Anoche The Noises comenzaron su gira pacífica en la sala madrileña El Sol
Muchas eran las ganas que tenía el grupo de presentar ante su público las canciones de su nuevo disco, Pacífico, y de disfrutar cada canción de igual manera que con los anteriores, «Bellavista» (2011) y “Rapto” (2012).
Después de una pequeña intro, la penetrante “Será mejor” fue la encargada de tomar la batuta y dar comienzo a la esperada noche. Acto seguido apareció “Accederás”, primer single del álbum con el que cautivaron en directo. Con apenas dos canciones la sala estaba llena de pasos alocados de baile acompañados por una alegría en las voces, guitarras y batería del grupo y de la gente actuando de coristas.
Desde luego que por cada canción aumentaban un peldaño más en la escala de “cómo hacer un buen concierto”.
Ahora era cuando les tocaba apoderarse del escenario a “Rara Avis”, a la salvaje “Caza” y a su particular “Rapto”. Pese al ambiente primaveral llegó la tormenta como un vendaval en forma de “Sideral”, y eso no podía ir por mejor cauce.
Más o menos a la mitad del concierto repartieron botellas con arena dentro para acompañarles instrumentalmente, algo que, a decir verdad, fue bastante original.
La cruda e inquietante “Colmillos” fue la siguiente canción a interpretar, y “La ciudad es tuya” su continuación.
“En sus tumbas”, tema que en el disco aparece con la colaboración de Alberto Jiménez del grupo Miss Caffeina, fue la siguiente. Era casi todo el repertorio el que habían tocado ya pero aún quedaban algunas canciones con las que despedir aquella fiestera noche como “Rey de Reyes”, «Equilibrios» o “Antártida”.
Las dos últimas fueron “Misterio” y, cómo no, la que da nombre al disco, “Pacífico”. No podía haber una mejor despedida que con ese tema y con serpentina por todo el escenario haciendo aún más mágica aquella divertida fiesta que nos regalaron.
Algo que caracteriza a la sala El Sol es la cercanía que se tiene hacía el grupo que toca. De esa manera, el concierto se hace mucho más personal y menos frío que en recintos más grandes donde un distanciamiento puede notarse. Y si a eso le sumas la disposición de los componentes del grupo a bajar a cantar, saltar y bailar en la pista con la gente es ya la cúspide de su propio éxito.