The Posies, juntos pero no revueltos, hasta que la música los vuelva a unir
Madrid 04/11/2013 – Sala El SolQue The Posies nunca tuvieron el calado que se merecían en nuestro país es algo que muchos afirmamos con resignación, que la época que les tocó vivir en su máximo apogeo se los fagocitó es todo una realidad, pero que tienen una legión de fieles que admiran su trabajo y valoran lo realizado por Jonathan Auer y Ken Stringfellow es todo un hecho que, como diría cierto personaje, «nos llena de orgullo y satisfacción». Todo esto se podría resumir por un lado en que la media de edad ayer en la sala rondaba los treinta y tantos, sería difícil encontrar algún veinteañero y por el otro, en que entre el atuendo casual de los habituales de la escena «indie» de Madrid se vislumbraba algún adicto al sonido Seattle.
Ayer vivimos uno de esos momentos que uno no puede dejar pasar aunque sea por el mero hecho de no saber si volverá a repetirse en años venideros una ocasión igual. The Posies se han vuelto a reunir para dar una serie de conciertos por nuestro país desgranando sus dos mejores discos (según ellos y sus seguidores) “Frosting On The Beater”, de 1993 y “Amazing Disgrace”, de 1996 con las formaciones originales: Auer y Stringfellow acompañados de Dave Fox (bajo) y Mike Musburger (batería) en el primero de los discos y Joe Skyward (bajo) y Brian Young (batería) en el segundo.
Desde el primer momento percibimos dos cosas: que la furia que desatan sobre un escenario no ha sido apaciguada con los años y que la relación entre Auer y Ken está en ese punto en el que has discutido con tu pareja y no te atreves a cruzar la mirada con ella porque en el fondo sabes que si lo haces se te caerán los palos del sombrajo y tendrás que perder tu soberbia para admitir que lo que os une es más fuerte que un simple enfado.
Así empezaba una velada que iba ganando en intensidad por momentos… si eso llegara a ser posible, mientras Stringfellow hacía maldades sobre el escenario con la sonrisa pícara de niño travieso: escupía a diestro y siniestro sin orden ni concierto, se lanzaba a guitarrear entre el respetable, vacilaba con los miembros de la banda… no, con Auer no; no se atrevió hasta que pasaban casi dos horas de concierto y la música les unió entre bromas con la palabra «Jamón» que intentaban encajar en grandes clásicos de la música contemporánea como «My Way» o «Come on Eileen» y la llegada de sus poderosos «Dream all day«, «Please Return it» o la mítica y una de las mejores canciones de los 90’s «Solar Sister«.
Todavía quedan fechas para disfrutar del regalo que nos han ofrecido la pareja Ken/Auer así que no dejes pasar la oportunidad y echa un ojo a nuestra agenda.