León Benavente se unen a la celebración de los 35 años de la sala El Sol

24/01/2014 – Madrid – El Sol
Aforo: Sold-out
 

Como la carabela portuguesa que aparece en la portada de su disco, organizada en cuadro individuos que se dividen el trabajo de flotación, digestión, defensa y reproducción de la colonia: los cuatro componentes de León Benavente se enfrentan a su público armados con un arsenal de virtudes individuales que desembocan en un argumento común desbordante de verdad.

Los cuatro jinetes abarrotaron en la noche de ayer la sala El Sol dando un autentico recital de buenas maneras, claras intenciones y con un mensaje contundente que alienta a las masas haciéndolas enardecer hasta el grito coral. Ese mismo mensaje que ha calado con tal profundidad que estos, sus fieles,  transmiten por donde quieran que van haciendo de «La palabra» un dogma de fe.

Eduardo Baos (bajo), César Verdú (batería), Luis Rodríguez (guitarra) y, por su puesto, Abraham Boba, se dejan la piel sobre las tablas desde el minuto uno, enalteciendo al respetable, a esa legión que espera impaciente la orden de ataque. Y es que bien se pudiera cambiar el escenario por un frente de batalla o por un púlpito sobre el que el petit grand chanteur, ataviado con su pulcra levita, predica con lengua afilada el sentido de todo aquello.

El repertorio que ofrecen en sus liturgias es el esperado: todas las canciones de su primer trabajo homónimo más las cuatro que componen su recién estrenado EP «Todos contra Todos«, donde el alojamiento de los convencionalismos llega hasta el punto de no utilizar ni una guitarra en «Avanzan las negociaciones«. Todo de corrido hasta el éxtasis de «Ser Brigada» donde todo desemboca, donde se da la orden final y el delirio se apodera de las almas. Los micrófonos vuelan, los instrumentos son alzados o bien desparramados por los suelos, (de ello dio buena cuenta en la noche de ayer el bueno de Abraham), para exorcizar a un público que se desata sin complejos.

A punto de cumplir un año como proyecto común, León Benavente se han ganado un puesto de respeto entre toda la amalgama de grupos y festivales en la llamada «escena independiente», pero esto va mucho más allá, no basta con quedarse con la figura de un grupo que hace buenas canciones, la huella es profunda y el sendero marcado fácil de seguir. León Benavente era un grupo necesario y están aquí porque «está muy claro que algo tiene que cambiar……o se irá todo a la mierda«.