Pablo Novoa y Nono García se encuentran inmersos en pleno proceso de crowdfunding para financiar su disco Radio Pesquera

Texto: Carlos H. Vázquez
 

Como marinero en tierra, Pablo Novoa (Vigo, Pontevedra, 1961) prepara aparejos para iniciar la faena mientras se culmina la financiación de “Radio Pesquera”, un disco de ultramar delineado por él mismo y por Nono García (Barbate, Cádiz, 1959). Uno, el gallego, viniendo de Golpes Bajos o de Los Ronaldos, y el otro, el andaluz, de la guitarra española. Ambos se embarcan en un proyecto conjunto de música popular bañada por el Atlántico, un océano que salpica tierras de uno a otro confín. No hay temporales ni olas que los detengan, pues la verdadera razón de empezar un viaje así no es otra que la de la canción, sea Rock, Tango, clásico o Blues. No habrá mar picada que haga zozobrar tan magno navío. Pablo Novoa habla con Carlos H. Vázquez para contarle cómo serán las estrategias a seguir en su cuaderno de bitácora.

Qué gran razón tenía ese refrán que dice así: “Si un norte se te ha perdido por el sur anda escondido”. Y vaya, que aquí, entre Nono García y tú, se podría aplicar. ¿“Radio Pesquera” nace por vocación de perder el norte o por vocación de encontrarlo?

Yo creo que pusimos la brújula a dar vueltas y salió hacia donde, por fuerza, debía de salir. Mirando al oeste, al Atlántico que es nuestro océano común. El que baña el Blues del norte de América, el son cubano, la Bossanova, el Tango, la música negra de África, el Rock, el Britpop, la música del Magreb, la chanson francesa.

Pero a pesar de los puntos cardinales, el disco tiene (y es) música popular. No sé, creo que no hay más “norte” que el de la música de popular, la de todos.

Yo también creo que hacemos música popular, pero música popular del siglo XXI. Melodías cantables que tienen su origen en ese inabarcable caladero tradicional que es la historia de la música hasta nuestros días.

Supongo que Nono le aportará el lado más “popular”, por eso de venir del sur…

Creo que ahí estamos a partes iguales. “Radio Pesquera” nace de un interés común por desarrollar una música con muchas raíces. Ambos estábamos muy de acuerdo en esto. No es, espero, ningún ejercicio de destreza como instrumentistas ni un duelo de guitarras.

Ciertamente, esta historia me recuerda a la de “Novoa cruza el Atlántico”. Más que nada porque, después de tanto tiempo, tuviste que darle vueltas a unas maquetas hasta que alguien se decidió a editarlas.

Sí, hay similitudes. Cuando haces música instrumental parece que es más difícil llegar al público y cuesta más convertirlas en un disco. Está claro que la voz humana, la letra, son un medio muy poderoso, pero la música no cantada también puede llegarte a lo más hondo y es universal.

Creo que “Radio Pesquera” es, sin duda, lo que no pudiste hacer con “Novoa cruza el Atlántico”. Has estado mucho tiempo grabando las maquetas a dos guitarras: una con melodía y otra con armonía.

Mi primer disco se hizo a conciencia. En aquel momento, con aquellas primeras canciones, me parecía la formación adecuada, pero cada disco, cada etapa musical, requiere un tratamiento propio. No me apetecía repetirme, preferí meterme en camisas de once varas. Para mí, trabajar con Nono García, que es un maestro de la guitarra española, era hacer algo nuevo, encontrar nuevos sonidos, ritmos… De hecho, no conozco ejemplos en España (y no sé en el mundo) de un disco de dos guitarras; eléctrica-española.

Pero curiosamente, “Novoa cruza el Atlántico” partía de unas maquetas que fuiste grabando desde 1999, cuando te quedaste sin grupo. Parece que ahí tenías ya tomado el timón hacia lo que hoy es “Radio Pesquera”, pues recuerdo una canción titulada ‘Rumbo suroeste’.

Sí. El proceso es muy parecido. Cuando termino “Novoa cruza el Atlántico”, sigo haciendo canciones, claro, e igual que en el 99, llega un momento en el que tienes material para un disco y una idea de con quien grabarlo. Es el momento de poner toda tu energía en sacarlo adelante.

Ahora vamos a dejar la modestia de lado y a preguntarnos por qué no hay nadie que decida financiarte/editarte/publicarte una serie de canciones. ¿Es que no te conocen a estas alturas o es que no saben cómo llevarte?

Conozco gente de compañías de discos, incluso multinacionales, que aprecian “Radio Pesquera”, pero en los tiempos que corren, se ponen a hacer números y las cuentas no le salen. Lo comprendo, no se venden discos, pero eso a nosotros no nos va a impedir que sigamos adelante. La única solución: el crowdfunding, la financiación por micromecenazgo.

Bueno, en aquél entonces fue Subterfuge, pero ahora lo haces por crowdfunding. Respecto a eso, acabo de recordar la frase que me dijo un amigo gallego: “Cando a limosna é moita ata o santo desconfía”.

A eso me refiero con “las cuentas de las compañías de discos”. Mi relación con Subterfuge es muy buena, me han tratado muy bien, pero en estos momentos, lo único que pueden hacer es desearme suerte y darme todo su apoyo moral. La situación del mercado musical, el IVA… es durísimo. Muchos músicos vocacionales como Nono y como yo tratamos de adaptarnos, no echarnos atrás y sobrevivir.

Además, habéis tenido la idea de dar mejillones gallegos y mojama de Barbate. Otra idea, personal, sería la de hacer una especie de Guía Michelín para músicos de gira.

Estaría bien hacer una guía Michelín para músicos, pero ahora mismo, para que tuviese éxito, debería contemplar fundamentalmente, restaurantes con menús de nueve euros, bocaterías…

Revisando el diseño de Víctor Coyote, reparo en que hay dos peces en el dibujo que, bajo mi punto de vista, son: caballa (xarda, en Galicia, pero ahora dudo de si es una xouba) y atún.

Son una xouba y un atún maravillosamente diseñados por Víctor. Una representa el pescado del norte, otro, el del sur. Además, cuando viene a Galicia, Nono disfruta muchísimo comiendo xoubas y yo en Barbate alucino con el atún. Como no, ya hemos hecho la broma: él es el atún y yo la xouba.

¿Has sido consciente de que no hay nadie mejor que tú para asumir las decisiones de tu propio trabajo?

Hay veces que tienes todo bastante claro. Y creo que lo que hay que hacer, es soltar inseguridades y fiarte de tus ideas y de tus intuiciones. Asumir todas las decisiones. También, en determinados trabajos, tener un A&R o un productor externo te da una visión desde fuera, que puede ayudar a enriquecer un disco. Pero lo más importante para mí es trabajar con gente ilusionada, que pone toda la carne en el asador, que toma riesgos.

Pero al final, sea por H o por B, termina siendo “esclavo” de alguien. En este caso te debes a los mecenas. Supongo que de este modo tiene algo más “cercano”, pero no menos libre (me refiero a que alguien que ha pagado puede sentirse decepcionado por el resultado final).

Estamos difundiendo canciones del disco todo lo que somos capaces: Twitter, Facebook, e-mail… Ya se pueden escuchar seis o siete piezas de once en total. ¡Ya no es fácil sentirse decepcionado! Además, antes escuchabas un par de canciones de un artista y te ibas a comprar el disco. Ahora los mecenas pueden tener más conocimiento de lo que compran. Y otra cosa. Me da la sensación de que algunos aportan dinero porque quieren colaborar con la música, quieren que los músicos que aprecian sigan mostrando sus trabajos, más allá de un disco en concreto. ¡Gente excepcional!

Pablo-Novoa¿Puede ser que cuanto más necesitemos más nos equivoquemos?

Hombre, espero que en nuestro caso, no. Te debates entre hacer algo muy bien hecho (y eso casi siempre sale caro) y ser consciente de que no puedes pedir mucho dinero. Pides el mínimo para que se pueda hacer un trabajo bueno. Incluso pides menos, porque las reglas del crowdfunding te permiten pasarte del objetivo, ¡pero lo pierdes todo si no llegas!

Y una cosa importante: me niego a pedir miles de favores. Debemos dignificar el trabajo de técnicos, fotógrafos, músicos, diseñadores… A esta gente hay que pagarles, por eso debo financiarlo así, aunque a todos nos dé mucha pereza.

Aunque amigos no faltan, pues Iván Ferreiro os dejó su estudio de Gondomar. No obstante, las canciones ya estaban más que compuestas, ¿verdad?

No tengo palabras para decir cómo se portó Iván. Pero también Amaro, Piño Prego, la familia de Nono, la mía… Sí. Las canciones estaban compuestas por cada uno y las fuimos montando en cuatro tandas de ensayos: Madrid, Praia América, Barbate y otra vez Madrid. Tardamos seis meses en reunirnos esas cuatro veces. Reuniones de convivencia; solos en una casa, yendo a la compra, charlando, bebiendo vino, fumando y hablando de la vida.

 ¿Qué duele más: descartar por falta de dinero o descartar por falta de espacio y tiempo?

Debe doler más descartar por falta de dinero, pero en nuestro caso, los descartes se debieron a que eran piezas parecidas a otras, porque no acabábamos de encontrar el tono o el aire de la canción, etc. Cayeron por su propio peso.

Pero son canciones atemporales. Es más, hace nada te leí dedicando ‘Illas Cies’ a la tripulación del Mar de Marín. Al final, ¿una canción, tenga letra o no, guarda siempre algún tipo de “código” que hace recordar o evocar ciertas situaciones o momentos por distintos que sean?

Sí, y ese código, a veces, es muy personal. Cada uno evoca según lo que ronda por su cabeza. Unas son muy alegres, vitales, otras dan un aire más triste o melancólico… pero al final, si a uno le tocan la fibra, las lleva al mundo de sus propias emociones. Ese es un gran valor de la música instrumental. El caso de ‘Illas Cíes’ fue una triste casualidad. Yo iba a colgarla en Facebook esa tarde y me enteré del naufragio del Mar de Marín frente a las costas de esas islas. Me apeteció dedicarla a la tripulación y no hablar de crowdfunding ese día por respeto y luto.

De hecho, Pablo, la idea de hacer “Radio Pesquera” con Nono tiene… ¿dos… tres años? Creo que fue en el 2012 cuando fuiste a verlo tocar en el Café Central de Madrid.

Sí señor. Nos conocimos personalmente en el Central en el 2012. A finales de ese año se fraguó la idea del disco, nos intercambiamos música… y nos emplazamos para ensayar en el 2013. Ese año hicimos esas cuatro tandas de encuentros y empezamos a grabar en febrero del 2014.

¿Y siempre tuviste la idea de hacerlo con él o tenías más guitarristas en mente? Raimundo Amador, con el que ya tocaste, pudo ser un firme candidato.

¡Otro enorme guitarrista! La verdad es que a veces las cosas se hacen según te lleva la vida. Con Nono noté una cercanía musical y una calidez humana al instante. Y muchísimas ganas y disponibilidad para hacerlo. Con Raimundo dudo de esto último. Hace muchísimas cosas (y muy buenas) y me parece que no iba a tener mucho tiempo para que pudiéramos trabajar juntos. Bueno, y en cuanto a ganas, habría que habérselo ofrecido, no puedo estar seguro que le apeteciera embarcarse ahora en algo así. Si coincidimos, nos encantaría que se tocasen una, no solo Raimundo, si no también Tito Alcedo, Raúl Rodríguez, Tomatito, etc… ¡Admiro a muchos guitarristas del sur!

Quisisteis hacer algo juntos Nono y tú, pero nunca se llevó a buen puerto. O sea, que ganas había, pero no tiempo y sí distancia.

Tardamos porque había que cuadrar agendas y porque había mucha distancia, sí. Mis amigos me decían: “Claro, Nono es buenísimo, ¿pero no hay nadie que esté a menos de mil kilómetros?”. Y repito lo de antes: cuando te encuentras con tanto talento, tanto cariño, ilusión… como en el caso de Nono, ya está todo dicho; me hago tres mil kilómetros si hace falta.

Aunque, si no he calculado mal, fue en Mayo del 2013 cuando la cosa se “hizo a la mar” en casa de Nacho [Mastretta]. De todas formas, en Cádiz se rumiaron la mayoría de ensayos…

Cierto. Ese fue el comienzo. Luego, la mayoría de los ensayos, fueron en Barbate (Cádiz) y en Praia América (Pontevedra). Cerca del océano, comiendo pescado, bañándonos, fumando en los muelles.

Muy logrado que “Radio Pesquera” una dos ciudades muy separadas por un mismo océano (el Atlántico), pero más logrado me parece que haya temas como ‘Viento en popa’ que naveguen a otras ciudades de allende los mares, como Nueva Orleáns.

Porque somos dos músicos que nacen bañados por el Atlántico y sacan su inspiración en las melodías, los ritmos y los sones de lugares que miran a ese mismo océano. A los dos nos encanta la música de Nueva Orleáns.

Y del Cantábrico, porque ‘Balada para un romanón’ “habla” para alguien asturiano, exactamente de Pola de Siero. Tengo entendido que ese “gentilicio” es debido al puente que pasa por encima del río Nora. No hay mar, hay río, pero sí puente, el mismo que, de alguna manera nos une a todos; a ti con Nono, a mí contigo en esta entrevista…

El Cantábrico es una singularidad del Atlántico. Para mí, lleva el mismo swing, el mismo arrullo interior. En cambio, el Mediterráneo, que me gusta muchísimo, ya lleva otro tempo. El baile de sus olas, la luz de sus amaneceres es otro, no son los míos. ¡Y es maravilloso también, que conste!