Voy a empezar diciendo que los que no habéis venido a Mucho en Zaragoza no sabéis lo que os habéis perdido. Y si hace unos días decía que el mayor aplauso que había visto se lo había llevado Laia Vehí, anoche fue superado. No éramos muchos pero sí que teníamos muchas ganas de pasarlo bien. Ya habían intentado venir una vez (hace casi dos años) y no pudo ser.
Con un retraso casi considerable y Martí en calcetines salen presentándose como “el azote de la mancha”, le podemos escuchar perfectamente sin micrófono.
Todo listo, empieza el show. Digo show porque son dignos de ver en directo. Era momento de presentar su nuevo disco “El apocalipsis según mucho” del que era el tema con el que empezaron “Motores”. Pero también había mucha gente del primer disco y por eso tuvimos oportunidad de escuchar “Si quieres, no” y “Los hijos del mal”
No sabemos si el momento incorrecto pero “El sitio incorrecto”, de su nuevo trabajo también, no era para nada. Están cómodos en el escenario y nos transmiten sus ganas de pasarlo bien.
¿Qué la sala no está llena? Pues no pasa nada, le ponemos todos más, muchas más, ganas. ¿Qué hay que ponerse a hacer unas flexiones en mitad de una canción? Pues Martí hace unas flexiones. Todo por el público.
Mucho Rock cósmico grecolatino, ritmos bailables y canciones pegadizas como en “Las plantas”, “El lustroso alarido” o “En la base de la montaña”. Para después recuperar de su anterior disco “La casa en pie”
Tocan “Como si no hubiera mañana”, literalmente, y no lo podemos agradecer más. Son sinónimo de hiperactividad y diversión sobre el escenario.
“La larga risa del emperador” y “Corre mi reloj” suenan a ¡coponazo de la vida!
Se va acercando el momento de terminar, pero queremos seguir disfrutando y ahora no podemos más que darle la razón, muchas veces se es “Más feliz sin TV”. Ya que como ha dicho alguna vez Noni, de Lori Meyers, la tele = caca.
Si últimamente estaba de moda eso de saltarse el paripé de retirarse en la última canción para pedir los bises a nosotros nos dan la oportunidad de irse o quedarse, y en Zaragoza que somos unos salaos pues les pedimos que se vayan.
Última canción, tristeza, gritos varios de “noooo”, “ooooh” y derivados. Se despiden con “Sal de la tierra”. Porque según ellos no tienen más. Interpretando muy bien su papel.
Se van, les pedimos unos bises y gustosos aceptaron. Teatrillo completado. O los teatrillos se hacen bien o no se hacen.
Ahora sí, era la última y ya nos despiden con “Sustancia fundamental”. Nosotros les esperamos pronto, todavía con más ganas y más gente.
¡Coponazo total!