El BBK Live 2013 nos dio en el plano musical lo que nos quitó en el plano organizativo
PRIMERA JORNADA
Presentaron el álbum que lleva su nombre «TOY» a las mil maravillas, acompasados, llenos de ritmos necesarios para seguir su estela musical y, para los que les guste este tipo de música, traspasar estados mentales y psicodélicos olvidándote del resto del entorno.
En cuanto a la actuación de Editors, puede resumirse en ¡un soberano conciertazo de 1 hora y media de duración!. Comenzaron tocando las canciones de su nuevo disco y finalizaron con Papillon consiguiendo el éxtasis del público.
Depeche Mode «Un increíble concierto de dos horas»
Pude ver a los cinco de Miss Caffeina en plena prueba de sonido y las sensaciones desde abajo eran positivas; se notaba que querían dejar huella en Bilbao.
Con la carpa Vodafone llena hasta la bandera hicieron todo un recital de canciones y espectáculo de luces. A pesar de que el sonido de dicha carpa no fuese el más adecuado (no solo esa noche , sino durante los tres días de festival), con el repaso que hicieron a sus dos LPs los problemas con la acústica del recinto quedó en segundo plano.
Alberto –cantante del grupo-, muy cercano al público como de costumbre, explicó entre canción y canción lo contentos que estaban y la suerte que tenían de poder estar allí compartiendo cartel con bandas de renombre. Canciones como ‘Capitán’, ‘Mi rutina preferida’ o ‘Hielo T’ fueron las que unieron más voces de los allí presentes.
Bailes encima del escenario por parte de artistas, bailes debajo del escenario por parte del público. Todos ‘Gigantes’.
SEGUNDA JORNADA
¡Y el agua llegó!
Teniendo en cuenta la Odisea del día anterior, intenté subir en un medio de transporte alternativo a las lanzaderas del festival y, mientras hacía cola para coger un taxi en la plaza Arriaga de Bilbao, las primeras gotas empezaron a caer. Sabia decisión la de comprarme un chubasquero entre tanta espera. Después de una hora y no haber pasado ni un taxi y estar también colapsado el servicio de tele-taxi, aborté misión y decidí coger un autobús de línea que casi dejaba en la puerta. Acierto absoluto, al menos en tiempo, aunque íbamos como anchoas de santoña en bote, incluidos los fluidos corporales que cada uno rezumaba en aquella sauna con ruedas.
Llegada al recinto: diluvio universal; la gente bajaba diciendo que habían cancelado el festival… Ante la incredulidad de la situación y la preparación con impermeable que llevaba no hice caso y accedí al recinto.
The Vaccines suspendido, una hora bajo el chaparrón viendo cómo los guiris (que por cierto abundan en extremo) con sus colocones típicos y su vergüenza perdida que suelen dejar en su país, hacían del barro su mayor diversión deslizándose por él como pingüinos en la nieve.
Arrancan de nuevo los conciertos, turno de Fuel Fandango en la carpa cubierta Vodafone yu repleta hasta reventar. Increíbles Ale y Nita, excitados por la cantidad de gente que había en el carpa; lo cierto es que antes del concierto ya estaba llena porque era una de las dos que hay en el recinto y protegía de la lluvia… lo que por otra parte le vino muy bien a la banda, de hecho, ellos mismos lo reconocieron y dieron las gracias al público por la entrega, y no fue menos la de su cantante que no dejó de jadear y animar un segundo a los festivaleros. El público se entregó a la voz de Nita hasta morir bailando y así volver a terminar empapados… esta vez de sudor al ritmo de su música.
Muchas caras de los extranjeros eran dignas de ser enmarcadas. Lo que hace este dúo no se ve todos los días y por ello quedaron totalmente sorprendidos. «Trece Lunas» (Warner Music, 2013), publicado la pasada primavera, estuvo muy a la altura de un gran festival como es Bilbao BBk Live. Lanzarote y Córdoba hicieron vibrar a todo Bilbao. Tal fue la ovación que recibieron al despedirse que Ale no dudó en sacar el móvil y grabar todos esos aplausos interminables acompañados de un ‘oe oe oe’ muy internacional.
Mientras tanto en el escenario Heineken Stage, Klaxons hacían de las suyas ante un buen puñado de fieles seguidores.
Y llegó la hora de ver al cabeza de cartel del día, los americanos Kings of Leon, que me dejaron un sabor agriducilde…
Son buenos… más que eso, ¡Buenísimos!: directo implacable, vozarrón de Caleb Followill y sus hermanos y primo tocando instrumentos con una limpieza y claridad al alcance de pocos. Hasta ahí todo perfecto, pero para mi gusto les faltó energía, empatizar un poco más con el público que ya de por si andaba frío por el chaparrón previo; no sé… sonó genial pero me aburrí un poco… quizás demasiados temas nuevos y algún que otro ‘greatest hit’ que se echó de menos… así como la duración del mismo, programada en 2 horas y que se quedó en una y media. Eso sí, terminar con «Sex on fire» fue un chute de adrenalina bien programado para que los sinsabores del concierto quedarán olvidados al instante, temazo absoluto que ya así en directo es una auténtica joya.
Tras este concierto, la retirada fue una de las opciones asumidas por bastante gente. Tal vez la falta de conciertos punteros en lo que quedaba de noche, el frío, la humedad, el barro y esa crema pastelera que llevaba en los pies hizo que, para muchos, retirarse la decisión más acertada… la bajada del Kobetamendi iba a tope de gente.
TERCERA JORNADA
Empezamos con The Hives, una gran sorpresa del festival: alocadísimos, dieron un auténtico espectáculo sobre el escenario y su entrega total hizo que el público disfrutara de lo lindo.
Comenzaron fuerte con los dos temazos de su último disco, «Come on!» y «Go right ahead» y continuaron haciendo un repaso por el gran repertorio de hits que tienen a pesar de su juventud. Quizás su música no sea el mejor directo vivido en el festival, pero ver al cantante interactuando continuamente con el público, hablando su español mejicano, mezclándose entre nosotros, bajando del escenario, saltando… al guitarrista con movimientos imposibles de cuello, bailando, lanzando la guitarra y al batería deshaciéndose golpeando la batería, fue un auténtico espectáculo de lo más divertido.
VampireWeekend: poco puedo aportar al respecto… ahí fui realmente consciente de la cantidad de gente que había y no pude dejar de llevarme las manos a la cabeza.
Los vi desde un lateral y he de decir que para mi su concierto ni fú ni fá… cierto es que a mi no me apasionan en exceso: tienen un buen directo pero tal vez algo sosos; de nuevo otra banda más que marcaba distancia entre ellos y el público entregado que los veía. Consiguieron despertar al personal cuando tocaron sus temazos: «A-punk», «Cousins»o «Cape cod».
Twin Shadow no defraudó.
Aunque la fortuna le jugara una mala pasada porque su concierto se solapaba con Green Day, para los que teníamos intención de verlo en acción, el resultado fue perfecto. Fue un conciertazo de un George Lewis Jr. entregadísimo, dando las gracias por estar con él y no estar en el otro escenario. Dando forma al recital que nos esperaba, comenzó con temas como «Golden Light» o «Forget» para ir animando al personal. Tanto animó que se llevó las bragas de una fan y agradeció el detalle, pero también llegó al escenario un sujetador (cara de incredulidad). Un concierto al más puro estilo ochentero que tiene el grupo y, para añadir un detalle más, si nos fijábamos en la formación, el golpeo que tiene su batería es una auténtica maravilla.
El resumen es el de un gran concierto, una merecida ovación de los que estábamos en ese escenario y que los bises que se marcó nos supieron a poco.
GreenDay y la locura intencionada
Completamente locos pero muy profesionales, durante sus más de dos horas de concierto dieron al público lo que querían: espectáculo puro y duro. Brutal, divertidísimo, ameno, !único¡. Y lo dice uno que no les tiene especial admiración. No obstante he de reconocer que se ganaron a pulso el ser el mejor y más completo concierto de todo el festival.
Y poco más, a parte de las quejas ya señaladas con anterioridad y que poco a poco aprendimos a capear. En ningún momento tuve la sensación de que en el recinto hubiese las 30.000 personas que dice la organización, no quiero jugar a policía ni a Ministerio del Interior, pero según mi experiencia y lo abarrotado del monte, allí parecía haber muchísima más gente.
El resultado del BBK Live de este año tiene un balanza de difícil equilibrio. No todo es un magnífico cartel si no se cuida al público.
Crónica: Silvia Bergillos, Fran García y Javier García Fotografías: Gemma Giménez Navarro y Silvia Bergillos