Última Experiencia y su «Kramer Sessions» en la presentación de Carte Diem
Jueves noche, buen momento para una auténtica fiesta de la música, la que se vivió en la madrileña sala El Sol, con motivo de dos eventos: la presentación del nuevo Ep de Última Experiencia, que cuenta a los mandos de la nave con el gran productor Eddie Krammer, uno de los responsables (además de los músicos) del sonido de Jimi Hendrix o Led Zeppelin y de una iniciativa muy interesante llamada Carte Diem, que busca reunir a personas con talento de distintas disciplinas cada día menos consideradas por las autoridades.
Antes de entrar en materia, es de obligado cumplimiento hacer referencia al artista que se atrevió a subirse al escenario armado únicamente con su voz y una guitarra (más armónica en un par de temas) para abrir el fuego e ir calentando al público que poco a poco llegaba a la sala. Durante una hora El Paleto (alter ego de César García) defendió versiones en español de clásicos de Van Morrison, The Doors, Radiohead o Rolling Stones. El resultado fue un derroche de voz e intensidad que acabó enganchando al respetable.
Y llegó el momento de escuchar a los chicos de Última Experiencia con los dos temas del Ep, «Berlín» y «Deseo» que aderezaron con una selección de canciones de su disco anterior «La Casa de la Bruja» y algún otro tema nuevo.
Empezaron regalándonos «Berlín», de este Ep. Sin perder su raíz esencial que se alimenta de la savia del rock, se ha empapado también de aromas folk. Algunos fragmentos tienen un tono juglaresco, como de canción medieval tocada en la plaza del pueblo el día de la feria. Al escucharlo puedes verte transportado a otra época, otro lugar.
Pero si algo queda claro después de un concierto de Última Experiencia, es que como decía Barón Rojo «mi rollo es el rock». Esa es su energía vital, la que nutre todas sus composiciones. Aunque hay que destacar que no se limitan a cultivar un solo camino, prueban con muchas de las formas que este estilo ofrece, consiguiendo que los temas funcionen. El rock es un cubo de muchas caras y no todos son capaces de interpretarlas.
«Oveja Negra» supuso un cambio de registro radical. Ante la carga poética del primer tema, nos adentramos en un mundo de rock urbano, tabernero y deslenguado, para hablar de personas marginales, mal vistos por la «gente honesta». Se les veía muy cómodos en ese papel, como si en un bar de carretera de la Ruta 66 se encontraran.
«Miedo a caer» es un tema más melódico, con un sonido rockero más ochentero, menos desgarrado. En sólo tres temas dejaban muy claro esa facilidad para saltar de un terreno a otro sin perder el equilibrio.
«Lo sentido» volvía a llevarnos de viaje, a un mundo de cuento, de final feliz. Canción melódica, «bonita» y con alma de blues. Esta es otra de las fuentes en la que han bebido con mucha asiduidad, como quedaría patente en el broche final.
Para no perder la perspectiva eligieron «La rueda gira», canto a ritmo de country de la amistad y el alcohol, referencias necesarias en cualquier repertorio rockero.
Volvería de nuevo al territorio más melódico, tirando de la máxima «una de cal y otra de arena» con «Castillos». Eso sí, más de cal que de arena, porque acabó con un solo frenético de guitarra a lo Hendrix. Miguel, guitarra y voz, transmite sobre el escenario la pasión y pulsión que para él significa la música.
También pudimos escuchar «Deseo», el segundo tema del Ep, con una fuerte carga de sensualidad, que habla de la parte más carnal que todos tenemos y en ocasiones se dispara hasta límites peligrosos. En mi opinión un tema con un sello muy personal, distinto al resto, tanto en la parte instrumental como vocal.
En la recta final pudimos disfrutar de un momento muy intenso, cuando El Paleto (que fue cantante del grupo) subió al escenario para compartir «Ladyzabella», un auténtico pelotazo cargado de emoción y energía.
Para el bis, volvieron a reivindicar su querencia por el blues. Eligieron un final distinto a lo habitual. En vez de terminar arriba, dejando al público con ganas de seguir saltando, lo hicieron con un tema profundo, pausado, con un regusto triste, «Mi guitarra de blues». No desentonó.
Gran noche la que pudimos vivir en la sala El Sol. Recomendable seguir a Última Experiencia si están por vuestra ciudad y os gusta el rock.