan a samplear un sonido en una canción, es el de evocar tiempos y sonoridades pasadas, que ayudan a idealizar la escucha de la canción y a seguir transformando y reavivando de manera consciente, o no, ciertos géneros musicales que pecan de poca difusión en la actualidad.

Os dejamos aquí algunos ejemplos de samples que realizan su particular guiño a algunos temas del pasado:

Amy Winehouse a Marvin Gaye. Comienzo de canción «Ain’t no montain high enough«:

Kanye West 

Pero el éxito a la hora de utilizar un sample es saber elegir y en eso el bueno de Kanye West es un genio. Aquí tenéis varios ejemplos utilizados por Kanye: Natalie Cole, Otis Redding, Gil Scott Heron, Hank Crawford, Donal Leace o el famoso «Move on up» de Curtis Mayfield.

Anti- remasterización.

Pues sí, aunque a priori parezca una locura, existen cada vez más bandas que en lugar de mejorar la calidad de sonido reduciendo el ruido de las grabaciones (procedimiento que se lleva a cabo con las grabaciones que se tomaron cuando la tecnología aún andaba a gatas), lo introducen como si se tratase de una cinta multipista de hace 50 años. Lo más sorprendente de todo esto es que  partidarios y detractores de este recurso se acusan mutuamente de avalar un sonido poco «puro».

La estética de las portadas.

A pesar de que no se trate de un tema sonoro, el diseño de las portadas de los discos es otra muestra de identidad de la banda y por ello debe estar en armonía con la música que ilustra. Es aquí donde volvemos a rememorar  la línea conceptual de etapas anteriores que simpatizan con la idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor, incluso en lo que a estética se refiere. Por ello no pocos son los grupos que han optado por utilizar una imagen asíncrona para sus portadas. Aquí algunos ejemplos:

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