Time Traveller, un viaje por la melodía y la ensoñación de los instrumentos
Para empezar a hablar de “Time Traveller” hay que fijarse en su presentación, un formato cuidado en el que resaltan los grafismos de su envoltorio y el precioso dorado y negro que adorna el disco. Si bien es cierto que echamos de menos un libreto con las letras de las canciones, este es un hecho que se repite en la mayoría de discos que se editan últimamente y casi viene siendo algo a lo que acostumbrarnos, por desgracia.
El último trabajo de Steven Munar, ahora con The Miracle Band, está compuesto por trece temas con una carga melódica excelente, rebosantes de sonidos perfectamente cuidados y donde los instrumentos se ofrecen al disfrute del oyente: violín, cello, trompeta, teclados, guitarra de 12 cuerdas y hasta un sarangi se funden en armonización de este trabajo.
En contrapunto tenemos que poner la voz de Steven. Su tono y estilo, no por menos escuchado a lo largo de su amplia trayectoria, quedan planos salvo en “Lines in the sky” y “Vampires”, donde los devaneos por lo diferente se agradecen sobremanera. En contrapunto destacamos la excelencia vocal de Juliane Heinemann, pura delicia.
A destacar el segundo corte “Lines in the sky”, la inspiradora “Shiny Days” y “Orient in Majorea” tema instrumental que cierra el disco y en el podemos deleitarnos con lo reflejado anteriormente. En resumen, un trabajo sublime en lo instrumental pero en el que lo vocal se nos queda corto.