El primer día el ciclo de conciertos organizado por Charco, estuvo compuesto por dos grandes mujeres y una grata sorpresa en el cartel.

La primera en ponerse frente al público fue Camila Moreno, quien desborda simpatía en el trato cercano con el público y una fuerza arrolladora en sus canciones, mezcla efectiva para defender con éxito sus canciones tanto en una sala pequeña como en un festival.
La fuerza del sonido folclórico de las canciones de Camila y la sinceridad de sus letras hicieron vibrar al público madrileño, que agradecido había llenado la sala a pesar de ser un martes.

 

Miren Iza nos trae de nuevo su voz para el disfrute del público y nosotros se lo agradecemos.
Tulsa ha vuelto y damos gracias al universo por poder disfrutar de la voz de Miren Iza de nuevo.
El grupo va perfeccionando su atmósfera íntima, invitándote a participar de su melancolía y compartiendo contigo su miedo a ese tan comentado daño emocional, también a la búsqueda búsqueda de la felicidad que se encuentra llena de obstáculos y dolor.
Sus canciones hacen que ese sabor a sangre de lamerse las heridas se convierta en algo precioso y delicado que puedes utilizar para hacerte más fuerte.

 


 

El Conjunto fue la gran sorpresa de la noche. Un argentino y un venezolano, se juntan para hacer tributo a sus raíces en el idioma de su amistad: la ironía.
Empezaron desde abajo, literalmente, para quedar en lo más alto de los artistas del ciclo, el encuentro con el público se hizo con una canción de despedida y pusieron todas las caderas a bailar con un merengue sin letra.
Este nuevo proyecto musical lleva a Martín Bruhn y Augusto Bracho a presentar con alegría el resultado de  un apasionado viaje mientras fusionan tradición con modernidad, diversión con el mayor respeto, hacia la música que hemos escuchado dentro de nuestros hogares.