Wild Honey de concierto en el Teatro Lara con Yani Martinelli
El jueves noche en el Teatro Lara pudimos asistir a una doble sesión de música para ir abriendo el apetito del fin de semana.
Abrió el fuego Yanni Martinelli, presentando su último disco “Bubble Station”. Formato acústico en el sentido más pleno empezando ella sola en el escenario defendiendo las 3 primeras canciones, contando con acompañamiento en la segunda mitad de la actuación. En ambas mitades pudimos escuchar un repertorio de canciones breves, en tono intimista, con un sonido suave y melódico, anunciando la Primavera que no tardará mucho en quedarse definitivamente. Esa esencia predominantemente melódica estaría presente en toda la velada.
Tanto ella como sus acompañantes nos brindaron un género instrumental variado y distinto, desde guitarras acústicas más habituales, a un ukelele o un xilófono que convivieron con naturalidad. Buen nivel vocal en la primera voz y los coros.
Tras Yanni Martinelli, aparecieron en escena Wild Honey, el plato fuerte de la noche.
Con una puesta en escena más multitudinaria (son 7 los componentes del grupo), también la actuación tuvo un carácter marcadamente coral (importancia de las segundas voces). A destacar el aire desenfadado que confirieron al concierto, como un grupo de amigos que se juntaba para tocar unas canciones en un garaje, para pasárselo bien. Sensación que contagió a la audiencia.
A esto contribuyó sin duda la actitud del cantante, que no se limitó a dar el título de las canciones (algo que se agradece si no eres un seguidor habitual de la banda), sino que acompañaba cada una de ellas con un breve speech con un punto de humor que las hacía más cercanas al público, consiguiendo generar en el teatro un ambiente casi familiar.
Bonito detalle que le dedicara una de las canciones a Yanni Martinelli por romper el hielo. Hacer arrancar al público puede ser complicado a veces.
Composiciones cortas (algunos de sus títulos eran casi más largos que las letras), sencillas, pegadizas, manteniendo el tono melódico de la primera parte del concierto con un punto más de energía, haciendo honor a su nombre. En este caso la síntesis en los temas debe verse como un punto positivo, más historias que contar en el mismo tiempo.
De nuevo nos presentaron un arsenal de instrumentos variados, incluyendo banjo, xilófono, pandereta, ukelele, incluso una sierra (de las de Bricomanía, sí) además de los habituales. Esta mezcla enriqueció el sonido, que por cierto a nivel técnico tuvo una calidad más que aceptable.
Principalmente aprovecharon esta ocasión para poder presentar su último trabajo “Big Flash”. Comenzaron con “The Kite and Captain John” y defendieron también de este disco “Gothic Fiction”, “Its all in the film”, acabando “oficialmente” con “Rogério Duprat looks out the window”.
Remataron con dos bises donde pudimos disfrutar de otros cortes de este disco.
En el primero, “Cleopatra” nos ofreció la posibilidad real de la aplicación musical de una sierra normal y corriente. Hay que admitir que el sonido es interesante y sin ninguna duda original. También dejó claro que no todo el mundo podría sacarle tanto partido, requiere cierta habilidad para hacer música ayudándose de un arco.
El gran final llegó en el segundo bis con “My memory may also be a wish”.
Recomendable inicio del fin de semana (o de final de semana cada uno que elija lo que le resulte más positivo). Algo más de una hora y media de música ágil, ligera, con toques intimistas y momentos divertidos. Buen cóctel, bien servido en el Teatro Lara.
Crónica : Óscar Vélez (@oscarvelez76) Fotos: Javier García (@jgarciani)