COPONAZO DE LA VIDA
MUCHO (Sala El Sol 28.2.2013)
Empezar la crónica de un concierto con un título así solo puede ser por una razón: el vocabulario de Martí Perarnau en los directos como el de anoche. MUCHO presentaban su segundo disco delante de tanto personal en una sala que estuvo muy a la altura de tal acontecimiento.
Hasta no estar dentro del recinto y a escasos minutos de empezar la función no supimos que la velada se presentaba con un sendo Sold Out de los de Toledo. Esto era un punto positivo para todo lo que vendría después. Arranca el Apocalípsis con Motores, y con un vocalista enfundado en una negra chupa de cuero, que no se la quitará en toda la noche a pesar de acabar sudando la gota gorda, y nunca mejor dicho.
Mezclan temas de su anterior trabajo como Si quieres, no, Los hijos del mal o La casa en pie con lo novedoso de El Apocalipsis según MUCHO, y Víctor Cabezuelo, guitarra y teclados; Miguel de Lucas, bajo; Carlos Pinto, batería; y el propio Martí, voz y guitarra; emprenden una larga, y corta a la vez, hora y media de rock cósmico.
Los sintetizadores toman protagonismo en Las plantas, y la voz del vocalista suena aún más contundente, a pesar de contarnos que está afónico. Dice que agradecería algún sorbito de tequila o, en su defecto, manzanilla, para aliviar su garganta, y el público responde en el acto invitándole a unos cortos de bebida mexicana. Y así continúan con canciones como El lustroso alarido o En la base de la montaña; con letras reivindicativas, haciendo un guiño a los tiempos que corren.
Entre tanta música, el frontman de la banda nos presenta una nueva criatura. Si ellos fueron los creadores del denominado rock grecolatino, esta vez lo nuevo se llama tecno grecolatino. Y nos los muestran en La larga risa del emperador, donde se distinguen rasgos sónicos similares a los del gran Steve Wonder o del productor de Michael Jackson. El público captó la idea al instante entre risas y aplausos. Público que disfrutó de la noche coreando muchas de las canciones del último trabajo a viva voz, pero que no terminaba de dejarse llevar por este rock tan característico.
Sal de la tierra y Sustancia fundamental sirvieron de cierre para un grupo que tiene una intensa gira por delante. Se despidieron con un ‘Somos MUCHO, el azote de La Mancha’, y todos quedamos musicalmente azotados.
Ah, eso que cantan de ‘hubiera sido mejor no haber venido’ en Más feliz sin televisión es pura letra de una gran canción, pero nada más. No les hagáis mucho caso y no tardéis en verles en acción.