Luis Brea y el Miedo presentó su primer trabajo homónimo en la sala El Sol convenciendo a la capital
Madrid – 26/03/2015 – Sala El Sol
Crónica: Miguel Chorusman
Fotografías: Javier García Nieto
Debutaba Luis Brea y el Miedo en la sala El Sol de Madrid presentando su recién estrenado Lp homónimo bajo la atenta mirada de su público, ese que ha financiado al completo su disco mediante crowdfunding y que, pese a lo que se pueda imaginar, examinó a Luis y los suyos de manera objetiva y crítica como si del propio tendido 7 de Las Ventas se tratase.
Sin ambages y con la sala casi hasta la bandera se plantaron sobre el escenario Luis Brea (guitarra y voz), Nacho Mora (bajo y coros), Lázaro Fernández (batería) y Jorge Martí Climent (guitarra, coros) que ya acompañaba a Luis en su anterior trabajo. Empezaron del mismo modo que lo hace “Luis Brea y el Miedo” con “El verano del incendio” y “Parchís” sonando atronadores, contundentes, todo uno, como si llevasen rodando el disco cinco meses… no parecía ni la presentación de un nuevo trabajo, ni mucho menos una formación enfrentándose por primera vez al juicio del respetable que observaba atento cada nota, cada movimiento…
Las voces de Nacho y Jorge empastan a la perfección en este nuevo combo y se agradece que suenen en directo tan claras como lo hacen en el disco. No en vano su productor, Luca Petricca, se encontraba a los mandos del sonido de la sala. Las canciones se iban sucediendo y, si bien es cierto que las ovaciones al final de cada una de ellas eran sinceras y unánimes, no había un atisbo de efusividad… parecía como si el público estuviese esperando a comprobar que efectivamente todo funcionaba a la perfección. Seguían cayendo cual martillo pilón; “Discotecas”, “Singles”, “Hada Roja”… hasta que llegó el momento del cambio de tercio: Luis se enfundó la acústica y se pasó la muleta a la mano izquierda. “After Crisalida” comenzaba como todas las anteriores, cuadrando cada nota y llevándose el tema a los medios; parece que en ese preciso momento la magia contagió al último eslabón de la cadena, se cerró el circuito y tras el pase de pecho parafraseado con “hemos venido a jugar” la sala al unísono elevando sus brazos al cielo respondió: “Hemos venido a jugar”. Los pelos se erizaron, la comunión fue total y el jurado al fin se entregó por completo mientras seguía respondiendo a los coros con “eeeeste vals”o “me hizo frío en el infierno las dos veces que fui” y se derretía cuando se escuchaban esas frases que Don Luis Brea deja como perlas del Pacífico en cada canción “el miedo salva en la selva y te mata en la ciudad”.
Aquellos que llevaban la mitad del concierto asintiendo y disfrutando desde la barrera habían decidido que era el momento de dejar el examen a un lado y participar en cuerpo y alma del mismo. Fue fácil seguir con la serie de capotazos con un hit como “Mil razones”; seguían los coros: “me encanta esa parte” o “mis dedos tocaron años de evolución” y las perlas “tu buscas formas en las nubes y yo en el gotele”.
Llegaron los bises y con el nuevo disco finiquitado tocó tirar de archivo, con “Vaso es con V” y “Automáticamente” la sala El Sol saltó por los aires, estaba claro que la faena era redonda y los trofeos estaban asegurados pero rematar con una versión rockabilly de “Dicen por ahí”, hipermotivada y fulgurante, metiendo vatios y quemando mecha no fue del agrado de un público tan exigente. Un tema con tanta personalidad tiene demasiada raza como para ceder a los encantos de una versión frenética, la canción se encerró en tablas y el respetable lo acusó.
Sin embargo este cierre no consiguió borrar la sonrisa de unos y otros: los músicos por saberse vencedores en una noche de exigencia y el público por comprobar que «Luis Brea y el Miedo» es un proyecto sólido, fiable y sobre todo y por encima de todo con CANCIONES.